La confrontación tenía que llegar y llegó con la virtual censura del premier en camino, el Congreso usaría su bala de plata confiado en que los votos para la vacancia podrían conseguirse antes de que el Ejecutivo se decida por el cierre del Congreso. Ambos saben que no es el partido final.
En este fuego cruzado a la mayoría congresal dominada por la extrema derecha no le queda otra que censurar a Aníbal Torres, tienen los votos y creen que eso podría ayudarlos a levantar cabeza, por su lado Castillo ve en la censura una posibilidad más de victimizarse y de paso justificar un quinto gabinete que sería más de lo mismo sin que el Congreso después se atreva a censurarlo.
Más del 80 % de la población considera que la salida a esta crisis política pasa por nuevas elecciones generales, el nivel de desaprobación a la gestión presidencial ya supera el 72 % y el rechazo al Congreso supera el 83 %, pero la extrema derecha y la extrema izquierda no se dan por enterados y optan por la confrontación ante las tribunas, mientras en el Congreso negocian juntos la captura de la SUNEDU y otras perlas.
Es claro que ni Pedro Castillo ni Vladimir Cerrón están por el adelanto de elecciones generales, en el Congreso tampoco, y la mayoría de congresistas sueñan con vacar a Castillo y quedarse hasta el 2026.
Luego de que el Ejecutivo enviara al Congreso su distracción constitucional para que se consulte a la población si esta de acuerdo o no con una asamblea constituyente sabiendo que está sería rechazada y archivada, el Congreso ha decido ir por la cabeza del premier y varios ministros aprovechando la tormenta social que vive el país.
A pesar de todo el alboroto político el debate constitucional no está en agenda, si bien una mayoría de peruanos no cree urgente una asamblea constituyente eso no significa que no vean necesario hacer cambios e iniciar el debate, sin embargo, quienes promueven asamblea constituyente no levantan ninguna propuesta de discusión constitucional, y quienes se oponen, solo muestran pánico a cualquier reforma o cambio a ese documento mercantilista del 93 nacido del golpe y del fraude.
Este 11 y 12 de abril es la fecha escogida por el Congreso para confrontar e interpelar al premier, Aníbal Torres; Alfonso Chávarry, ministro del Interior; Carlos Palacios, ministro de Energía y Minas y a Betsy Chávez, ministra de Trabajo. Antes (martes 10) se proponen elegir a seis integrantes del Tribunal Constitucional a su imagen y semejanza.
A diferencia de la mayoría de presentaciones de gabinetes y/o interpelaciones a ministros, esta tiene, al parecer, la voluntad de la mayoría de bancadas de censurar y hacer caer el primer gabinete, y, todo parece indicar también, que el Ejecutivo tiene la voluntad de dejarlos caer para tener la opción de cierre del Congreso como arma de negociación futura.
En este cruce de sables lo que está en juego es la sobrevivencia política del Gobierno y del Congreso, ambos rechazan la idea de elecciones generales, Castillo y Cerrón necesitan este Congreso mafioso dominado por la extrema derecha y sus leyes anti reforma en la que votan juntos, y, la extrema derecha requiere de Castillo y Cerrón para justificar sus tropelías.
La extrema derecha – después de varios fracasos- cree que este es el mejor momento para derribar al primer gabinete de un debilitado Pedro Castillo acusado hasta de plagio y mostrarse recuperando la iniciativa perdida, quieren aprovechar que el premier Torres se ha ganado a pulso la repulsa ciudadana con sus alabanzas a Hitler y sus insultos al cardenal Barreto, aunque esta censura termine siendo útil también a Castillo.
Mientras la propuesta para que se vayan todos y nuevas elecciones generales no se convierta en un grito de movilización ciudadana seguiremos atrapados sin salida, por ahora, la censura está en el bolo salvo que a última hora suceda algo extraño en los pasos perdidos, pero igual la cuenta regresiva del gabinete Torres entró en la recta final.