Por Renzo Vidal Caycho
«… [Cosme] Churruca se llevó las manos a la cabeza: «la flota está perdida», dijo, «[Pierre] Villeneuve no sabe lo que hace». Sin embargo, no había tiempo para quejas, pues el combate era inminente. [Horatio] Nelson, dirigió a sus subordinados su último mensaje: «Inglaterra espera que todo hombre cumpla con su deber», mientras que los franceses gritaban hurras a su emperador y los españoles prometían en grito que estaban dispuestos a morir cumpliendo su deber…» (Benito Pérez Galdós, 2001).
El Vicealmirante del buque de guerra «Victory», Horatio Nelson, pronunció estas palabras antes de su último combate con la alianza franco-española en la batalla de Trafalgar (1805), logrando un clamoroso triunfo tras comandar una escuadra británica compuesta por marineros profesionales a diferencia de su contraparte. Dicha batalla marcó un hito en la historia, y no solo de Europa; es considerada como el inicio de la independencia de América del virreynato español.
Durante la redacción de estas líneas, el Perú ya debe haber definido qué candidatos deben haber pasado a la segunda vuelta. Lo más seguro que sean dos polos muy antagónicos, pero que en esencia parecidos tras moverse como alas radicales en sus formas de gobernar. Bajo ese manto democrático, el Perú vive sus horas más críticas reflejadas en la cifra de fallecidos por el Covid-19 que logra su mayor pico desde el inicio de la pandemia hasta un día antes de las elecciones, con 384 decesos según cifras del MINSA.
Pero no solo es la muerte de centenas diarias por dicha enfermedad; la economía peruana también atraviesa por unos de sus períodos más críticos y con alta incertidumbre. Uno de los indicadores que reflejan ella es el tipo de cambio que durante un poco más de una semana mostró una caída de 5.9% tras la última encuesta presidencial, donde se posicionaban candidatos más de centro derecha, pero que con las últimas informaciones de quiénes pasarían a la segunda vuelta, se desaceleró dicho deslizamiento.
En el supuesto de una segunda vuelta con alas antagónicas ¿cambiaría el rumbo de la economía? Una de ellas sí desea un cambio muy radical, lo que significaría un viraje de timón del actual rumbo económico.
Como se sabe, las inversiones vienen cayendo desde hace algunos años de manera sostenida. Según las cifras del Banco Central de Reserva del Perú, desde el 2014 al 2020 han caído 3.2% cada año en promedio, preocupante si se considera que junto al consumo explicarían aproximadamente el 80% de la economía.
No obstante, bajo la presente coyuntura política esto podría empeorar si las señales del gobierno entrante son equivocadas y salpican con información errónea a las inversiones. Entre ellas, el cambio del presidente del BCRP, quien es considerado por varios especialistas nacionales e internacionales como uno de los mejores banqueros a nivel mundial. Nada despreciable a sabiendas de que Perú aún es considerado un país emergente.
¿Qué significa cambiar de directorio del BCRP? Según el artículo 86 de la Constitución Política del Perú, el directorio tiene siete miembros, cuatro designados por el poder ejecutivo incluido el presidente, y tres por el legislativo. El gobierno de turno podría removerlo de su cargo y tomar control en función a una política económica establecida por dicho gobierno. Así, la política monetaria cuyo objetivo final es controlar la inflación, se vería seriamente comprometida.
A partir de la Constitución del 92 se puso un fuerte candado a la autonomía del Banco Central, ya que anteriormente fungía como prestamista del Ejecutivo para cubrir las deudas generadas por las políticas de subsidio social establecidas principalmente a finales de los 80s, es decir, una política fiscal muy expansiva en desmedro del erario y sin considerar reglas macroprudenciales. La situación económica en plena pandemia podría agravarse aún más si se toman este tipo de políticas tan perjudiciales a lo largo de la historia.
Por lo tanto, parafraseando a lo mencionado por Nelson hace más de 200 años y relacionándolo con nuestra principal autoridad política: «Perú espera que todo gobernante cumpla con su deber», sacar adelante a la economía peruana en los próximos años sin que puedan afectar la dirección del buque de guerra llamado Perú.