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jueves, abril 18, 2024

Periodista chilena relata abusos que padeció por organización vinculada al Sodalicio

Camila Bustamente, escritora y periodista chilena, brindó una entrevista al diario La República contando las atrocidades y el abuso que recibió en las Sirvientas del Plan de Dios, organización vinculada al Sodalicio.

En 2015, Pedro Salinas y Paola Ugaz lanzaron a la luz el libro Mitad monjes mitad soldados” sobre la rama masculina del Sodalitium. En ese momento, Camila Bustamante interactuaba con la Fraternidad Mariana de la Reconciliación y había dedicado casi toda su vida al Sodalicio, pero la aparición de esta publicación le abrió los ojos y la motivó a investigar el ambiente en el que se desenvolvía.

En la actualidad, Bustamante es una destacada periodista chilena, que en su juventud se formó en una parroquia sodálite de Santiago, pero que hoy relata con cierto pavor los episodios que le tocó vivir, así como lo que atravesaron sus hermanas en la fe.

Entrevista realizada por Edu Gamboa del diario La República.

—¿Cómo recibieron tu libro en Chile?

—El caso Karadima (y los casos de abusos en la Iglesia) son casos que están en la agenda de los medios. Cada vez nos hemos sorprendido con la gravedad de los casos, que implican a niños y adolescentes, y en los últimos años han salido abusos a mujeres en el ámbito eclesial. En Siervas hacemos foco en los abusos que comete una mujer hacia otra mujer y no se ha hablado mucho. Siempre generan interés estos temas por el contexto que ha vivido Chile respecto a ello.

—¿Cómo logras entrar en las Siervas del Plan de Dios?

—Partí muy adolescente, conociendo al Movimiento de Vida Cristiana. Me vinculé a través de la confirmación, de actividades solidarias, de la Cristiada, del Convivio, etcétera. Yo me vinculo al movimiento, en ese lugar vivian sodálites y conozco a las Siervas, que hacían apostolado, que participaban de esta parroquia, que trabajan con jóvenes y empiezo a participar de sus rutinas de manera normal al inicio. Y luego se va dando una búsqueda vocacional de los dos estados de vida que se promovían (ser monja o casarse). En caso de que tu vocación era ser monja, a Dios no se le podía hacer esperar y la respuesta era muy pronta en términos de edad. Estuve discerniendo mi vocación.

—¿Y en qué consistían los discernimientos?

—Eramos nombradas como candidatas y las jóvenes vivíamos como Siervas, participando en sus actividades comunitarias privadas, una oración intensa, con un horario estricto. Hacía planes de vida en unos Excel detallados de actividades por horarios, donde se refuerza el estudio, las actividades comunitarias. Uno así identificaba si Dios quería la vocación para ti y para ello tenía que hablar con voces experimentadas y espirituales, que eran consideradas la voz de Dios. Te hablaban de tus problemas de niña, de adolescente, y en ese periodo tenía que volcarme al 100% al discernimiento, un tiempo muy corto de tres meses, que es un periodo muy acotado para jóvenes de temprana edad, incluso adolescentes.

Abusos y maltratos

—Las Siervas pedían acciones para cumplir el Plan de Dios, ¿a qué te refieres?

—En base a los testimonios que pude captar, más de 30 testimonios, lo que me han contado y lo que puedo contar a partir de mi experiencia es que tu vida entera se vuelca a las Siervas. Te prohíben juntarte con gente que no te llevan a Dios o actividades como ir al cine a ver una película, algo tan cotidiano. Tienes que pasar muchas barreras: tienes que decir con quién vas, a dónde vas, a qué vas para esta acción. (Las Siervas tienen) una nube de dudas sobre la intención real detrás de cada acción que tomas. Por ello, conversas con tus director espiritual para revisar las acciones de tu día a día.

—¿Se puede hablar de maltrato físico y mental?

—Totalmente, en las Siervas hay manipulación para entrar a las comunidades, los casos son incontables, el daño que han generado es cuantioso. Todas las Siervas que conozco tienen tratamiento psicológico y psiquiátrico, con medicamentos y problemas de ansiedad por lo que han vivido, por el estrés que han vivido y los maltratos. Se han dejado de tratar enfermedades dentro de las comunidades de Siervas, y estas se agravaron y aparecieron nuevas enfermedades.

—¿Hubo humillaciones públicas?

—Eso es muy frecuente. Una forma de corregir es humillar públicamente, siempre hay una autoridad que lidera la humillación, burlándose de una persona, gritándola, tratándola de que tiene solo dos neuronas, con palabras groseras que uno ni siquiera en un contexto familiar lo dice. El objetivo de estas humillaciones es forjar la voluntad de las religiosas, hacerlas recias y que no tenían que quedarse en la forma, sino en el fondo: si te humillaban, es porque la autoridad quería hacerte más humilde y reflexivo. Ello pasó a ser parte de la vida cotidiana, las humillaciones se normalizaron, nadie alzaba la voz.

—En el Sodalicio ha habido todo tipo de sujeciones.

—Algo que en estas instituciones hay es abusos de poder y escaladas de violencia en las relaciones de las personas, eso llega a la abuso sexual. Entender el abuso sexual entre mujeres es difícil, pero lo he podido corroborar en las Siervas. Las Siervas son un espejo de lo que hemos visto en el Sodalicio. La mentalidad de Figari llegó mucho más profundo de lo que pensábamos y no lo vimos.

—Es sujeción sexual.

—La condición de la persona, ya sea homosexual o heterosexual, no está en cuestión, sino el abuso de poder y tiene que ver con las características sectarias de esta organización: hay una líder carismático al que le rinden culto, hay una vivencia de la autoridad absoluta, y la obediencia y el abuso sexual se da como resultado de una escalada de violencia que se da con el abuso del poder.

Puedes revisar la entrevista completa pulsando aquí.

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