Que Pedro Castillo sea el líder de una organización criminal, o, María Alva lideresa de un complot para capturar el Gobierno es difícil de digerir, no pasan el examen, no tienen cualidades ni capacidad para liderar nada, son meros instrumentos, uno, de avezados lobistas, y la otra, de poderes fácticos.
El Fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, ha deslacrado el Art. 117 de Constitución de 1993 que desde su entrada en vigor blindó a los presidentes en ejercicio de cualquier investigación. La razón por la que ha roto la línea de sus antecesores, presión mediática y política mediante, es que, de acuerdo con la información brindada por colaboradores eficaces, el presidente de la República, Pedro Castillo, sería la cabeza de una organización criminal.
El problema es que, para que Castillo sea la cabeza de una organización criminal, se supone que debería contar con el dominio de ciertas habilidades y cualidades que nadie ha observado las tenga, más bien el fiscal, Pablo Sánchez, debió abrir investigación a Pedro Castillo por ser el líder de una desorganización criminal, que es lo que más calza con su personalidad.
En todo caso la cabeza de esa organización criminal estaría liderada por el prontuariado Zamir Villaverde, Karelim López y Bruno Pacheco, que, de acuerdo con todas las evidencias y sus propias confesiones, armaron y organizaron todo antes y después del 28 de julio, en esa organización Pedro Castillo, que no puede pronunciar una frase completa sin equivocarse, o, Juan Silva, que solo dice monosílabos, fueron instrumentos fundamentales.
Esto no significa menores penas para Castillo y Silva, todo lo contrario, tener los más altos cargos de la administración pública (presidente y ministro), los hará merecedores a las penas más severas. Castillo y Silva deberán pagar caro sus fechorías, pero los zamires, Karelines y brunos no deberían llevársela fácil. Resulta que los Al Capone de la corrupción arman el tinglado, tiran dedo, y zas, vuelven a delinquir y se quedan con el botín, mismo juego de Odebrecht.
CONSTITUYENTE DE FACTO
En el otro poder del Estado, las grabaciones donde María Alva, presidenta del Congreso, habla de sacar a Castillo y Boluarte, de tener a las FF. AA. de su lado para apoyar la aventura, convocar elecciones solo presidenciales y quedarse, etc. revelan indicios de un complot para capturar del poder que la hacen pasible de acusación constitucional, destitución e inhabilitación. Pero al igual que Castillo, Alva tampoco tiene las cualidades ni liderazgo para planificar tamaña empresa, ella no da para tanto.
Pero mientras el Ejecutivo se esmera en proteger y poner a buen recaudo a todos los investigados del entorno presidencial, la dictadura congresal hace exactamente lo mismo blindando y protegiendo a todo personaje vinculado a los cuellos blancos o archivando denuncias constitucionales por la muerte de Inti Sotelo y Brian Pintado.
Pero el mayor zarpazo ha venido con la constituyente de facto que la extrema derecha y sus aliados ha impuesto en la Comisión de Constitución, que, de oponerse a una constituyente o cualquier cambio del Frankenstein del 93, pasaron a reformar 53 artículos con el caramelo de restituir el Senado y permitir la reelección de congresistas, buscan así ganar 87 votos y evitar que pase a referéndum, que con seguridad perderían.
La restitución del Senado con el cuento de contar con una cámara “reflexiva” para que los vientres de alquiler manden a sus Becerriles, Mulders, Chirinos, Montoyas, Lunas y Martas Chávez es una buena broma, pero mientras la platea se distrae con ello, la constituyente de facto rompe el equilibrio de poderes, asume competencias para sancionar al JNE, ONPE y RENIEC, entre otras 50 “reformas” que constituyen un golpe camuflado.
Pero ahí no queda el contrabando, como de blindar se trata, ahora quieren que los candidatos presidenciales puedan al mismo tiempo ser candidatos al Congreso (cámara senadores o diputados), así, Keiko Fujimori, -que jamás será presidenta- podrá postular a la presidencia y al mismo tiempo al Senado, para curul de por medio burlar a la justicia y blindarse.
Lamentablemente, la política que es algo serio, en el Perú se ha devaluado a tal extremo que hoy estamos dominados por vientres de alquiler o franquicias familiares que dominan el Gobierno, Congreso y los gobiernos regionales y locales. La profunda crisis política, social y moral requiere con urgencia que se vayan todos, el país no aguanta 5 años entre el Gobierno de Castillo y el Congreso mafioso.
El país no puede esperar de la dictadura congresal reformas políticas con reglas claras para una transición ordenada, la salida será disruptiva y tendremos que recurrir al método heurístico, ensayo-error, para encontrar una mejor alternativa mediante nuevas elecciones generales, lo contrario es el inmovilismo y la resignación.