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sábado, abril 26, 2025

Patria II, el virus del miedo

Por Paula Távara

Hace un par de días, una entrevistadora comenzó preguntándome algo como: “usted sabe que muchas familias están tomando la decisión de irse del país si gana Castillo, están vendiendo sus casas y propiedades para migrar”. Más tarde leí un mensaje en Twitter: “si quieres limpiar inodoros en EEUU, vota por el comunista de Castillo”. Un conocido me pregunta en serio sobre la posibilidad de una toma de la capital por los ronderos.

No voy a detenerme en la veracidad de estas afirmaciones; no intento en estas líneas hacer ninguna defensa de las propuestas de gobierno de ninguno de los candidatos, pero no puedo escapar al miedo que me genera tanto miedo a nuestro alrededor.

Desde que empezó la campaña para la segunda vuelta hemos visto a políticos, líderes de opinión, personalidades diversas y a ese monstruo que son las redes sociales en una constante apelación al miedo. Miedo al “comunismo” -sin explicar nunca qué es-  a las expropiaciones, a que te quiten hasta el celular, a ser más pobres, a “terminar siendo como Venezuela” (y aquí creo que hay que pedir perdón a venezolanos y venezolanas por haberles quitado su estatus de personas para cosificarles como ejemplo de miseria).

Se equivocan quienes apelan al miedo como mecanismo para lograr el voto “anti”; y es que una sencilla revisión a las encuestas difundidas esta semana permite apreciar que el sector al cual necesitan convencer es precisamente aquel que tiene poco y nada que perder. ¿Qué se le puede expropiar a quien tiene que invadir terrenos para alcanzar una vivienda propia? ¿Qué ahorros puede perder quien toda su vida solo conoció la economía de subsistencia? ¿Qué peor sistema de salud puede imaginar quien lleva días durmiendo en la calle a la espera de un balón de oxígeno?

Ante el virus del miedo, la vacuna de la cotidianeidad ya ha hecho efecto. Las amenazas que les presentan no es algo con lo que ahora no conviven.

El asunto es que este intento de inocular el virus del miedo parte directamente de su propio miedo. En lugar de cuestionarse sobre lo que una buena parte del país quiso decir el 11 de abril, se aferran al “hortelanismo”[1] que tantos privilegios trajo a los ya privilegiados. Y quizás ese estado de negación sea el mayor responsable de su estancamiento de campaña. Cuando les preguntan sobre cambios en la Constitución, defienden el modelo, ese de 70% de informalidad laboral, y prometen limitar la vacancia presidencial. Sí, ahora que serían ellos los vacables. El miedo es mal consejero si no te ayuda a ver alternativas, si se vuelve pánico y te lleva a cambiar líneas editoriales y mostrar que tienes miedo.

El asunto, nueva y tristemente, es que el 7 de junio y el 29 de julio seguiremos conviviendo. Seguiremos aquí, partidos en dos, con miedos y recelos, temiendo las repercusiones de un ejercicio democrático convertido en batalla entre bandos.

El video que el jueves recorrió las redes alimenta ya no solo el miedo al “comunismo”, sino al otro. El nosotros de los que aman al Perú queda reducido a unos cuantos. Ya no se trata solo de generar temor por un modelo económico distinto o por un autoritarismo, sino de una ceguera selectiva y voluntaria o, peor aún, una estigmatización sobre parte del país y sus ciudadanos y ciudadanas. La secuela de este virus es un país desmembrado.

Mientras acusan a los partidarios de Castillo de promover una lucha de clases, Álvaro Vargas Llosa dijo: “quienes estamos defendiendo la opción de Keiko Fujimori, estamos defendiendo la posibilidad de cambiar el modelo por la vía (…) de la civilización” y con ello desmontó cualquier argumento de opción integradora.

Si dejamos que el miedo sea la base de esta campaña y de la construcción de país para este próximo quinquenio, seguirá ahondándose esa fractura tremenda que la desigualdad social, el racismo y el clasismo han forjado a lo largo de nuestra bicentenaria historia. Ese otro será más ajeno y seguiremos atrapados en ese bucle terrorífico de los peruanos de primera y segunda categoría. Eso sí que me da miedo.

[1] Vergara, Alberto. Ciudadanos sin república. Planeta, 2018.

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