La crisis política se encuentra en un callejón sin salida y amenaza con prolongarse, existe un empate destructivo entre el gobierno de Castillo que va de tumbo en tumbo y la dictadura congresal destituyente.
Castillo acorralado por las denuncias de corrupción – ahora con su hija-cuñada en prisión- despliega todas sus baterías para tratar de obstruir y bloquear las investigaciones, en su desesperación ha cambiado al alto mando de la PNP para apurar la destitución del coronel Colchado, convertido en héroe por el fujimorismo y sus aliados que antes lo denigraban.
Por su parte la dictadura congresal destituyente ha renunciado a usar sus prerrogativas constitucionales para para poner fin a la crisis, se niega modificar los artículos de la constitución que blindan a un presidente en ejercicio, de hacerlo cambiarían la suerte de Castillo y de todos los presidentes que incurran en corrupción, prefieren presionar a la Fiscalía y el Poder Judicial para que se encarguen vía interpretación auténtica o creativa de cazar a Castillo.
La Fiscal de la Nación que lidera las investigaciones aprieta el acelerador aprovechando que navega con las velas al viento, tiene el respaldo total del Congreso dominado por la extrema derecha, el apoyo incondicional de la los medios de comunicación que silencian cualquier crítica a su gestión en la fiscalía y le saltan al cuello a quienes, sin cuestionar las investigaciones a Castillo, ponen en duda su idoneidad en el manejo del Ministerio Público.
El informe de IDL Reporteros, sobre los cambios operados por la Fiscal, pone en duda los informes que sirvieron para justificar la remoción de la fiscal Revilla que, ya había formalizado investigación al ex fiscal de la Nación Pedro Chávarry (por obstruir investigación a Keiko), al excontralor Edgar Alarcón, el exfiscal supremo Luis Arce, el expremier César Villanueva y tenía a su cargo el caso de Kenji Fujimori y PPK por compra de votos, es decir a los peces gordos.
Según IDL-Reporteros, que al momento de publicar este artículo no ha sido desmentido, la Fiscal Benavides ya habría intervenido antes de ocupar el máximo cargo por el caso de su hermana, Enma Benavides (investigada por presuntamente favorecer a narcotraficantes), sin lograr su objetivo, según testimonio de la fiscal Bersabeth Revilla a IDL (https://www.idl-reporteros.pe/orden-y-firmeza/). Revilla también tenía el encargo de investigar a otra hermana de la fiscal, Ruth Benavides, que ocupó el cargo del hoy encarcelado, Walter Ríos, de la Corte Superior del Callao.
La extrema derecha que desde el año 2000 no gana elecciones presidenciales ha tenido mejor suerte armando correlaciones de fuerza en el Congreso, el 2016 el fujimorismo con su aplastante mayoría no reconoció los resultados electorales, el 2021 no fue distinto, después de la teoría del fraude se atrincheraron y armaron una dictadura congresal destituyente jugando a la vacancia desde el primer día.
El Congreso ha decidido jugar en pared con la Fiscalía y el Poder Judicial, para que esas dos instituciones (cuestionadas también por corrupción) hagan el trabajo que no les compete, sacar a Castillo, pero para quedarse y trasladar su dictadura parlamentaria al Ejecutivo sin convocar elecciones generales.
Hoy el Congreso y los medios abordan a diario la corrupción de los pájaros fruteros y pirañitas, pero ocultan o minimizan la corrupción de los grandes lobbies, la de los tiburones. Mientras la Fiscalía investiga a Castillo por presuntamente liderar una organización criminal, pero la presunta organización criminal por la que es procesada Keiko Fujimori gobierna el Congreso, y, al jefe de la otra presunta organización criminal, José Luna, de Podemos, lo eligen presidente de la Comisión de Presupuesto.
La población percibe que la corrupción atraviesa al Ejecutivo, al Congreso, al Poder Judicial, al Ministerio Público y gobiernos locales y regionales, pero que solo se mira la corrupción del Gobierno, será por eso que Castillo en vez de bajar sube, tiene entre 25% y 29% de aprobación, mientras que el Congreso igualmente corrupto e impresentable tiene menos de 10 %, de ahí que la ciudadanía condene al Congreso y al Gobierno para que vayan los dos.
Mientras la extrema derecha mueve sus fichas para quedarse y tomar el Ejecutivo, Castillo obstruye las investigaciones para prolongar su agonía en el Gobierno. Las izquierdas y la centroderecha están en nada, no proponen una salida a la crisis, no levantan ninguna bandera que movilice a la ciudadanía, por el contrario, se oponen a que se vayan todos, avalando el continuismo de Castillo y del Congreso.
En estas condiciones de deterioro político y social, la declaración de los obispos del Perú que consideran que los dos poderes del Estado son responsables de la crisis ha pasado desapercibida, su propuesta que recoge el consenso ciudadano para una salida política ha sido ignorada, así, y si la calle sigue silente, el empate destructivo que vivimos va a prolongarse.