Por Fernando de la Flor Arbulú
Un par de chicos, un hombre y una mujer, asesinan con saña a su prima, tan adolescente como ellos. El crimen, utilizando filudas navajas, lo cometen teniendo como testigos a dos pequeños niños. El acto es un festín de sangre y violencia, esa combinación de pulsiones gobernadas por la crueldad humana. Esto sucede en un pueblito olvidado de la zona de Chiapas, en México, en la frontera con Guatemala.
Jorge Volpi, el reconocido escritor mexicano autor de varios libros importantes, escoge ese evento macabro para contárnoslo en su reciente novela, “Partes de guerra”.
Luis Roth es un destacado profesional de las neurociencias. Ha fundado un centro de investigaciones interdisciplinario dedicado especialmente a estudiar el comportamiento humano y, principalmente, los impulsos que desatan la violencia incontrolable. En el centro de estudios hay psiquiatras, neurólogos, psicólogos, sicoanalistas y expertos en criminalística. Tan luego Luis Roth se entera del horrendo crimen de Dayana, la niña que perdió la vida a manos de un par de chicos, adoptó una decisión junto a sus colegas: trasladarse al lugar de los hechos e investigar por qué esa pareja de muchachos fue capaz de asesinar con tanta virulencia; qué impulsos tuvieron para actuar de manera tan inhumana y qué fue lo que los motivó a hacerlo delante de dos pequeños que vieron lo que no comprendían.
Jorge Volpi utiliza la voz de una de las profesionales del equipo –Lucía se llama- para relatarnos los vericuetos de la historia. Lo hace con destreza literaria: descripciones ilustrativas, párrafos hilvanados y rítmicos, diálogos intercalados y profundas reflexiones introspectivas. Hay multiplicidad de preguntas sin respuestas inmediatas, interrogaciones recurrentes sin absoluciones suficientes, en fin, un cumulo de cuestionamientos y no menos incertidumbres.
Pero, al tiempo de dar cuenta de los estudios que van desarrollándose y los interrogatorios que acompañan las pesquisas del crimen de los dos muchachos, Jorge Volpi, con maestría y agudeza creativas, da un giro al relato y vuelca a Lucía a que nos cuente, también, las sorprendentes historias del respetado investigador jefe, Luis Roth. Y la novela entonces comienza un nuevo camino, abre un relato paralelo, absolutamente distinto, plagado de descubrimientos desconcertantes.
Luis Roth ya no es, conforme avanza la novela, el científico indiscutido ni el respetado académico: es un hombre de carne y hueso, colmado de pasiones, deseos sexuales y conquistas amorosas que producen un contraste entre la apariencia y la realidad hasta convertirlo en un personaje irreconocible. Tratar acerca del amor auténtico, a partir de aquel que es fingido o impostado, se convierte entonces en tema central del relato.
La prosa solvente y asertiva de Jorge Volpi se acredita en la mixtura de las historias y en la profundidad de los sentimientos humanos que las envuelven: la violenta muerte de la chica Dayana a manos de un par de adolescentes que no pudieron controlarse, y la personalidad desconocida de un personaje que, como el académico Luis Roth, aparentaba una realidad diferente, al extremo que el amor resulta irreconocible.
“Partes de guerra”, de Jorge Volpi, es por eso un excelente recurso literario, convertido en novela, que nos introduce en dos profundos como desconcertantes sentimientos humanos: la crueldad y el amor aparente.
