Editores: | Elaine Ford, Winfried Weck |
Autores: | Elaine Ford, Pablo Legorburu, Álvaro Ramírez-Alujas, Carlos Vera, Germán Escorcia, Osvaldo Larancuent, Lía Hernández, Luis Adrián Salazar, Cláudio Lucena. |
Año: | 2020 |
Coedición: | KAS-ADELA, D&D Internacional |
Impresión: | Panamá |
INTRODUCCIÓN
El año 2020 ha traído a la humanidad un escenario difícil de imaginar. La advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 11 de marzo, declarando la pandemia global a causa del nuevo coronavirus o COVID-19, hizo encender las señales de alarma en el mundo entero, donde ya muchos países, entre ellos China —donde se inició—, sufrían los embates de un virus mortal, carente de vacuna y del que todos desconocían su tratamiento.
La velocidad de su propagación ha generado que mandatarios en diversas latitudes del lobo tomen decisiones severas de aislamiento o cuarentena y recomienden una serie de medidas sanitarias para evitar la infección, como el lavado de manos, el uso de mascarillas y la distancia entre individuos en lugares públicos.
La angustia rápidamente se ha apoderado de la población global, pues el número de muertes aumenta a gran velocidad, sobre todo en poblaciones vulnerables y en edades avanzadas. Hoy se vive un mundo surrealista con más de 55 millones casos de contagios y más de un millón 300 mil muertes. Hay países que incluso están experimentando una segunda ola de casos de contagios. El virus no distingue entre nacionalidades, sexo, raza, ni condición social, y mientras no exista una vacuna será difícil detener su propagación.
En este desolador escenario el mundo ha volcado su vida rutinaria offline al ámbito online. De pronto, el trabajo, la educación, las compras, los negocios y la vida social fueron confinadas a la Web 2.0 y a las diversas plataformas online. Internet ha sido el mejor salvavidas durante el tiempo de crisis, pues ha permitido humanizar el mundo virtual y nos ha permitido sentir que se puede continuar con los hábitos, las responsabilidades y las costumbres tradicionales pre-COVID-19.
Internet también ha sido el mejor vehículo para transportar abundancia de información, lo que se conoció como “infodemia”, a través de todas sus redes y herramientas digitales. El
individuo recibe incesantemente información y también la comparte, acciones que se han acentuado con el clima de incertidumbre producto de la COVID-19. Con ello, la desinformación y las fake news han aumentado y también los asuntos relacionados a los engaños y hackeos online.
Otros aspectos que son importantes a considerar en esta coyuntura global son: i) en lo relativo al acceso de Internet, de acuerdo a Internet Society (ISOC), aún falta por conectar a casi la mitad de la población mundial, lo cual constituye un desafío, porque la brecha digital se está agudizando; ii) también en lo relacionado con los derechos humanos en línea, el uso de datos, big data y la privacidad, y se hace necesario revisar cómo están
siendo atendidos estos asuntos; iii) en cuanto al marco internacional de cooperación digital, es de suma relevancia para entender cómo los Estados y los diversos actores están interviniendo en un nuevo multilateralismo en medio de la pandemia global; iv) igualmente, es necesario analizar la capacidad que han tenido los negocios, así como las pequeñas y medianas empresas, para reinventarse en medio de una pandemia, empleando la innovación para poder subsistir.
Así, se identificaron rápidamente las principales temáticas a incluir en el libro. Estas son: acceso a Internet y derechos humanos online, populismo y desinformación, privacidad, ciberseguridad, big data y datos abiertos, teleeducación, teletrabajo, cooperación digital y transformación digital de las empresas. El libro tiene como propósito mostrar cómo Internet, en tiempos de la COVID-19, desde diversas áreas, le ha servido a la humanidad, pero en particular a nuestra región, que, con una perspectiva latinoamericana, ha sabido tomar como referencia experiencias globales. Además, su objetivo es presentar los nuevos retos y riesgos que han surgido, a fin de demostrar cómo estos pueden atenderse coordinadamente entre los diversos actores comprometidos para minimizar su impacto.
De esta manera, tras definir los temas, se procedió a identificar a los autores en los distintos países de nuestra región latinoamericana. Cada uno de ellos posee una destacada trayectoria profesional, un amplio expertise y una rigurosa formación en distintas disciplinas.
Se hizo un esfuerzo por definir brevemente los alcances que se deseaba abordar en cada uno de los ejes temáticos identificados y, a su vez, relacionarlo con el mencionado expertise de cada autor.
