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martes, noviembre 28, 2023

Sendero, el terror y el debate político

La muerte de Manuel Rubén Abimael Guzmán Reynoso, me hizo recordar que dedique casi diez años de vida profesional al seguimiento informativo y el análisis político de la violencia política de Sendero Luminoso, expresada en asesinatos y terror. También me hizo recordar una respuesta de Carlos Tapia -quizá fue el que, políticamente, mejor conoció a Abimael Guzmán- quien en la Revista Que Hacer de mayo de 2004, en medio de una respuesta irónica, dijo como preguntándose: “. habrá gonzalismo cuando muera Gonzalo..”

Lo más probable, es que no, porque que no hay figura terrenal que pueda superar al llamado “pensamiento guía Gonzalo y cuarta espada del marxismo”. Y, el destino de lo que queda del real senderismo en sus órganos generados, principalmente el MOVADEF estará signado por la división, la diáspora o la evocación casi mágico-religiosa que buscará establecer una interpretación de continuidad del pensamiento Gonzalo.

Lewis Taylor en su estudio “Orígenes del senderismo” realiza un esquema simplificado de las fuentes y grupos políticos de los cuales se alimenta Sendero Luminoso entre las décadas del 60 y 70 del siglo pasado. Si bien, la mayor parte de sus miembros provienen de sucesivas escisiones del Partido Comunista Peruano (PCP). Del PCP una parte deriva en Bandera Roja (Saturnino Paredes Macedo y Abimael Guzmán). De Bandera Roja, sale la escisión del PC del P Patria Roja (Rolando Breña y Jorge Ludovico Hurtado). Una facción de Patria Roja, denominada Pukallacta más tarde se unirá a Sendero Luminoso. Hacia el 70 Abimael Guzmán divide Bandera Roja y crea el PC del P Sendero Luminoso, que también tiene apoyo del Movimiento Izquierda Revolucionaria (MIR) que tiene antecedentes históricos en el APRA Rebelde.

 

Estas sucesivas divisiones en los PC peruanos estaban signadas por las disputas del movimiento comunista internacional que se agruparon en la década del 60 en los bloques pro Moscú y Pro China que animaron las disputas en los eventos oficiales de las múltiples facetas de nuestra izquierda doméstica, pero que en estricto es una disputa ideológica y política de la interpretación de la realidad peruana. Guzmán desde el 60 alentó la facción del Frente Estudiantil Revolucionario (FER) que luego daría paso a Sendero Luminoso.

El PC del P Sendero Luminoso fue producto de estas disputas políticas, pero también del personalismo o la figura del partido propio (interpretación propia) qué en la mitad del 70, tras la preparación militar de Guzmán en China, inicia un frente de trabajo militar en su organización. Interpretación propia o antojadiza de Mariátegui sobre la semifeudalidad de la economía, cuando el Amauta establecía que estamos ante el capitalismo.

Los Partidos Comunistas y los sectores de la nueva izquierda que van apareciendo a partir de la década del 60, luego de la revolución cubana, alentaban diversas interpretaciones sobre como tomar o alcanzar el poder, aunque confluían en que debía ser vía la lucha armada, por eso la mayoría se asumía como fuerza conspirativa y clandestina, aunque en muchos casos era más pose que realidad.

Los “loquitos”-como eran conocidos- los del FER Sendero Luminoso que volanteaban y arengaban en las universidades la lucha armada, son los que ingresan de verdad, a fines de los 70, en el adiestramiento militar y las acciones propiamente dichas en los 80.

Luego de una década de gobierno militar, en medio de luchas sociales, la izquierda no senderista y otras fuerzas políticas peleaban por libertades sociales y salidas democráticas como los paros nacionales, que Sendero tildaba de revisionista, y que acabaron en la convocatoria a la Asamblea Constituyente de 1978. En estas elecciones participó uno de los socios iniciales de Abimael Guzmán en Bandera Roja: Saturnino Paredes Macedo, que obtuvo 1,995 votos y fue electo constituyente.

Mientras Paredes, a través del Frente Obrero Campesino Estudiantil y Popular (FOCEP) fue elegido, Guzmán ajustaba los contenidos militares de su organización. En estas elecciones no participó Patria Roja, que todavía denunciaba de burguesas a las elecciones, pero sí participó en las elecciones de 1980.

El resto es historia conocida, que también se le escaparon de las manos a los servicios de inteligencia de la época. Recordemos que en marzo de 1982 el general Luis Cisneros Vizquerra señaló como autores de hechos sediciosos “los grupos ultraizquierdistas Sendero Luminoso, Pukallacta, Patria Roja, Bandera Roja”. Todos en un mismo saco.

