A raíz de los resultados electorales, se han expresado cuestionamientos al escrutinio. Uno de los más polémicos es el de Keiko Fujimori. Ante los resultados que le desfavorecen hizo un llamado a los ciudadanos a publicar las denuncias medio de Twitter, etiquetando #fraudeenmesa, el que no se hizo esperar; varios de los seguidores, simpatizantes y ciudadanos en general realizaron sus denuncias por medio de esta red social. Sin embargo, se comprobaron que muchas de ellas eran falsas y sin sustento. Otras efectivamente mostraban una irregularidad, que las vías democráticas se pueden impugnar.
Se forzó ante el JNE una presión pública para que se resuelvan las observaciones, aunque el todo apunta a que a que Pedro Castillo ganará y es el virtual presidente. El miércoles 09 de junio de 2021, Fujimori brindó una conferencia de prensa en el que anunció que se pedirá que se anule 802 actas electorales por presuntas irregularidades, entre ellas falsificaciones de actas y/o miembros de mesas con los mismos apellidos. Este proceso hará que demore la proclamación de la presidente o presidenta.
La candidata presidencial nuevamente muestra su falta de compromiso con la gobernabilidad del país. Las acciones que ha decidido llevar a cabo son parte de su legítimo derecho de denunciar irregularidades en el proceso electoral; sin embargo, no sólo impugna y retrasa el proceso. Está generando más inestabilidad política y polarización ciudadana. Los mecanismos y modalidades usados demuestran que, probablemente, en el próximo gobierno, si no se le declara ganadora, ocasionará ingobernabilidad.
Recordemos que en la segunda vuelta, la mayoría de los partidos políticos elegidos al Congreso dieron su apoyo a Fujimori. Asimismo, como mencioné en un antiguo artículo, la prensa le ha favorecido en contenido y cobertura, así como varios grupos empresariales. Todos ellos, bajo su dirección, serán un posible contrapeso en un escenario en el que Castillo sea el presidente de la República.
Si en ese escenario Fujimori no se compromete a respetar los resultados y se convierte en la principal adversaria de Castillo, nos espera cinco años o menos (con la figura de la vacancia presidencial) de inestabilidad política. Indirectamente, see generarán políticas públicas inestables y una economía bajo una constante incertidumbre. Sumemos el factor de la pandemia que diariamente desafía a nuestro sistema de salud, así como las otras enfermedades de salud que no han sido priorizadas por la pandemia, el aumento de la pobreza y la falta de trabajo. Muchos bienes públicos que se ponen en juego ante este escenario político.
Requerimos estabilidad y compromiso de los actores políticos para lograr un gobierno de consenso luego de una elección tan polarizada. El eje de la democracia son las elecciones que garantizan la competencia de la oferta política; si dudamos de nuestro sistema electoral, dudamos de la democracia en sí y debilitamos sus instituciones. Necesitamos un compromiso de todos los actores de respetar los resultados y seguir uniendo esfuerzos para salvar el sistema democrático.
Típicas rabietas de la sra fujimori.