Los crímenes en los valles amazónicas de la Región Junín, han puesto nuevamente en la agenda al VRAEM, una especie de zona liberada del Estado Peruano, donde convergen y coinciden defendiendo sus intereses y desencuentros particulares en el terreno político, económico, militar las fuerzas de los carteles del narcotráfico, el PCP militarizado de los Quispe, así como los mandos militares y policiales de cuestionable actuación.
Los dos senderos y el hijo bastardo
Luego de la captura de Abimael Guzmán y sus conversatorios con Fujimori por la vía de Montesinos, para el llamado “Acuerdo de Paz” terminó por separar y dividir a Sendero Luminoso, por un lado los llamados de la Línea Oportunista de Derecha (LOD) o los “acuerdistas”, encabezados por los dirigentes históricos del senderismo muy proclives al engaño y astucia del fujimorismo; y por otro lado la tendencia “proseguir la lucha armada” de Artemio en un primer momento y luego Ramírez que actuaban en el Huallaga y en Ayacucho, a quienes acusan de ser parte de la Línea Oportunista de Izquierda (LOI) los abimaelistas.
Durante un tiempo el aparato internacional del senderismo, que publica la revista Sol Rojo a nombre del Movimiento Popular Perú, cuestionó a ambas tendencias argumentando que Abimael Guzmán fue dopado o engañado para la firma del “Acuerdo” y que era el momento de separar por un lado el Pensamiento Gonzalo de la persona de Abimael Guzmán encerrado y chantajeado. Pero estos grupos parisinos tampoco aceptaban el comportamiento de los “proseguir” que habían capturado el Comité Central del PCP por estar libres y que desarrollaban una línea militarista y desconocían la Jefatura de Guzmán.
Aprovechando ese descabezamiento y fragmentación de la dirección del senderismo en varias facciones, ante la caída de Artemio y Ramírez, el avance de los “Acuerdo de Paz” del propio Abimael Guzmán, los hermanos Quispe que eran uno de los grupos operativos en Ayacucho se replegaron al VRAEM y poco a poco fueron capturados y reconvertidos en el aparato de seguridad o brazo armado financiado por los carteles del narcotráfico; tanto así que han desconocido a Guzmán y se han bautizado con el nombre de Militarizado Partido Comunista del Perú, para diferenciarse de Sendero Luminoso. Hace muchos años y que difunden sus volantes y audios desde esa perspectiva de manera totalmente independiente a los jefes históricos del senderismo.
Este grupo actúa planificada y en concordancia con los movimientos de la droga, si la cocaína debe moverse desde el punto A al B ellos hacen operativos militares muy alejadamente en el punto D o E; curiosamente a esos puntos llega también movilizada las tropas de soldados y policías, por lo cual no hay capturas y la droga camina casi sola. Por otro lado es conocido que los mochileros que son los que trasladan la droga hacia las rutas de Lima, Cusco, Madre de Dios con destino a EE.UU., Brasil o Bolivia son subalternos de la policía en motos o camionetas. Así funciona la relojería de todos esos grupos.
Así que acusar genéricamente que la matanza última es obra del senderismo, en rigor no es cierto; probablemente es obra de los grupos de narcotraficantes con la colaboración o participación de los Quispe, la característica del asesinato parece más una vendetta mafiosa.
Matanza que, por otro lado, se realiza en tiempos electorales para hacer conocer al país y a los actores que existe un VRAEM en disputa, entre las bandas de narcos, los Quispe y algunos mandos corruptos militares. Eso sabe muy bien el fujimorismo que fue el partido que “normalizó” los negocios políticos con la cocaína desde los tiempos de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos.