Juan De la Puente, politólogo y director de “Pata amarilla”, asegura que los primero días de la movilización en el Perú surgió por una identificación étnica de sectores rurales con Pedro Castillo.
Para el politólogo, el voto de confianza del Congreso a la Presidencia implica un encargo. Es decir, los votos se dan como canje, siendo el Ejecutivo el que tendría que contentar al Congreso.
«73 votos de las bancadas que antes eran opositoras a Castillo implica un respaldo alto», afirma Juan de la Puente. «Esta sería una especie de gobierno cívico congresal».
Según el politólogo, algunas exigencias del Congreso fueron cumplidas por el gobierno, tales como la prohibición de Evo Morales al Perú o la expulsión del embajador de México.
Para de la Puente, el actual gabinete tiene mayores competencias que los presentados por el ex presidente Castillo. Pero su preocupación se centra en si hay espacio para que este gabinete se mueva dentro de la política pública.
Por otro lado, en relación a las investigaciones preliminares abiertas por la fiscal de la Nación a la presidenta Boluarte, al premier Otálora y el ex ministro del Interior, César Cervantes, el politólogo mantiene la siguiente opinión: «Hoy tenemos una presidencia devaluada. El señor Castillo ha hecho todo lo posible por devaluar la institución de la presidencia. Me preocupa a futuro el tratamiento fiscal desde el Ministerio Público en ejercicio de la presidencia.»
«Cada vez la presidencia en el Perú vale menos», añade. «Y mientras cada vez valga menos, es más difícil una gobernabilidad porque nuestro sistema requiere de presidencias fuertes».
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