Muchas veces creemos que los problemas más importantes del país se generan y resuelven en Lima. Nada más lejano de la realidad. Hoy la población de San José de Saramuro, justo allí hasta donde llega el oleoducto, han bloqueado el día de hoy el río Marañón. Si no hay vocación de conversar, en 45 días bloquearían el río de manera indefinida.
Y todas y todos sabemos que suele significar eso, tanto de parte del Estado como de las comunidades
Qué es lo que reclaman las comunidades: pues el cumplimiento de la planteado en la consulta previa que ya se les hizo: mejora de la infraestructura y demás condiciones para un servicio de salud decoroso, y la remediación de los sitios afectados por múltiples derrames de petróleo, remediación para la cual llegó a ofrecerse cien millones y solamente se han invertido ocho. Propuestas vinculadas a lo educativo. las cuales incluso avizoraban la creación de una universidad intercultural. suena hoy hasta para los mismos comuneros fantasía pura.
Poco o nada se ha hecho frente a los desastres ocurridos en los lotes 192 y 8, y la situación se agrava con la salida de uno de sus operadores. No se ve el mejor espíritu en las comunidades de la zona en recibir un nuevo operador. Desconfianza le llaman algunos.
El cuadro es apremiante si tenemos en claro además que el agua y los peces de la zona no son considerados aptos para el consumo humano, y la única respuesta que se da es la de acumular agua de lluvia. Nadie en el Perú debería vivir en esas condiciones, máxime cuando andan sueltos en plaza algunos dispuestos a aprovechar cualquier situación difícil en favor de sus propios intereses.
No digamos entonces que no sabemos, y que quienes tienen la obligación de prevenir conflictos o de impulsar soluciones a dichos conflictos entretenidos en tareas que en rigor no son las suyas. Conflicto avisado y no atendido sí hace daño y hasta mata gente.