En las protestas de Irán, las mujeres se quitaron sus hiyab y en algunos casos los quemaron. Estas demostraciones atípicas en el país persa evidenciaron la furia de muchas iraníes tras la muerte de Mahsa Amini, luego de ser detenida por la Policía de la Moral, por no portar el velo de forma «correcta».
En otros países como Líbano y Turquía las mujeres también salieron a manifestar.
En la jornada de este miércoles 21 de septiembre, mujeres iraníes que participaban en las manifestaciones se quitaron sus hiyab en plena calle, algo prohibido en el país persa.
Algunas de ellas incluso quemaron las prendas en público entre ovaciones de los asistentes, que coreaban consignas como «justicia, libertad y no al hiyab obligatorio» y «mujeres, vida, libertad».
Cientos de mujeres cantan y bailan, mientras queman su hiyab públicamente, en las calles de Irán. El valor de la Libertad. Esto es histórico. Lo que están logrando las mujeres iraníes es inmenso, tiene que recorrer el mundo.*_ pic.twitter.com/rMJP3ePsD1
— Miguel Antonio BERNAL Villalaz (@MiguelABernalV) September 22, 2022
Otra manifestante se corto el pelo frente a la multitud, mientras cantaban «muerte al dictador», en referencia al líder supremo Alí Jamenei, a quien culpan de la muerte de Amini.
Para dispersar las protestas, que ya provocaron al menos ocho víctimas mortales, los agentes de seguridad utilizaron gases lacrimógenos y cañones de agua. También arrastraron a mujeres por el suelo y se las llevaron a la fuerza.
La indignación por la muerte de Amini se extendió a países como Turquía, Alemania y Líbano, donde las mujeres replicaron las protestas.
Amini, de 22 años y oriunda de la provincia de Kurdistán, falleció tras estar en coma después de haber sido arrestada por la Policía de la moral en Teherán la semana pasada. La autoridades han negado cualquier responsabilidad en su muerte y aseguran que Amini tenía problemas de salud, algo que su familia niega.
El impacto de la muerte de Amini en las mujeres iraníes
La muerte de Amini no solo ha desencadenado protestas alrededor del país, sino también el pánico entre muchas iraníes que temen caer en manos de la Policía de la Moral, encargada de vigilar la vestimenta de las mujeres.
Para Tina, residente en Teherán, quien prefirió permanecer en el anonimato, «un simple viaje de casa al trabajo es ahora un peligro». Y Shiva Nazar Ahari, activista de los derechos de la mujer residente en Eslovenia, considera que «las mujeres de Irán viven bajo presión a diario».