¿Por qué el sindicalismo peruano es tan conservador en temas claves para los trabajadores y trabajadoras? El sindicalismo peruano ciertamente no es un movimiento homogéneo y tiene importantes diferencias estructurales (público-privado; producción-servicios, Lima-provincias, jóvenes-adultos entre otras) así como diferentes estilos o identidades.
Sin embargo, hay un elemento que prácticamente atraviesa las diferentes maneras de ser del sindicalismo peruano: su posición conservadora en temas de libertad sexual y género. En otros aspectos, los trabajadores organizados pueden ser muy radicales, maximalistas y combativos, pero si hablamos de la problemática LGTB, de feminismo o del aborto legal, la situación cambia y se tornan callados y cautos.
El sindicalismo peruano está muy detrás de las posiciones y acciones del sindicalismo del Cono Sur, Brasil y Colombia en estos temas. Las razones pueden estar en el bajo número de mujeres afiliadas y el aún menor número de mujeres con responsabilidad de dirección en las organizaciones gremiales.
Otro elemento puede ser la presencia mayoritaria de creyentes religiosos entre los sindicalistas. El sindicalismo peruano ha tenido una debilidad sentimental por el cristianismo tanto en su versión católica y en la última década en clave evangélica desde los tiempos de Mariátegui. El actual presidente es un buen ejemplo. Líder de una agrupación sindical de discurso radical pertenece también a una familia con fuertes lazos evangélicos. No hay una tradición anticlerical en el sindicalismo desde que los anarcosindicalistas fueron desalojados del movimiento.
Pero no se trata solamente de los varones sindicalistas. Las mujeres sindicalistas por diferentes razones se han visto absorbidas por esta cultura masculina. No hay un sindicalismo con rostro de mujer ni un feminismo sindical. Lo cual no quiere decir que no existan demandas, problemas y liderazgos alrededor de la problemática de género. En una investigación que realicé con Ana Luna Guillén (1) hace unos años vimos como las dirigentas sindicales católicas debían hacer serios esfuerzos para conciliar su identidad religiosa con el problema del aborto en la clase trabajadora.
Hace unos días, la congresista Isabel Cortez, votó a favor de la admisión a debate de la moción 1992 que declara la importancia e interés nacional la conmemoración del «Día del Niño por Nacer». Luego se abstuvo en la aprobación de dicha moción. Dicha moción es promovida por los lobbies de la derecha conservadora. Bajo la imagen de una opción por la vida lo que se esconde es la intolerancia de aquellos que niegan el derecho de las mujeres a tomar sus decisiones sobre su cuerpo para reforzar los mecanismos de control y dominación.
El aborto es uno de los ejemplos más claros de la hipocresía que esconde una sociedad regida por las diferencias económicas. Los sectores acomodados acceden desde siempre a diferentes alternativas seguras y confiables para practicar abortos cuando lo requieren. Pero el discurso religioso y la normatividad estatal obligan a las mujeres de la clase trabajadora y los sectores más pobres a recurrir a lugares clandestinos donde ponen en riesgo su vida. Mantener el aborto ilegal es permitir a las mujeres con dinero abortar en clínicas y condenar a las mujeres pobres a abortar en lugares insalubres y peligrosos.
Por eso, resulta completamente básico para el sindicalismo defender la vida de las mujeres trabajadoras asumiendo la lucha por un aborto legal, seguro y gratuito. No es un tema que puede dejarse al plano individual. Se trata de un mecanismo clasista para controlar a las mujeres trabajadoras bajo el manto de un discurso religioso.
Uno esperaría que una mujer de la clase trabajadora entienda esto y mucho más una mujer que representa al sindicalismo en los espacios de poder.
(1) Luna, Ana; Mejía, Carlos (2020) “Identidades en movimiento: mujeres sindicalistas/católicas frente al aborto”, en Jaime, M.; Valdivia, Fátima (edit.). Mujeres, aborto y religiones en Latinoamérica. Debates sobre política sexual, subjetividades y campo religioso. CMP Flora Tristán/UNMSM. Lima.