Por Jessica Huamán
A lo largo de estos 3 años de pandemia, hemos visto cómo el liderazgo vecinal ha ido empoderándose y posicionándose, logrando sacar adelante iniciativas valiosas como las ollas comunes. Organizaciones sociales de base sacadas adelante por pura iniciativa comunitaria, impulsada con el único objetivo de aplacar el hambre en sus territorios.
En ese sentido, y habiendo la necesidad de generar un espacio de articulación interinstitucional que le dé respuestas a dichas organizaciones de base y además sea una caja de resonancia para las demandas que las lideresas de ollas comunes identificaban, se creó la Mesa de trabajo de seguridad alimentaria. Dicho espacio lo promoví en el año 2020, desde la Comisión Metropolitana de Salud Publica y Desarrollo Social, teniendo como objetivo garantizar el derecho a la alimentación de la población limeña y promover políticas locales que den respuesta a la emergencia alimentaria vivida.
Es en este espacio en donde se gestaron iniciativas importantísimas para la ciudad de Lima, como el acuerdo de concejo Nº 180, aprobado el 30 de junio de 2020, citando en su primer artículo lo siguiente: “Recomienda a las Gerencias correspondientes de la Municipalidad de Lima, elaboren una base de datos y registro de las ollas comunes implementadas en Lima Metropolitana con el fin de identificarlas y así canalizar de forma oportuna la ayuda humanitaria correspondiente”, ejecutándose de forma inmediata, junto a una georreferenciación de ollas comunes en el año 2020.
Cabe resaltar que, gracias a este primer registro, se pudo tener información actualizada del número de beneficiarios y acceso a servicios básicos que poseen las ollas comunes, visibilizando las carencias que se tienen en los territorios, y la potencial inseguridad alimentaria que se puede estar viviendo.
Por otro lado, en dicho espacio se promovieron 3 mociones relevantes para las ollas comunes, el Acuerdo de Consejo Nº 241, aprobado el 29 de julio del 2020, el cual “recomienda a la Municipalidad de Lima a promover espacios de capacitación en seguridad alimentaria a ollas comunes y comedores populares” de tal manera que se incentive una alimentación nutritiva con lo poco que se podía acceder durante la emergencia sanitaria. El Acuerdo de concejo Nº 294 aprobado el 7 de setiembre del 2020, el cual “Recomienda crear un equipo técnico que garantice que las donaciones que acepten o intermedie la Municipalidad de Lima sean nutritivas y saludables”. Y el acuerdo de Concejo Nº 162 aprobado el 29 de abril del 2021, y que “Declara de interés metropolitano la recuperación de alimentos de mercados de Lima para facilitar el acceso de alimentos a las ollas comunes”, el cual fue antesala a la ordenanza que hoy existe y promueve la recuperación de alimentos en los mercados de Lima.
Además, a través de la Mesa de trabajo de Seguridad Alimentaria se impulsaron políticas locales como la ordenanza 2498, “Ordenanza que promueve la recuperación y rescate de alimentos agrícolas, acuícolas frescos, en mercados mayoristas y mercados de abastos de Lima Metropolitana” la cual crea el programa “Lima Recupera y Alimenta” y las brigadas de recuperación. Sin embargo esta ordenanza no ha sido reglamentada por la actual gestión municipal, algo que seguimos esperando.
Y veo necesario mencionar la existencia de dicho espacio y los logros que ha tenido, porque en las últimas semanas ciertas autoridades se han irrogado logros ajenos y colectivos, dando a entender que la organización social no existe, algo muy alejado de la realidad.
Ya que todo lo expuesto nos demuestra como los espacios colectivos y multiactor existen incluso desde inicio de pandemia, generados desde un gobierno local y realmente han marcado la diferencia, expresando voluntad política para construir iniciativas de la mano con la ciudadanía, para escuchar directamente las demandas de los vecinos, y para promover y fortalecer la política alimentaria local y nacional. Ya que el trabajo para la erradicación del hambre en el país no se hace con asistencialismo o con discursos populistas, la inseguridad alimentaria se afronta de la mano de todos los actores de los sistemas alimentario y garantizando la gobernanza alimentaria de manera efectiva. ¡Y ojalá todas las autoridades lo tengan presente y sepan reconocer los logros colectivos!