Se acercan las elecciones regionales y municipales aceleradamente, en medio de un clima de incertidumbre de la política nacional; harían bien los candidatos a los distintos sillones regionales, provinciales y distritales, en sacar las lecciones de esta crisis política permanente.
Analistas y especialistas, el ciudadano común y corriente, coinciden que la anomalía de las elecciones nacionales, es que los ciudadanos entregan su voto, sin verificar y reflexionar: la solvencia del candidato, si tiene un programa o plan de gobierno, así como si hay un equipo talentoso y virtuoso para el equipo de gobierno.
Cuando unas elecciones se encuentran perturbadas, por la presencia de una candidata repudiada por sus corruptelas y es heredera de una dictadura; llevan a que el contrincante cualquiera sea su condición y talante, termine ganando las elecciones sin cumplir los requisitos básicos; por cuya razón los electores prescinden de su capacidad, equipo y programa de gobierno. Así ganó Pedro Castillo a Keiko Fujimori.
Al ocurrir esos vacíos y no cumplir esas condiciones mínimas, se abre el desgobierno presionado desde adentro, por los aventureros que llegan a la casa del ganador a última hora; así como por la presión y el chantaje de la perdedora que, mina la gobernabilidad con denuncias de fraude electoral y amenazar con la vacancia, como ocurren en estos días.
ELECCIONES NI CERCA NI LEJOS
Las elecciones regionales y municipales, también tienen dichas similitudes y particularidades; hay la tendencia a personalizar las campañas, concentrando todos los valores positivos y negativos en la cabeza del candidato; sin prestar la atención a los planes de gobierno y al equipo que gestionará la nueva administración.
Los electores y partidos que compiten, tienen ahora la responsabilidad y oportunidad, en el caso de los ciudadanos exigir y en los partidos y candidatos resolver y solucionar esos vacíos; elaborando un buen Programa y Plan de Gobierno, tarea que no se hace en unos días, copiando generalidades o reescribiendo viejos planes de campañas anteriores. Estamos ante un nuevo escenario post pandemia y ella exige una nueva visión regional y municipal.
Construir un buen Plan de Gobierno, permitirá por otro lado organizar un equipo solvente de gobierno, capaz de ejecutar las propuestas; para que de esta forma la gestión no termine en una repartija improvisada de cargos y sea un fracaso la gestión.
Es por otro lado, un examen para los cuadros profesionales en su compromiso, capacidad y lealtad a un buen gobierno; a fin de no resbalar al uso y llegada de los “técnicos” oportunistas que, visten distintas camisetas y casaquillas a la hora de visitar al candidato y al ganador.
Finalmente el liderazgo de un candidato, no se mide por las fotografías de moda o por los recursos económicos que derrocha en la campaña; su talento será medido por la capacidad de propuesta y viabilidad que entrega a los electores, así como por el equipo que construye y dirige.
Haciendo una analogía con la guerra, solo es posible vencer las batallas si hay un equipo de oficiales y tropas disciplinadas, debidamente entrenadas con tiempo; con una estrategia y táctica para cada escenario y contingencia; encabezados por un general con pensamiento y acción de victoria.
Los partidos y candidatos para estas elecciones, deben sacar la actual experiencia traumática de la inestabilidad, por la falta de un Plan de Gobierno que, nunca tuvo Perú Libre y la reemplazó con el radicalismo vacío, con lo cual no se puede gobernar; así como por haber improvisado a un Profesor que, teniendo experiencia sindical no estaba capacitado para el ejercicio de la Presidencia.
Que no se repita la historia en estas elecciones que vienen, estamos todos notificados.