Guzmán estableció su pensamiento acomodaticio al culto a la personalidad, mediante la lucha armada, pero centrado en un maoísmo y estalinismo interpretado por él, que derivó en terrorismo y violencia. Hasta la China Popular con Deng Xiaoping iniciaba casi en toda la década del 80 las reformas económicas de liberalización de la economía socialista, pero manteniendo la centralidad del poder, demostrando que la apuesta de Guzmán no correspondía con lo que estaba cambiando en el mundo, sino era más su proyecto personal.

El “presidente Gonzalo” inicia lo que él denominó guerra popular con su “Ejército Popular” con el objetivo de alcanzar el poder, pero mediante el terrorismo, encuadrados en la táctica militar del desgaste del oponente hasta debilitarlo. Como dice la RAE cuando define terrorismo, es una sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror, o es la actuación criminal de bandas organizadas, que pretende crear alarma social con fines políticos. Vale decir violencia política con métodos de terror.

Al mejor estilo maoísta, Guzmán establecía máximas para educar a sus miembros en los fines de guerra y el terror: “…a las masas hay que enseñarles con hechos contundentes para con ellos remacharles las ideas… las masas en el país necesitan la dirección de un Partido Comunista…con más teoría…con más acciones armadas, con más guerra popular, con más poder, llegar al corazón mismo de la clase y del pueblo y realmente ganarlo…”

Estos contenidos alimentaban el imaginario violentista de sus militantes. Todo cambiaría el 12 de setiembre de 1992. Abimael Guzmán, fue capturado y empezaría a virar hacia los tiempos de paz, porque ya no hay condiciones para la guerra. La guerra senderista estaba representada en él y las condiciones cambiaron cuando fue capturado. La GEIN y el seguimiento policial a fines de los 80 empieza a seguir el hilo político del senderismo, antes que los actos violentos y lo va cercando.

El MOVADEF, se forma el 2012, 20 años después de la captura de Guzmán buscando “Solución política, Amnistía general y Reconciliación nacional”, buscando ser reconocido como organización política. Aceptando que no hay condiciones para la guerra y que son tiempos de paz, con la esperanza de amnistía general y olvido para los delitos de Guzmán y sus principales dirigentes, alejados de los restos del senderismo militar del VRAEM, abocados al narcotráfico. La búsqueda de la amnistía era lo que los alentaba y animaban su presencia política en el magisterio y varios de sus miembros han participado en elecciones en diversas listas políticas.

Abogados tan cercanos a Guzmán como Alfredo Crespo, militante del senderismo han planteado que desde el MOVADEF se privilegia la lucha política, pero manteniendo como guía el marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo. Sin su “presidente Gonzalo” no tendrán “luz y norte” para los tiempos de paz, por lo que acabarían en la diáspora organizacional.

Esta cara política del MOVADEF-SL no provoca confianza en la opinión pública. La cual asume que es una treta o táctica para volver a acumular fuerzas por vías políticas, pero sin un arrepentimiento o cambio sincero.

Lo cierto, es que el seguimiento policial sigue haciendo su trabajo de los miembros de SL que ya cumplieron su condena y ahora hacen tarea política desde el MOVADEF o CONARE en las organizaciones sociales de manera directa o presencial, alejados de la política que sólo discurre por las redes sociales. Las fuerzas políticas democráticas, sólo elevan el grito al cielo por esa labor política y social del MOVADEF-SL, pero sin pelear o debatir en esos espacios políticamente. Pareciera que piensan que la política es sólo ganar elecciones y no una presencia cotidiana y regular con los problemas de la población y los ciudadanos.

Guzmán, libre o preso ha tenido una presencia política, no siempre por actos terroristas, porque su organización se desmoronó desde el 12 de setiembre de 1992, sino por ser un factor utilitario en la política de los extremos, que por ejemplo ha extendido de forma cultural el terruqueo cotidiano contra cualquiera que quiera defender derechos humanos y libertades.

Con “Gonzalo” muerto, debe quedar claro que el factor Sendero Luminoso obligó a la izquierda democrática a afirmar esta vocación, porque fueron sus organizaciones las que primero perdieron alcaldes y dirigentes sociales en manos del terror, impidiendo que tomaran territorios como Puno, pero sin dejar de denunciar violaciones de derechos desde el Estado.

Se cierra un oscuro pasado de nuestra historia y se abre una oportunidad de dialogar sobre las oportunidades de futuro del Perú, sin extremismos, en la conmemoración del bicentenario.

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