A partir de hoy inicia un nuevo capitulo para la economía salvadoreña. El país gobernado por Nayib Bukele dio a conocer que el bitcoin será junto al dólar la moneda oficial y así todos los precios de los diversos bienes y servicios tendrán que costearse con ambas monedas. La normativa estaba aprobada desde junio de este año, pero faltaba que se oficialice.
Es importante mencionar que dicha moneda es un protocolo, proyecto de código abierto y red entre iguales que se utiliza como criptomoneda, sistema de pago y mercancía.
Dicho pronunciamiento ha generado en miles de ciudadanos salvadoreños desconfianza ya que está decisión agranda una crisis democrática debido a que con el bitcoin se puede iniciar el lavado masivo de dinero sucio.
Se sabe que Bukele empezó comprando sus primeras 400 monedas, a un valor de mercado de 21 millones de dólares. Como complemento crearon una billetera virtual llamada “Chivo Wallet” para facilitar las transacciones en bitcoin y si fuese el caso convertir a dólares. Dicho aplicativo está cargado con un monto equivalente a 30 dólares en bitcoins para que el ciudadano empiece a operar.
“Como toda innovación, el proceso del #Bitcoin en El Salvador tiene una curva de aprendizaje. Todo camino hacia el futuro es así y no se logrará todo en un día, ni en un mes”, afirmó el mandatario.
Perspectiva de la economía
El uso del bitcoin busca alentar la economía que, desde su dolarización en 2001, ha estado estancada con una media de crecimiento entre el 2 y 4%. En 2020 se contrajo un 7,9% por la pandemia del covid-19. Se proyecta que este año crezca sobre el 9%.
La atrevida medida, según el gobierno, contribuirá a la bancarización de la población y evitará la pérdida de unos 400 millones de dólares de comisiones por las remesas que los salvadoreños envían desde el extranjero a través de entidades financieras.
Protestas
Para los ciudadanos de El Salvador, la decisión de Bukele no ha sido correcta. En primer lugar porque a finales de julio, la evaluadora de riesgo Moody’s degradó la calificación crediticia de El Salvador al nivel Caa1, reservado para los llamados bonos basura. No es poca cosa para un país que ha financiado buena parte de su presupuesto con venta de deuda soberana a corto plazo en los mercados doméstico e internacional. Esto ya era un mal antecedente.
Salir a las calles a protestar ha sido un símbolo de rechazo a la incorporación del bitcoin. También se han sumado organismos internacionales y los tanques de pensamiento regionales quienes han mostrado dudas.
Según una encuesta de la casa LPG Datos, el 72% no piensa aceptar bitcoin como pago por transacciones, y según otro sondeo, de la Universidad Centroamericana (UCA), 6 de cada 10 salvadoreños están en desacuerdo con la aprobación de la ley.
Al término de esta nota miles de manifestante circulaban por las calles reflejando su total disconformidad. Salvadoreños señalan que el bitcoin “no está regulado por ningún tipo de organización gubernamental, como pueden ser el Estado, bancos, instituciones financieras o empresas”.
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