Profe Vlado
Si nos preguntáramos cuánto nos ahorraríamos en el Estado si tuviéramos gestión del conocimiento en cada entidad pública para aprovechar el aprendizaje que se genera en cada ciclo de gestión (desde la atención del problema público hasta la implementación de la solución generando desarrollo en la sociedad) seguro que la respuesta sería que nos ahorraríamos varios miles de millones de soles en el conjunto de las más de 2000 entidades públicas que hay en el país y dejaríamos de quejarnos sosteniendo que “se llevaron el conocimiento producto de la rotación de personal por los cambios de gestión”.
Ante la transferencia de gestión que se viene por el cambio de gobierno, es relevante que los equipos de entrega y de recepción y el próximo equipo de gobierno sean conscientes del conocimiento como un valor público a considerarlo más en un contexto de nuevo gobierno que debe afrontar la actual crisis sanitaria, crisis económica, a lo que se suma el retroceso de la pobreza en el país (según INEI; 9,9 puntos porcentuales aumento la pobreza en el 2020 respecto al 2021). El conocimiento es un intangible a veces difícil de recuperar cuando no se tiene a disposición.
Por ello debemos ser conscientes de que la ruta a seguir es pasar de la sistematización de datos a la administración de la información y con ello construir conocimiento para que su uso incrementalista y recurrente nos permita actuar con sabiduría en la toma de decisiones y en la rendición de cuentas, de tal forma que incrementemos la capacidad de la gestión pública y acerquemos más el Estado a la sociedad.
Al respecto, en cada entidad pública, en cada abordaje sectorial y en cada nivel de gobierno se debe instalar institucionalmente la evaluación y la gestión del conocimiento como herramientas de mejora continua de la gestión pública en los tres niveles de gobierno.
En el caso de la evaluación, esta es importante porque permite a partir de los indicadores de gestión y sus variables explícitas e implícitas recoger una serie de datos de interés sobre las intervenciones públicas (a nivel de políticas, planes, programas y proyectos), los cuales con la aplicación algorítmica de los indicadores de gestión obtener información que nos permita analizar la situación medida y a partir de ello poder hacer una evaluación de las intervenciones de forma específica (con el seguimiento) o de manera sistémica (con las diversas formas de evaluación en función a una variabilidad), que contribuya a transformar la información en conocimiento.
Es así, que el conocimiento no puede estar disperso o que sólo dependa de la memoria del recurso humano o que estemos dependiendo de las averiguaciones en diversas instancias del Estado para reconstruir lo que pasó. En el Estado la preocupación debe ser que las entidades públicas implementen de una vez la gestión del conocimiento en base a tres aspectos:
1.- Almacenando el conocimiento generado (por la evaluación y las experiencias de gestión o de la sociedad) poniendo a disposición desde repositorios, hasta sistemas de inteligencia de negocios o el manejo de procesamiento de la big data que se cuente en todo el Estado.
2.- Administrando el conocimiento para que sea usado con pertinencia y oportunidad cada vez que las circunstancias lo requieran para mejorar la gestión y principalmente la toma de decisiones en favor de la población; y,
3.- Desarrollando un mayor nivel de conocimiento incrementalista que se vuelva a almacenar y administrar para lograr con ello pasar de la generación continua de conocimiento a la construcción de sabiduría.
Hacer esto realidad, va desde tener carpetas compartidas en la Intranet de las entidades públicas hasta la construcción y puesta en funcionamiento de sistemas de información, sistemas de evaluación, sistemas de inteligencia de negocios y por qué no, sistemas de inteligencia artificial; que colabore en un mayor nivel de certeza en la gestión pública, reduciendo las incertidumbres y los costes de transacción para un desempeño con eficacia, eficiencia, productividad y calidad en la gestión de gobierno (a nivel territorial, sectorial e institucional) y con capacidad para el desarrollo de sistema de alerta temprana que ayude en el control de riesgos y el aprovechamiento de oportunidades. Es así que la gestión del conocimiento no solo permitirá modernizar la gestión pública sino seguro ayudará al próximo gobierno a tener un progreso en gobernabilidad.
P.D.: Inicio este espacio con este tema, pues es un manifiesto intencionado del compromiso permanente de compartir conocimientos sobre políticas públicas y gestión pública; para aumentar la reflexión de los actores del sector público, sector privado, sociedad civil y personas en general; sobre los temas de interés para una buena acción pública desde el Estado, desde los niveles de gobierno y sus entidades públicas. Vamos por más.
Muy acertado analisis de la gestion del conocimiento, puesto q no se aplica en la gestion publica
Excelente, profe. Se advierte que en gran medidas los reprocesos, es por ausencia de lo que usted señala en esta publicación.