El próximo gobernante tiene como objetivo principal generar crecimiento económico vigoroso e inclusivo. Posteriormente, las fuerzas macroeconómicas deben estabilizarse para el famoso “chorreo” microeconómico. ¿Cómo pueden tener un plan económico ordenado y con visión a un crecimiento de corto y mediano plazo? En los siguientes artículos se esbozan brevemente tres propuestas centrales que permitan perseguir algunos objetivos alcanzables en dichos períodos.
La importancia del sistema financiero en una economía es vital. Bancos como “La Providencia” (1864), ícono del surgimiento de la banca en Perú tras los nacientes negocios como el guano y la agricultura, inicia el camino de lo que es posteriormente la banca múltiple. Tan vital es la comprensión de tener una banca, que siendo secretario de hacienda Manuel Pardo y Lavalle (1864-65) defensor de la libertad industrial, aún no se cuenta con una ley de bancos perjudicando a la libre circulación del dinero; motivando corridas financieras; deteniendo su proceso y generando intervenciones del Estado (Morón, 1993; Basadre 1935).
Actualmente, uno de los grandes problemas que viene estudiando la macroeconomía es la heterogeneidad de los consumidores y el impacto de las políticas económicas que tiene sobre ellos. Pobladores con acceso al crédito, son susceptibles a ser favorecidos por una tasa de interés baja, incentivando a las inversiones empresariales y familiares; así como la motivación a un mayor consumo (ordenado). Estas dos variables manejan en promedio casi el 80% de cualquier economía.
Ante ello, para un mejor desarrollo de la banca es importante observar el acceso universal del sistema financiero, el que debe enfocarse a una economía digital y descentralizada. En aquellas regiones donde el banco privado no tenga presencia por no contar con economías de escala, el Estado debe suplir dicha carencia.
Del mismo modo, tanto la banca privada como el Estado deben profundizar la educación financiera, principalmente en los sectores de bajos recursos, muy golpeados por la falta de ahorro y excesivo endeudamiento respecto a sus ingresos, los cuales desaparecieron de golpe tras la paralización completa de la economía.
Tomando esta medida de política económica, la pregunta es: ¿el crédito llega a todos los peruanos? Una de las principales fuentes de crédito en regiones y sectores económicos con poca accesibilidad a la banca múltiple son las microfinancieras; cajas municipales y rurales; y edpymes. Estas deben ser impulsadas para acercar aún más a la población al mercado de financiamiento indirecto.
Según el INEI, los créditos del sistema financiero suman al 2019 cerca de S/335.6 millones, donde la banca múltiple participa cerca del 85.3%; mientras que el Banco de la Nación apenas el 1.8%. Por otro lado, los depósitos suman S/323.7 millones, con una participación del 81.3% de la banca múltiple; mientras que el Banco de la Nación con un 8.5%.
Del total de créditos repartidos, el 62% son créditos corporativos a grandes; medianas; pequeñas y microempresas; mientras que el 23% es para el crédito de consumo y el 15% para créditos hipotecarios. En lo que respecta los créditos a empresa, la mayor parte de la torta se la lleva el sector comercio (16%), seguido del sector manufacturero (12%) y de las actividades inmobiliarias y de alquiler (8%).
Acá viene lo preocupante. Del total de créditos que se otorgan, Lima se lleva el 72%; y muy de lejos lo secunda Arequipa con apenas 4% y La Libertad con 3%. Y si se observa por fuente de financiamiento, son las cajas municipales quienes más descentralizadas se encuentran, donde Lima es atendida con apenas el 17%, luego Arequipa (12%); Cusco (10%); y Junín (8%).
En lo que respecta a depósitos, no cambia mucho su accionar, salvo que Lima concentra el 79% del total, dejando menos participación a las regiones. En tanto, la banca múltiple, la región Lima mantiene su mayor participación con 85%; mientras que las cajas municipales concentran el 35%.
Por lo tanto, es evidente el poco acceso al crédito del sistema financiero en las regiones. Pero también deja claro que la población mantiene gran parte de sus ahorros en ella. Entonces, la primera tarea debe ser profundizar de manera más fuerte el crédito hacia las empresas y los peruanos de las regiones, lo que impulsaría a la inversión y al consumo.