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miércoles, abril 17, 2024

Seis millones dejaron las clases medias y se empobrecieron

Según un informe del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima (IEDEP), durante el 2020 el porcentaje de personas que se encontraban en la clase media se vio reducido considerablemente; de 43.6 % de la población que pertenecía a las clases medias en el 2019 pasaron a 24 %, una reducción que significaría cerca de 6.3 millones de personas menos ubicados en ese segmento.

Los departamentos con mayor caída en puntos porcentuales, según precisa el estudio, fueron Áncash (-20,2), Arequipa (-31,0), Ica (-25,0), La Libertad (-21,4), Lima (-28,9), Madre de Dios (-22,7) y Tacna (-23,0).

Para el economista y profesor universitario Gustavo Jiménez, la contracción del PBI en 2020 es “producto en gran medida de la mala gestión del gobierno anterior tomando decisiones que atacaron directamente a la economía formal generando un enorme desempleo y una reducción sostenida de las ventas y de los ingresos de los principales agentes económicos que sostienen la economía del país. Si bien son importantes las medidas de prevención están deben ser pensando en la economía formal, el resultado una recesión espantosa y un pésimo manejo de la pandemia, ni lo uno ni lo otro hicieron bien”.

Para esta medición, el IEDEP empleó información de Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) con respecto a los ingresos monetarios nominales netos de los hogares y, para su metodología, se aplicó una tasa de conversión de paridad de poder adquisitivo (PPA) obtenidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), obteniendo así un promedio de ingreso diario para cada persona.

Para ello, se considera que una persona es de clase media si sus ingresos diarios oscilan entre US$ 10 y US$ 50 expresados en paridad de poder adquisitivo (PPA) o, en otras palabras, si en el año 2020 los ingresos diarios de esa persona iban desde S/ 17,9 hasta S/ 89,6 que, expresados para un hogar de cuatro personas, serían ingresos mensuales desde S/ 2.149 hasta S/ 10.746.

Se advertía fuerte golpe en la economía

En un comunicado presentado por el Banco Mundial en junio del 2020 se puede apreciar las primeras señales del golpe a la economía a nivel mundial, siendo catalogada por esta entidad como “la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial”. Es por ello que sus previsiones de desarrollo económico mundial se redujeron a un 5.2 % para el 2020.

“A raíz de las graves distorsiones a la oferta y la demanda internas, el comercio y las finanzas, se prevé que la actividad económica de las economías avanzadas se contraerá un 7 % en 2020. Se espera que los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED) se contraigan un 2,5 % este año, su primera contracción como grupo en al menos 60 años. La disminución prevista en los ingresos per cápita, de un 3,6 %, empujará a millones de personas a la pobreza extrema este año”, señaló en su comunicado.

El comunicado continúa señalando que los efectos de la pandemia en la economía están siendo particularmente profundos en los países que dependen en gran medida del comercio internacional, el turismo, las exportaciones de productos básicos y el financiamiento externo, como es el caso de nuestro país.

Asimismo, comentaron que la suspensión de las clases y las dificultades de acceso a los servicios primarios de atención de salud probablemente tengan repercusiones a largo plazo sobre el desarrollo del capital humano.

Cámara de Comercio estimaba una primera reducción en 2020. Un año antes de publicado el estudio señalado al inicio de este informe, el IEDEP estimó que para el 2020 debido a la crisis sanitaria y paralización de las actividades económicas generadas por la pandemia del coronavirus, cerca de 1,1 millón de peruanos de clase media pasarían a la condición de vulnerables y 949.429 de clase vulnerable volverían a caer en la pobreza.

El IEDEP advirtió que, además, la demora en el inicio de la reactivación económica seguirá afectando los indicadores de producción y empleo del país. Por tanto, si no se logra impulsar eficazmente la economía en los siguientes meses, la caída de ingresos no será temporal, afectando las condiciones económicas de los hogares.

Banco Mundial y Pew Research Center muestran una reducción mundial de las clases medias

Según reporta el Banco Mundial en junio del presente año, la pandemia de COVID-19 empujó el año pasado a 4,7 millones de personas de la clase media a la vulnerabilidad o la pobreza en América Latina y el Caribe (ALC), revirtiendo décadas de avances sociales.

En su estudio “El lente ascenso y súbita de la clase media en América Latina y el Caribe”, se contextualiza que, en las últimas dos décadas, el número de personas que viven en la pobreza en la región se redujo a la mitad. La clase media (ingreso per cápita de entre US$13 y US$70 al día) superó a los vulnerables (ingreso de entre US$5,50 y US$13 al día) y pobres (por debajo de la línea de pobreza de US$5,50 al día) para pasar a ser el grupo más grande en 2018, pero ese crecimiento se estancó en los últimos años y la región fue una de las más afectadas por la pandemia del coronavirus en términos de costos sanitarios y económicos. En 2020, la clase media se redujo a 37,3% de la población, la clase vulnerable creció a 38,5% y los pobres representaron el 21,8% de la población.

“La región de América Latina y el Caribe se encuentra en una encrucijada, el retroceso de conquistas sociales que tanto costaron corre el riesgo de volverse permanente a menos que se lleven a cabo reformas enérgicas… Las ayudas de emergencia mediante transferencias en efectivo que ayudaron a mitigar el impacto de la pandemia no serán sostenibles por mucho tiempo; así, la región debe avanzar con políticas que aseguren una recuperación firme y den lugar a un crecimiento más sostenible, resiliente e inclusivo que combata la pobreza y la desigualdad persistentes”, fueron las impresiones del vicepresidente del Banco Mundial para América y el Caribe, Carlos Jaramillo en el documento.

