Con información de AFP y RFI
La perspectiva de otro invierno sombrío por la alta capacidad de infección de la variante ómicron lleva al presidente Joe Biden a echarse atrás y a invocar una ley escrita en tiempos de guerra para acelerar la producción de pruebas rápidas.
La administración comprará 500 millones de unidades y las distribuirá sin coste a la ciudadanía, que las podrá pedir por internet y recibir en casa. Hasta ahora Biden apostaba porque la gente pagara la prueba y buscara un reembolso a través del seguro médico. El presidente negaba que hayan fracasado hasta ahora.
“No creo que nadie anticipara que esto se propagaría tan rápido como lo ha hecho. Y de golpe todo el mundo corrió a la farmacia. Y yo sabía que esto pasaría. Así que intenté reunir a las empresas productoras y utilizar la ley militar de producción para obtener medio millón más de pruebas rápidas”, afirmó.
Además, el presidente ordena distribuir mil médicos militares en hospitales saturados, envía ventiladores a donde se precisen, y amplía en 10.000 los centros de prueba covid.
Las autoridades sanitarias han aplaudido estas medidas considerando que 3 de cada 4 nuevas infecciones en los Estados Unidos corresponden a la variante ómicron. Una realidad que anticipa -según los científicos- un estallido de casos en enero, que amenaza con colapsar el sistema sanitario.
Al mismo tiempo Biden intentó tranquilizar a la población. «Todos deberíamos estar preocupados por ómicron, pero no alarmados«, dijo en un discurso televisado desde la Casa Blanca. «Esto no es marzo de 2020«, añadió.
«Doscientos millones de personas están completamente vacunadas. Estamos preparados, sabemos más. Solo tenemos que seguir enfocados», recalcó.
We’re purchasing 500 million at-home rapid COVID tests that will be distributed for free to Americans who want them. pic.twitter.com/m9rgb9kjmP
— President Biden (@POTUS) December 22, 2021
Contraste con Europa
La estrategia de Biden contrasta con decisiones más duras que se toman especialmente en Europa.
París ya canceló sus celebraciones de Año Nuevo, mientras Alemania limitó a 10 personas las reuniones y fiestas de Nochevieja y prohibió el público en los grandes eventos deportivos a partir del 28 de diciembre.
«No es el momento de celebrar fiestas y veladas amistosas con mucha gente«, dijo el canciller Olaf Scholz tras hablar con los líderes regionales del país.
La región española de Cataluña también evalúa imponer restricciones, mientras Marruecos anunció una prohibición total de las celebraciones de Año Nuevo.
Holanda ya impuso un confinamiento navideño, y funcionarios europeos advirtieron que ómicron podría ser la variante dominante en Europa para mediados de enero. En tanto, Finlandia anunció la obligación de los bares a cerrar a las 21H00 horas en Nochebuena como parte de las nuevas restricciones ante el aumento de contagios.
El primer ministro israelí, Naftalí Bennett, autorizó de su lado una cuarta dosis de refuerzo de la vacuna para mayores de 60 años y personal médico.
En Latinoamérica, Colombia detectó el lunes los tres primeros casos de ómicron y México elevó este martes a 23 los contagios con esa cepa.
En Ecuador el gobierno descartó un confinamiento durante las fiestas de diciembre.
Finalmente, Argentina estableció, solo a partir del 1 de enero, un pase sanitario para mayores de 13 años que acredite el esquema completo de vacunación para actividades en lugares cerrados o eventos masivos en espacios abiertos.
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