A continuación, se muestran breves reseñas de los nueve artículos que reúne el libro:
Acceso a Internet y derechos humanos online
La pandemia ha desnudado la realidad de muchos países en América Latina, revelando que la conectividad a Internet aún es muy reducida, sobre todo en áreas rurales o zonas alejadas. Esto ha dificultado que las poblaciones accedan de manera online a las escuelas, al trabajo, a los servicios en línea para continuar con sus actividades cotidianas. La brecha digital se está agudizando, rezagando a las poblaciones menos favorecidas y evitando que se beneficien con oportunidades de progreso y emprendimientos. Ante esto, se enciende la discusión sobre si el acceso a Internet debe ser o no un derecho humano garantizado por el Estado y qué avances existen en el globo a ser considerados en el debate.
Populismo y desinformación
En el hemisferio se han visto distintos enfoques y estilos con los que los presidentes han abordado la crisis de la COVID-19. Respuestas tempranas y responsables frente a estilos populistas y desafiantes. Dos posturas extremas que se han visto reflejadas en los niveles de aprobación de sus mandatos. La desinformación y las fake news también han estado muy presentes en este contexto. Estas han proliferado en la web 2.0 y redes sociales, muchas veces con el propósito de desestimar el efecto nocivo del virus o las medidas
sanitarias recomendadas por la OMS y la comunidad científica. Habría que preguntarse cómo la desinformación ha proliferado en el contexto de COVID-19 y si esta ha sido un recurso utilizado por líderes populistas. ¿Cuál ha sido su efecto en la población?
Privacidad
A fin de combatir la COVID-19 muchos gobiernos en la región han diseñado distintos aplicativos dirigidos a la población que sirvan para identificar a víctimas de contagio, geolocalizar y rastrear los casos, así como brindar medidas sanitarias y de prevención.
Dichos aplicativos van recolectando datos personales de los ciudadanos. Hay quienes cuestionan a los gobiernos de aprovechar la crisis y, bajo el pretexto de la seguridad, se interfiere en la privacidad, que podría, incluso, derivar en prácticas de vigilancia. ¿Cómo
ponderar los derechos de privacidad vs seguridad en medio de una crisis global? ¿Cómo garantizar que estas medidas extraordinarias sean solo utilizadas en momentos extraordinarios y los individuos puedan exigir el respeto a su privacidad en la nueva
normalidad?
Ciberseguridad
Las estafas y los engaños online han sido prácticas habituales que aumentaron considerablemente en los tiempos de pandemia. También otros actos más sofisticados, como la suplantación de identidad o el uso de malware contra la infraestructura, según
reportes de Interpol. Los hackers han actuado sin escrúpulos en medio de esta crisis sanitaria global, atentando contra hospitales, comercio, entidades públicas y financieras, aprovechando la inestabilidad social y la crisis económica causada por la COVID-19. Frente a ello, es bueno examinar qué medidas se han tomado en América Latina para contrarrestar esta realidad y qué mecanismos de alerta y protección se activan desde la ciudadanía.
Big data y datos abiertos
La transparencia de información es una de las grandes demandas ciudadanas durante estos tiempos del nuevo coronavirus. Algunos gobiernos en América Latina han hecho grandes esfuerzos por tomar medidas sanitarias severas e informar permanentemente sobre los avances. En este contexto, los datos o big data cobran especial relevancia, sobre todo en lo relacionado con las adquisiciones del Estado, la información sanitaria de la población y todo lo referido a los casos de contagios y muertes. En algunos países las cifras oficiales suelen estar muy por debajo de los conteos extraoficiales, cuando se cruzan distintas fuentes y
bases de datos. ¿Cómo validar, transparentar y manejar responsablemente toda esa data? ¿Qué casos de éxito o buenas prácticas deben destacarse? ¿De qué manera el uso del big data puede generar espacios de análisis poblacional para la contención de la pandemia?
Teleeducación
Más de 156 millones de escolares estudian online en América Latina para evitar el contagio, de acuerdo a cifras de la ONU. La crisis de la COVID-19 decretó el aislamiento obligatorio en muchos países, forzando los estudios desde casa. Las escuelas y todo recinto de estudio se han visto obligados a diseñar programas de educación con alcance nacional, una respuesta que debió ser rápida y bien implementada, utilizando Internet, radio y televisión. En el ámbito digital se han diseñado valiosos programas de formación que han dado una respuesta eficiente frente a esta pandemia. ¿Cuáles son las medidas que han tomado los diferentes países para garantizar la continuidad de la educación en la escuela, secundaria y universidad? ¿La educación virtual podrá reemplazar a la presencial?