Por su parte, un estudio realizado por Pew Research Center, estima que unos 131 millones de personas pasaron a situación de pobreza, con ingresos de US$ 2 o menos al día. Igualmente, la cantidad de personas con altos ingresos, es decir, más de US$ 50 diarios, se redujo en 62 millones. La caída de la clase media mundial afectó en mayor medida a personas en el sur y este de Asia y el Pacífico.

Para el estudio, la base monetaria empleada es de 2 dólares, siendo la categoría “pobre” los que viven con este monto o menor por día, el grupo con ingresos bajos viven en margen de 2 a 10 dólares diarios, clase media entre 10.01 a 20 dólares, una clase media alta entre los 20.01 a 50 dólares y una clase alta entre los 50 dólares. Las aproximaciones que se presentaron están basad en comparativa con cifras pre pandemia vs post pandemia, que recoge los estudios desde el inicio de la pandemia hasta enero del 2020

En búsqueda de soluciones. Dinamización de la economía

Gustavo Jiménez sugiere como acción para enfrentar este problema un plan de dinamización económica basada en ciertos parámetros. “La economía debe dinamizarse, con restricciones y aforos inteligentes, conociendo el sector, ampliando los horarios y dándole las facilidades para que pueda recuperarse y esto solo ocurre vendiendo más, con mayores ingresos que sostengan los gastos operativos y financieros. No se debe olvidar que lo que importa son los ingresos, sin ello no hay cobertura de nada y si este no es mayor que el gasto, no hay utilidad y, sin ello, la capacidad de inversión y de ahorro desaparece. Ahora bien, esto acompañado de una generación de confianza por parte del Estado para que exista inversión y parámetros como el tipo de cambio dejen la nube especulativa en un país que es dependiente de las importaciones”.

 

Una política de impulso al empleo

Según nos compartió el economista Humberto Campodónico en el informe de Pata Amarilla “Seis propuestas urgentes para enfrentar la pobreza”, una de las acciones que se deberían realizar para enfrentar las vulnerabilidades que tiene la clase media sería una política de impulso al empleo.

“Lo que pasa en países como el Peru es que sales de la pobreza, pero sigues siendo informal. El 70% de la Población Económicamente Activa (PEA) es informal; dentro de la informalidad, algunos son pobres y otros no. El índice de pobreza te mide el empleo, te mide gasto. El tema fundamental para tratar de que no solo salgan de la pobreza, sino tengan empleo, es una política industrial, una que impulse que se prendan los motores, las industrias, los emprendedores, las empresas de calzados o industrias petroquímicas y demás industrias”.

Y es que en nuestro país hay muchas personas que no son pobres (permanecen en clase media), pero son vulnerables, ganan dinero y siguen siendo informales. En shocks como la pandemia, ellos vuelven a ser pobres, ganan menos, no pueden vender en las calles, dejan de ganar los S/. 1440 (monto usado por el INEI para catalogar económicamente los hogares) y vuelves a ser pobres.

 

Mayor atención a las vulnerabilidades

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su estudio para el Perú “Vulnerabilidades, más allá de la Pobreza”, publicado en mayo del 2020, señala que para el caso peruano resulta pertinente asumir que la población vulnerable no pobre monetariamente, sí lo es desde el enfoque multidimensional. Bajo ese supuesto cabe aplicar también a la realidad peruana el análisis integrado que relaciona pobreza monetaria con pobreza no monetaria, las cuales se incluye las categorías de: pobreza crónica (hogares con pobreza y una Necesidad Básica Insatisfecha (NBI); pobreza reciente (hogares con pobreza monetaria y sin NBI; privaciones estructurales (hogares no pobres monetarios, con una o más NBI).

Este informe arroja cifras de vulnerabilidad donde alrededor de 5.8 millones de hogares son vulnerables (65%), es decir, registran por lo menos un tipo de vulnerabilidad. Ello implica que 6 de cada 10 hogares en el Perú son vulnerable. El total de hogares en el país ascendió en el 2018 a un total de 9,009,968.

En referencia a las propuestas de acción, este organismo las divide en 2 fases, iniciando con la etapa de levantamiento gradual de las restricciones, donde los objetivos se deben centrar en “proporcionar ingresos de emergencia a los hogares y evitar el quiebre de las empresas que concentran el 64% del empleo formal del país”. En la etapa de recuperación, se dan propuestas en diversas áreas; respecto a los instrumentos para el diseño de políticas, “se debe evaluar el impacto del Covid-19 sobre los hogares peruanos y su situación de vulnerabilidad. Teniendo en cuenta la complejidad de esta tarea y, al mismo tiempo, las capacidades y experiencia técnica requeridas, tal esfuerzo debiera estar encabezado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) con el apoyo de otros sectores del gobierno nacional y contribuciones técnicas y metodológicas de diversas Agencias del Sistema de Naciones Unidas”.

 

Respuesta del Banco Mundial a la pandemia de la COVID-19

Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, el Grupo Banco Mundial ha comprometido más de US$125.000 millones para combatir los impactos sanitarios, económicos y sociales de la pandemia, la respuesta más rápida y de mayor envergadura de su historia ante una crisis. El financiamiento está ayudando a más de 100 países a fortalecer la preparación ante casos de la pandemia, proteger a los pobres y resguardar los empleos, y poner en marcha sin demora una recuperación respetuosa del clima. El Banco también está proporcionando US$12.000 millones para ayudar a los países de ingreso bajo y mediano a adquirir y distribuir vacunas, pruebas y tratamientos para la COVID-19.

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