Por Franz Portugal Bernedo
La denominada campaña de demolición contra el presidente Pedro Castillo tiene un conjunto de ejes que son importante analizarlos para determinar las decisiones que debería tomar el gobierno si quiere generar gobernabilidad. Estos ejes son los siguientes:
- El primer eje es su relación con el Movadef, que como todos sabemos es el brazo político de Sendero Luminoso, que incluso intentó registrarlo como partido político para participar en las elecciones.
- El segundo eje es el caso Vladimir Cerrón, quien desde la presidencia del Partido Perú Libre sería el gobierno tras la sombra, el real poder detrás del sillón presidencial, Castillo sigue las órdenes de Cerrón o lo presiona para obligarlo a obedecer.
- El tercer eje es el gabinete Bellido en la cual hay 5 ministros cuestionados por la oposición y que exigen su cambio, agreguemos la designación de funcionarios no idóneos que no cumplen con el perfil profesional exigido para el cargo.
- El cuarto eje es mostrar un presidente limitado, casi fronterizo, incapaz de gobernar y rodeado de mediocres y oportunistas que están asaltando el poder para beneficio propio.
- El quinto eje es su silencio, su temor a enfrentar a los medios, ser maltratado o no poder responder a los interrogantes, a la que se suma una Secretaria de Comunicación del Despacho Presidencial incapaz de desarrollar una estrategia de comunicación que soporte la acción de gobierno.
- El último eje, es un comunista que quiere repetir en el país el chavismo venezolano o la Cuba comunista que nos traerá desempleo y hambre, además, implantará una tiranía que nos quitará nuestras libertades mediante una Asamblea Constituyente.
La campaña está orientada a demostrar que un gobierno de izquierda en el Perú nos llevará al abismo ya que la izquierda es un fracaso como gobierno por estar atada ideológica y políticamente a modelos de sociedad fracasados. Se dice que en el siglo pasado se ensayaron modelos de sociedad en los países comunistas que han fracasado.
Resolver cada uno de los frentes de lucha política en torno a los ejes señalados implican tomarse decisiones inmediatas, ya que mientras más se demore el desgaste político avanza y su recuperación es compleja.
Una estrategia de comunicación de gobierno de presidente Pedro Castillo implica desmontar uno a uno este discurso que tiene como objetivo desgastar al gobierno para luego justificar una vacancia presidencia por incapacidad moral permanente.
El problema está en resolver cada uno de los problemas que están detrás de esta campaña y no dar como consentidas estas acusaciones, corregir algunas de las decisiones de gobierno que han abierto cuestionamientos.
Respecto del primer eje, el presidente tiene la obligación de deslindar con el Movadef de manera tajante y precisa. Ha aclarado en determinados momentos, pero no con la contundencia necesaria. No puede haber dudas ni medias tintas porque está en juego la estabilidad del gobierno. Una cosa es que en el gremio sindical participan diferentes tendencias político-ideológicas y otra es comulgar con el senderismo. Aquellos filo senderistas deben ser eliminados del gobierno. El entrismo político senderista vía Movadef en el gobierno debe ser cortado por lo sano. Implica, además, una declaración al país del presidente. Debe una explicación.
En el segundo eje de la campaña, referido al caso Vladimir Cerrón, el presidente debe aclarar cuál es la relación entre partido y gobierno. Hay que precisar que ningún gobernante puede prescindir del partido con el cual ganó las elecciones, eso es absurdo. Es hacerle el juego de la derecha que pretende debilitar al presidente. Cada uno en su lugar y función. Hay un partido de gobierno que no se puede soslayar alegremente como algunos piensan. En ningún gobierno se hizo. El partido puede hacer las propuestas que crea conveniente, pero es el presidente el que toma las decisiones de gobierno. Eso sí, deslindar con la corrupción partidaria y condenar a los corruptos al interior del partido sea quien fuera. Aquí no puede haber vacilaciones.
El tercer eje es el cuestionamiento a la idoneidad del gabinete Bellido, hay ministros cuestionados, así como funcionarios designados que no cumplen con el perfil profesional. Esto incluye al Despacho Presidencial. En este caso es urgente la reestructuración del gabinete ministerial antes que sean censurados. Políticamente es preferible cambiarlos que esperar la censura y no repetir el mismo error en la selección de los ministros y el personal de la alta dirección. PL puede poner sus militantes en los cargos de alta dirección. Si puede y debe, siempre y cuando tengan la idoneidad para el cargo, para eso ganó las lecciones, para gobernar.
El cuarto eje es el referido a las limitaciones presidenciales, en primer lugar, hay que admitir su falta de experiencia, como lo fue de muchos presidentes, así como la debilidad de su gobierno. Lamentablemente el partido no puede proporcionarle los cuadros técnicos con la idoneidad y experiencia en la gestión pública, no los tiene. En esta situación necesita convocar a profesionales de alto nivel que los hay en el campo de la izquierda. En primer lugar, requiere de un buen equipo técnico de alto nivel en el despacho presidencial y, además, reorganizarlo. Ttal como está ahora no le sirve para la dirección del gobierno. En segundo lugar, constituir comisiones especiales con expertos para cada una de las propuestas de reforma que ha planteado y, en un plazo determinado, presenten las propuestas necesarias. Un ejemplo de buen resultado de ello fueron las comisiones de alto nivel que se formaron para la reforma política y la reforma de justicia con los resultados que todos conocemos.
El quinto eje es el silencio presidencial y la evasión a la confrontación mediática. Esta tiene que ser resuelta en lo inmediato. Tiene que entrenar como lo hacen todos los presidentes. Como decía Andrea Valsagna, es responsabilidad del gobierno informar y publicitar sus actos, hacer visible las decisiones que afectan la vida de todos los ciudadanos, generar espacios para el involucramiento, participación y rendición cuentas. Lamentablemente no tiene un gabinete de asesoría política de alto nivel en el Despacho Presidencial. Como decía Carlos Matus es un líder sin Estado Mayor. Tampoco tiene un equipo de comunicación de gobierno especializado y experimentado que le prepare una estrategia de comunicación de gobierno. La comunicación de gobierno es proactiva no reactiva.
Con relación al último eje, el presidente lo ha aclarado en diversos momentos, inclusive en el mensaje a la nación el 28 de julio. Aquí el tema es desarrollar una clara campaña de comunicación para desmontar el sonsonete de la derecha extrema y proponer al país el tipo de gobierno que postula Pedro Castillo y no solo negar lo que no es. Lamentablemente se quedó en esto último. No ha logrado proponer los ejes del tipo de gobierno para la transformación del país.
Finalmente, Pedro Castillo debe escuchar las propuestas que se le hacen y las soluciones que se le plantean. Ya hemos dicho, no hay peor político que el que no escucha. Como muchos de los políticos que han sido, cuando llegan al poder sufren del mal de Hubris o enfermedad del poder que Robert Owen estudió. Creen que sus compadres o amigos que le ayudaron en la campaña son los indicados para ocupar los puestos de gobierno así no estén preparados para tamaña responsabilidad. El poder no admite mediocridad.