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viernes, octubre 4, 2024

CRISIS SIN SALIDA

La pregunta es si la renuncia o vacancia presidencial es la solución a la actual crisis en que se debate el país. La respuesta es negativa. La renuncia o la vacancia traerá más inestabilidad política. ¿Que se vayan todos es la solución? Tampoco, nuevas elecciones traerán más de lo mismo porque no hay más. No hay donde escoger. La democracia en el Perú ha fracasado, no es el gobierno de los mejores como reza la teoría de la democracia representativa, sino el gobierno de los peores.

Estamos frente a una realidad, Pedro Castillo no va a renunciar y el parlamento no tiene los votos para vacarlo. Estamos frente a una situación que se resolvería si los fiscales que están investigando a Pedro Castillo logran un resultado efectivo que sustente una posible vacancia. Aunque eso está muy lejos aún.

Los dos últimos gabinetes de Pedro Castillo marcaron un giro político hacia la derecha. Se abandonó las propuestas de PL en la campaña electoral y las de Castillo en la segunda vuelta. La realidad nos muestra que no es un gobierno de izquierda ni habrá transformaciones sociales y políticas importantes para cambiar el país y cerrar las brechas sociales.

El gobierno de Pedro Castillo ya no es un peligro para el statu quo, solo administrará la crisis como pueda. Es hoy un gobierno de la sobrevivencia, del pragmatismo más rudimentario, de la mínima capacidad de gobierno expresada en la designación de los funcionarios para la alta dirección del gobierno. Además, es un gobierno rodeado de personajes de dudosa reputación que ha comenzado a saquear las arcas del presupuesto público con la misma mediocridad con que ejerce el gobierno.

Castillo está atrapado en un círculo de mediocres y de corrupción, sobrinos, paisanos, empresarios de medio pelo y sindicalistas magisteriales. Agreguemos un partido clientelar y provinciano. Está imposibilitado de constituir un equipo de gobierno o no sabe cómo hacerlo.

Por otro lado, PL se ha resignado a una participación mínima en la cuota de poder en el gobierno y hacer lo que sabe por su experiencia política, colocar a sus militantes en los puestos del gobierno que le permite su participación y agenciarse de recursos mientras dure su participación. El mérito de PL fue el de un partido regional que llega a ser gobierno nacional, el problema es que su partido no estuvo ni preparado ni a la altura que las circunstancias exigen.

Asimismo, PL ha perdido la gran oportunidad que le brindó la historia para convertirse en un partido nacional que la izquierda necesita. Su dogmatismo y sectarismo, propia de la izquierda tradicional, ha sido la gran traba. En lugar de abrir las compuertas políticas al movimiento social y a toda la izquierda hizo todo lo contrario. Sus enemigos son los que denomina “caviares”, es decir los que no son de su partido no son la auténtica izquierda. Vladimir Cerrón ha quedado, política e ideológicamente, atrapado en el siglo pasado. Es cierto, también, que la mochila que carga de la corrupción es muy pesada. Por su parte Pedro Castillo no entendió nada de esto.

La crisis política que vive el país es una crisis permanente producto de las naturaleza del sistema político y la crisis de representación política. Es una crisis que se ha convertido en endémica. Es una crisis compartida entre el ejecutivo y legislativo, es crisis sin posibilidades de resolución en el periodo de gobierno. La crisis del gobierno y del parlamento son las caras de una misma moneda. Un gobierno precario que sobrevive por la precariedad del parlamento y no por su fortaleza. Los niveles de desaprobación de ambos los pone en cuestión.

Además, los partidos existentes se resisten a cambiar, no quieren la reforma política que les permitiría crecer y fortalecerse. Los jerarcas de los partidos quieren seguir manejando como su chacra su organización política en función de sus intereses inmediatos o particulares y no los intereses del país. Tenemos una clase política sin visión de país y sin capacidad de proponer los cambios que el país necesita.

Una muestra es que nuevamente el Congreso aprobó un ley contra la reforma política. Desde que se aprobó la reforma política con el objeto de fortalecer los partidos y tener verdaderos partidos democráticos, el anterior parlamento y el actual han hecho todo lo posible por corroer lo avanzado. El torpedo contra la democracia interna fue perpetrado al permitir nuevamente la elección de candidatos mediante delegados y no por votación universal directa y secreta de un militante un voto. Hoy, a pesar de que las elecciones regionales y municipales están en marcha, la oposición y el oficialismo se unieron para que los partidos que no lograron escribir su padrón de afiliados tengan una segunda oportunidad. También, se han suspendido las causales de cancelación de inscripción en estas elecciones como es la de la obligación de participar con candidatos en tres quintas partes de las regiones, en la mitad de las provincias y en un tercio de los distritos del país.

Por su parte el congreso está dedicado a protegerse de una posible disolución modificando afanosamente la Constitución y demoliendo las leyes de colaboración eficaz, la reforma universitaria y magisterial, mediatizando la reforma política y tratando, desde el primer día, la vacancia presidencial como la gran solución pero que en realidad es una simple venganza por no haber ganado las elecciones.

El voto de confianza que dio el parlamento al gabinete Torres, no fue porque están de acuerdo con la política general de gobierno expuesta, sino porque están cuidando su estabilidad política. Del mismo modo ocurre con la vacancia presidencial fracasada y la derrota de la derecha. Es un equilibrio precario entre legislativo y ejecutivo que le cerró el paso a la política de la triada de la extrema derecha parlamentaria.

Finalmente, hay que tomar en cuenta que la última votación para dar la confianza al gabinete Torres ha resquebrajado los partidos de centro como APP y AP principalmente. Fueron 64 votos a favor y 58 votos en contra, 2 abstenciones en la bancada de APP. Los partidos que dividieron su votación fueron los del centro AP, APP, SP y Podemos. En el caso de APP fueron 4 a favor, 9 en contra y 2 abstenciones. En el caso AP 2 votaron en contra.

Lo mismo se repite en la votación de la vacancia presidencial del lunes 28 de marzo. 55 votos a favor, 54 en contra y 19 abstenciones fue el resultado. Además, 4 partidos fraccionaron sus votos: APP, SP, PM Y PODEMOS. En AP 13 se abstuvieron, 1 en contra, la presidenta del Congreso de AP no voto.

Mientras la crisis continua se sigue acumulando el descontento social que comienza a dar sus iniciales protestas…

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