Con información de AFP
Los miembros del grupo OPEP+ se reúnen el jueves para decidir los niveles de producción de petróleo para inicios de 2022, una ecuación compleja influida por el desafío de Estados Unidos que quiere bajar los precios y la aparición de ómicron, la nueva variante del coronavirus.
«Seguramente es una de las reuniones más importantes» de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y de sus aliados a través del acuerdo OPEP+ «desde el comienzo de la recuperación de demanda» tras el inicio de la pandemia, comenta a AFP Peter McNally, analista en Third Bridge.
En los últimos días hubo dos eventos de magnitud para ellos: «la liberación coordinada de reservas estratégicas de varios países consumidores y la emergencia repentina de la variante ómicron», explica.
Tras haber presionado al grupo para que volviera a abrir el grifo, Estados Unidos, junto a China, India y Japón, anunciaron que recurrían a sus reservas estratégicas para reducir la escalada de precios del crudo.
Esta «gran iniciativa», según el presidente estadounidense Joe Biden, liberará entre 65 y 80 millones de barriles según las estimaciones de analistas, 50 de ellos de Estados Unidos.
Aunque la maniobra no obtuvo el efecto esperado y los precios siguieron subiendo después, sí que lo consiguió la nueva variante del coronavirus: el viernes, la cotización del crudo cayó más del 10%, algo no visto desde abril 2020.
Prudencia
Esto «hace pensar que la OPEP+ no aumentará más su producción», estima Carsten Fritsch, de Commerzbank, para intentar conservar los precios al nivel actual de 70 dólares por barril. «Al menos por el momento», añade.
Esta estrategia coincide con la apuesta de reapertura gradual de la producción aplicada por el grupo desde mayo de 2021.
«La crisis (…) todavía no ha terminado», profesaba a finales de octubre el ministro saudí de Energía, Abdelaziz ben Salmane. «Tenemos que ir con cuidado de no dar cosas por supuestas», añadió.
La prudencia es la palabra favorita de los responsables de la alianza, que no aumentará más que en 400.000 barriles suplementarios diarios su producción mes a mes, aunque su margen de maniobra es diez veces superior.
La alianza también debe abordar el posible retorno de Irán, muchas veces evocado pero siempre aplazado.
El productor histórico de OPEP fue apartado del mercado desde la denuncia en 2018 del expresidente estadounidense Donald Trump del acuerdo nuclear de 2015, que debía impedir que Teherán se dotara del arma atómica.
Tras cinco meses de pausa, el lunes se reactivaron las negociaciones para recuperar este acuerdo en Viena.
Aunque los analistas confían poco en una solución a corto plazo, el experto Bjarne Schieldrop, de la firma Seb, presenta la recuperación de la producción y la exportación iraníes como «la mejor opción para el presidente Joe Biden para atenuar la tensión actual sobre el mercado petrolero».
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