Líderes

El Batallón N° 29 Zepita, con soldados en su mayoría pueblerinos, dirigido por el coronel Andrés A. Cáceres desde Cusco, se presta a pelear con bravura en la Batalla de Tarapacá haciendo retroceder a un ejército chileno que sobrepasaba al peruano; y meses después peleará con la misma bizarría bajo el mando del coronel Isaac Recavarren en la Batalla de San Juan, en las postrimerías de la heroica resistencia del Morro Solar, liderado por el General Miguel Iglesias de la 1ª División del Ejército Peruano. Lamentablemente, es diezmado por los cañones Krupp.
Mientras que soldados mueren por defender al Perú, otra historia se cuenta entre los altos mandos. En ellos no faltaba la desunión que había antes de la batalla. Un claro ejemplo fue que el presidente Nicolás de Piérola (El Califa) entrega el cargo importantísimo de Coronel al partidario Juan Echenique, derrochador de fortunas obtenidas en el período de José Balta y a quien nunca se le ve en los servicios militares. Antes de iniciar la Batalla de Miraflores, huye dejando desguarnecida a una tropa que confía, sin saber más de él (Basadre, 1939).
El pueblo peruano es ese Batallón Zepita, aguerrido y con ganas de luchar para salir adelante pese a las adversidades, generando emprendimientos, trabajando más de las horas promedio diarias o, lo que entre sus posibilidades se ofrece, tratar de ahorrar para enfrentar posibles cierres de negocios o despidos masivos.
No obstante, se debe hacer una diferencia respecto a los años de la Guerra del Pacífico entre los altos mandos de hoy. Sus decisiones son tan igual de importantes que pueden generar o un desprendimiento de la actual tendencia de crecimiento económico peruano, el que solamente crece por efectos estadísticos tras el mal año 2020; o girar tremendamente la política económica con planes muy concretos que permitan crear empleo y liquidez en las personas.
Respecto a la liquidez, en las sociedades, o hay personas que acceden a un préstamo bancario o aquellas que solamente cuentan con sus ingresos laborales sin tener la posibilidad de acceder al crédito. ¿Cuál es el problema de no contar con créditos? Ante la ruptura drástica de la cadena de pagos tras la severa crisis económica, con caídas del consumo y de la inversión, así como quiebre¡as de empresas y como consecuencia despidos masivos, muchas familias se ven ahogadas por la poca o inexistente liquidez que le brindan sus ahorros y la poca accesibilidad a un crédito.
Un programa económico manejado por líderes capaces de entender estos temas está en la obligación de resolverlo inmediatamente. Según FELEBAN, al 2019 en el Perú el coeficiente de créditos otorgados por el sistema financiero llegó al 36% del PBI, mientras que en depósitos alcanzó el 41%. Ello demuestra que muchos peruanos no acceden al sistema financiero, faltando atender al 64% y 59%, respectivamente. Economías como Panamá y Chile atienden al 83% y 96% solo en créditos.
Estas cifras sugieren dos cosas. La primera es que cuando la persona se queda sin empleo, no tiene la capacidad de suavizar su consumo, cayendo bruscamente. Por lo tanto, muchas familias ya no compran o gastan lo que normalmente hacen en el día. Así, si la población no consume, las empresas no invierten y simplemente desaparecen.
Pero la segunda sugerencia de estos datos es que si realmente los altos mandos del gobierno han observado lo crucial que es contar con un crédito para sostener el consumo en el tiempo. Según el Compendio Estadístico 2020 del INEI, al 2019 el sistema financiero otorgó S/ 335 millones en créditos, liderado por el Banco de Crédito con 28% del mercado. En la posición 5 se encuentraba el Banco de la Nación con apenas 1.9%. Mientras que en depósitos captaba S/ 323 millones, llevándose el líder 27% mientras que el banco estatal 8.5%.
Al 2019, según el MTPE 1.5 millones de peruanos trabajaban en el sector público y 3.8 millones en el sector privado. Mientras 1.2 millones de personas estaban en el desempleo. No es poca cosa tener una visión a futuro de un líder capaz de atender con políticas económicas correctas la falta de liquidez en los peruanos. “Hay hermanos, muchísimo que hacer”.