Teletrabajo
Al igual que la educación, el trabajo también ha sido ejercido vía online durante los tiempos de la COVID-19. Muchos centros laborales adaptaron sus tareas al teletrabajo, empleando las diversas herramientas digitales para continuar con eficacia el desempeño de sus trabajadores y los resultados de la empresa o entidad. Por ejemplo, la plataforma Zoom registró un aumento considerable de descargas y uso en América Latina. Esto ha generado en las grandes corporaciones tecnológicas el desarrollo de distintas herramientas digitales
para contribuir así con la crisis y demostrar la viabilidad de ejercer los oficios y profesiones conectados a Internet. ¿Cuáles son los pros y contras del teletrabajo y cuáles son las perspectivas, a futuro, en relación con las competencias sociales en este nuevo modelo?
Cooperación digital
En el contexto de pandemia se ha visto cómo la cooperación bilateral y multilateral entre países ha aumentado, a través de información sanitaria, medidas para mitigar el virus y frenar la curva, intercambios de protocolos médicos, entre otros. Es interesante examinar qué esfuerzos se han impulsado desde un nuevo multilateralismo con la participación activa de gobiernos, empresas, comunidad científica y sociedad civil para atender la crisis y cómo
la digitalización ha sido un gran aliado para enfrentarla, si se compara con la gripe española de 1918, cuyo impacto fue devastador.
Innovación y transformación digital de las empresas
La pandemia ha tenido severos efectos no solo en la salud, sino en el plano económico. Medidas como el aislamiento social obligatorio o cuarentena han obligado al cierre de aeropuertos, establecimientos comerciales, restaurantes y a la prohibición de la movilización terrestre. Frente a esto, el modelo de economía digital se ha visto afectado según el sector; algunos casos precisos son los servicios de taxi o turísticos y los de hospedaje. Asimismo, las pequeñas y medianas empresas han tenido que reinventarse, por medio del uso de plataformas digitales que propicien la interacción comercial sin el contacto entre las personas. Ante la crisis económica, ¿cómo la transformación digital ha servido a las empresas tradicionales?, ¿han sabido adaptarse?, ¿cuáles han sido las principales debilidades en la región que han impedido que algunos negocios se reactiven?
Quiero agradecer a los autores que aceptaron participar en este proyecto y han colaborado cada uno con un valioso artículo para cada tema. Ellos son: Pablo Legorburu (Argentina), Lía Hernández (Panamá), Cláudio Lucena (Brasil), Álvaro Ramírez-Alujas (Chile),
Germán Escorcia (México), Carlos Vera (Ecuador), Osvaldo Larancuent (República Dominicana) y Luis Adrián Salazar (Costa Rica).
Igualmente, todo mi agradecimiento al equipo del Programa Regional Alianzas para la Democracia y el Desarrollo con Latinoamérica (ADELA) de la Fundación Konrad Adenauer (KAS), con sede en Panamá. Esta publicación no sería posible sin la confianza brindada por su director, Winfried Weck, a quien le agradezco enormemente la posibilidad de concretar este proyecto de manera conjunta. Mis agradecimientos también van para Marcee Gómez, con quien he coordinado cada detalle de este volumen, siempre con una gran disposición para atender mis consultas y requerimientos.
También agradezco a Enrique Hulerig, responsable del importante trabajo de edición, quien lo hace con gran voluntad y especial cuidado, junto a Saúl Soria, quien hace un notable trabajo de diseño. Además, extiendo mis agradecimientos a Gabriela Romero, coordinadora de proyectos de nuestro equipo, por su generosa colaboración en la recopilación de información.
Desde D&D Internacional – Democracia Digital, nos sentimos honrados de realizar este proyecto junto a la KAS ADELA, que consolida el trabajo que venimos impulsando en el Perú y la región, a fin de promover un uso responsable de Internet. Nuestra misión, como
think tank que somos, se fortalece con un libro de esta naturaleza. A lo largo de 2020, la pandemia nos presentó nuevas oportunidades: hemos trabajado intensamente desde diversos frentes para atender la problemática, siempre desde la óptica del uso de Internet y las nuevas tecnologías digitales y su relación con la ciudadanía.
Esta publicación se da en un contexto de incertidumbre, donde aún no sabemos cuál será el futuro de la pandemia por la COVID-19. Y, en este sentido, es un esfuerzo audaz habernos anticipado a analizar la realidad actual desde distintas perspectivas, con una mirada hemisférica. Realmente deseo que la presente entrega sea una contribución para la comunidad académica y, especialmente, para cada una de las personas que viven intensamente este nuevo modelo de vida en la era digital, en medio de una crisis sanitaria global sin precedentes.
Lima, noviembre de 2020
Elaine Ford
Directora Fundadora
D&D Internacional – Democracia Digital