En los últimos tiempos de crisis, censuras y vacancias, algunos distractivos logran el objetivo de captar la atención de la gente, todos los medios se encargaron soltar la “bomba del fraude” y sin ningún análisis convirtieron al lobista Zamir Villaverde en estrella fugaz.
Los voceros de la extrema derecha poniendo su mejor cara alzaron la voz reclamando seguridad para el investigado por corrupción, en una ejemplar muestra de solidaridad entre corruptos, hacían responsable de la vida del personaje al presidente Castillo, al INPE, al MININTER y al Ministerio Público. A propósito, Zamir Villaverde es más útil muerto que vivo, así que cuidado.
De pronto la narrativa del fraude volvió al Congreso cuya comisión gastó un dineral en “investigar” y no encontrar nada, esa narrativa que ocupó portadas durante semanas después de la segunda vuelta y que motivó hasta el viaje ridículo de los voceros de la extrema derecha a la OEA, quiso encontrar carta de ciudadanía en los dichos de un investigado al que alguien le está dictando el rollo.
Al parecer, como el rollo de la lobista Karelim López ya se está desgastando por que cada vez que habla aporta más humo que pruebas de corrupción, que las tiene, pero como le ponen la soga al cuello la digitan para que en el Congreso se despache con especulaciones y aspavientos.
¿A propósito, por qué a todos los investigados por corrupción en este gobierno y que se vinculan con el presidente Castillo los están asistiendo estudios de abogados fujimoristas o vinculados a la teoría del fraude?
Desde esta columna no tengo la menor duda de la corrupción en que está inmerso el presidente Castillo y su entorno, corrupción que llegó de la mano de estos lobistas que lo rodearon desde antes de la segunda vuelta y cuya experiencia en actos de corrupción y licitaciones fraudulentas saltan a la vista.
Lo declarado por Zamir Villaverde supera los límites de la imaginación, le dice a la Comisión de Fiscalización del Congreso “El señor Pedro Castillo Terrones lideró, planificó, y coordinó el fraude al más alto nivel con el JNE perjudicando así a Rafael López Aliaga y a la señora Keiko Fujimori. Estoy muy preocupado por mi vida”.
A Villaverde solo le faltó decir -leer- que también sabe cómo Castillo planificó ese fraude con IPSOS para que el conteo rápido coincidiera con el resultado final, y, cómo planificó con la OEA y otros veedores internacionales para que validaran el fraude.
Esta oportuna “denuncia” ha opacado las criticas a la elección poco transparente de seis nuevos integrantes del Tribunal de Garantías Constitucionales, máximo órgano de control de la constitucionalidad, a la que llegarán decenas o quizás cientos expedientes extraños buscando su atención, elección con olor a repartija entre Fuerza Popular, Renovación Popular, Avanza País y Perú Libre.
Distrae también de los recientes contubernios para el desmantelamiento de la SUNEDU, de las votaciones contra el enfoque de género y la educación sexual en lo colegios, de las restricciones al rol rector del MINEDU, opaca también las denuncias sobre las compras sobrevaloradas de laptops en el Congreso y otros maquillajes, aunque de esto último la gran prensa no se ocupa.