Por Yomar Melendez
Finalmente, Pedro Castillo Terrones está en la segunda vuelta. Su crecimiento fue advertido semanas antes en esta columna, aunque su velocidad, debo reconocerlo, ha sido sorprendente. Ahora compartiré nuevas reflexiones que intentan hurgar en las posibilidades que tiene el candidato chotano tomando en cuenta la dinámica interna del conglomerado que lo apoya, su poder y el adversario al que se enfrenta, entre otros asuntos que merecen considerarse.
I
Es evidente que a la fecha Castillo y las estructuras que lo soportan no son los mismos. Hoy podemos observar por lo menos tres vectores: Uno, Perú Libre como sujeto político con sus ideas, práctica y militancia, en muchos casos distintos a la izquierda progresista; el otro, sectores anarco-infantiles que han logrado alguna representación parlamentaria y pugnarán por incidir en la toma de decisiones; y el tercer vector, el mismo Pedro Castillo que, ungido como postulante victorioso, intentará desarrollar sus propios espacios de influencia.
En un colectivo con esos componentes – y tal vez otros que todavía no se logran mostrar- lo más probable es que surjan contradicciones y una natural disputa por la hegemonía.
II
El poder de Castillo Terrones también ha variado, e incrementado. Inicialmente estaba sustentado solo en las bases magisteriales que lo identifican como líder desde la huelga de 2017. Son esos maestros los que se encargaron de ponerlo en el partidor y hacerlo avanzar paulatinamente. Sin embargo, hoy podría aparecer otro punto de apoyo social que le sirva de refuerzo: las rondas campesinas, una organización de larga data en Cajamarca y otras partes del país, cuya imagen tiene poco deterioro. Tal y como ocurre con los profesores, Castillo pertenece a las rondas y ha permanecido -y probablemente permanecerá de manera intermitente- en su distrito, provincia y departamento para reforzar el vínculo con esa organización.
Como todo agrupamiento, los ronderos tienen sus propias demandas y precisan respaldo político, y un candidato en balotaje sería para ellos de mucha ayuda. Claro que esa simbiosis no estaría exenta de diferencias considerando que al interior de las rondas campesinas activan diversas maneras de pensar.
III
Otra de las razones por las cuales el docente tacabambino viene mejorando su posicionamiento es – ¡qué duda cabe! – su cercanía y empatía. Alfredo Torres de Ipsos describe ambas características como “cualidades fundamentales en una campaña electoral”, y en esta han jugado un papel determinante durante la primera vuelta. Los dieciséis departamentos en los que Perú Libre ha conseguido la victoria y los grupos socioeconómicos que han votado por ellos, así lo demuestran.
Esa identificación después del 11-A, aumenta. Circulan profusamente en redes sociales cientos de muestras que reivindican y defienden al postulante. Ojo que no son solo electores cercanos, sino también relativamente distantes cansados de las falencias del Estado y de políticos que no han sabido satisfacer las necesidades de la gente.
IV
Las fortalezas de este momento tienen su contraparte, las debilidades. Una de ellas es poseer no pocos sino muchos voceros, no pocos sino muchos mensajes. Apenas anunciado el flash electoral y horas después, han aparecido multiplicidad de portavoces más allá del propio candidato presidencial. El secretario general del partido, los virtuales congresistas y otra integrante de la plancha fueron entrevistados, manifestando cada uno diversos mensajes a veces distintos y hasta contradictorios. No es precisamente lo que se requiere al inicio de la batalla para conquistar nuevos votos; es más bien imprescindible el orden y la univocidad del lenguaje. Pasarán pocos días y los adversarios capitalizarán las primeras discordancias.
V
Tampoco resulta conveniente el discurso confrontacional. No porque en la sociedad peruana todo sea homogéneo y no existan diferencias e intereses contrapuestos, sino porque en un país signado históricamente por el enfrentamiento, en el cual existe una especie de cultura de la violencia, si pretendes llegar a amplios bolsones de la población debes utilizar expresiones adecuadas que promuevan fórmulas de acercamiento; máxime si todavía no salimos de los efectos intensos en muerte y dolor que viene produciendo la pandemia.
VI
La ausencia de equipo técnico visible es otra flaqueza de Pedro Castillo y su agrupación; poco se conoce de las personas que lo acompañarían en un eventual gobierno. Vladimir Cerrón ha dicho que no serán los “tecnócratas de siempre” y otro representante, que ya vienen coordinando la conformación de su gabinete con los colegios profesionales; pero estas propuestas necesitan rostros, nombres de personas que permitan a los votantes auscultar su experiencia e idoneidad.
VII
Así comienzan entonces desde un lado los primeros capítulos de esta que parece será una lucha encarnizada. Una disputa que empujará hacia arriba el miedo, el clasismo, el racismo. Una novela que no tiene final predeterminado así lo quieran los competidores. Una historia que se irá escribiendo día a día sobre la base de los aciertos de sus contendientes y, por supuesto, de sus errores.