Por Manuel Silva
Las cifras que muestra el estudio del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) son alarmantes: la pobreza monetaria alcanzó en el 2020 al 30.1 % de la población del país, incrementándose 9.9 % en comparación con los resultados obtenidos en el 2019.
Según indica el mismo informe, este aumento de la pobreza está relacionada a la paralización de la mayoría de actividades económicas a causa de las medidas restrictivas adoptadas por el Estado a fin de reducir el impacto de la COVID-19.
Para el INEI, para que una persona sea catalogada como “pobre” debe gastar mensualmente menos de S/ 360 por habitante, es decir, la línea de pobreza para una familia de cuatro integrantes es de S/ 1,440 mensuales. Asimismo, la línea de pobreza extrema considera a la población cuyo gasto por habitante no cubre el costo de la canasta básica de consumo alimentaria, que para el año 2020 se calcula en S/ 191 mensuales por persona, considerándose pobres extremos a las personas cuyo gasto mensual no cubre el valor de la canasta básica de consumo alimentaria; para una familia de cuatro miembros asciende a S/ 764 mensual.
Aquí recogemos seis propuestas urgentes para enfrentar la pobreza.
Humberto Campodónico: una política de impulso al empleo
Catedrático de la Facultad de Economía de Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Columnista en La República.
El concepto de pobreza, como, tal fue introducido inicialmente en los años novena, se trata de medir la pobreza mediante encuestas de hogares y determinar una línea de gasto mínimo que una familia de cuatro personas debe tener para no ser pobre.
Una persona puede salir de la pobreza, pero no necesariamente cuentan con un empleo adecuado ni estable, puedes salir de la pobreza y seguir siendo informal.
“Lo que pasa en países como el Peru es que sales de la pobreza, pero sigues siendo informal. El 70% de la Población Económicamente Activa (PEA) es informal; dentro de la informalidad, algunos son pobres y otros no. El índice de pobreza te mide el empleo, te mide gasto. El tema fundamental para tratar de que no solo salgan de la pobreza, sino tengan empleo, es una política industrial, una que impulse que se prendan los motores, las industrias, los emprendedores, las empresas de calzados o industrias petroquímicas y demás industrias”.
“En el Perú hay muchos que no son pobres, pero son vulnerables, ganan dinero y siguen siendo informales. En shocks como la pandemia, ellos vuelven a ser pobres, ganan menos, no pueden vender en las calles, dejan de ganar los S/. 1440 y vuelves a ser pobres”.
Carlos Raez: adecuada atención a los beneficiarios
Sociólogo de la UNMSM
Debemos tener en claro que la pobreza es una realidad que se padece cuando no hay garantía de que los recursos para subsistir sean suficientes. En las últimas décadas, los indicadores de superación de la pobreza han girado en torno a los bienes; sin embargo, con la pandemia hemos podido constatar el abandono de los servicios. La deficiente calidad de los servicios se vincula con la lejanía de éstos: no solo en términos físicos, sino también referidos a la adecuada atención de los beneficiarios. Por ejemplo, un sujeto, en un ámbito urbano o rural, que, tras trasladarse, por su cuenta, al centro de salud más cercano (que puede estar a más de una hora de distancia), se encuentra con que no solo no hay sitio para atenderse, sino que, además, dicho centro no cuenta con medicinas o instalaciones apropiadas, ha perdido tiempo, energía, e incluso puede haber quedado expuesto a más enfermedades.
Para hacer frente a la pobreza se requiere que aquello de que “todos tenemos las mismas oportunidades”, como mencionan los defensores del sistema actual, sea una realidad. Se debe partir de la premisa que el desarrollo no es el fin, sino el medio, para que todas las personas alcancen una vida digna. Los ciudadanos requieren de servicios próximos a ellos en todo sentido: sin discriminación por su procedencia, lengua o género, con pertinencia cultural. Con establecimientos que operen en las mismas condiciones, sin importar el lugar o el ámbito (urbano o rural); que esto sea una garantía de una correcta descentralización. Que los programas sociales, creados como amortiguadores de la pobreza, no solo entreguen dinero, sino que se haga un seguimiento a los gastos, que incluya cada cierto tiempo talleres en los que se recopile y valore las sugerencias de los beneficiarios; no se puede superar lo que no se conoce.
Hugo Ñopo: proteger a los trabajadores
Economista
En su columna “Del campo a la ciudad”, el economista Hugo Ñopo señala que una de las claves para comprender el aumento de los pobres en Lima, según el INEI en el 2018, es la caída del empleo.
“Las estadísticas de la Encuesta Permanente de Empleo del INEI muestran que durante el 2017 el empleo cayó en la capital. Dado que el 80% de los ingresos de las familias peruanas se obtiene trabajando, el impacto ha sido directo”, señaló.
Uno de los caminos, según precisa respaldándose en el premio Nobel de Economía, Jean Tirole, es la de proteger a los trabajadores. “Proteger a los trabajadores es dotarlos de mejores herramientas para enfrentar el mundo del trabajo. Para esto, darles capacitación laboral y brindarles información sobre dónde están las oportunidades laborales ya han demostrado que son estrategias efectivas. Pero la evidencia también dice que esto no será suficiente. Es aquí donde la articulación pasa a ser un concepto clave”.
A esto complementa la idea con los planes de apoyo social realizados por el Estado, ya que “los trabajadores serán más productivos si cuentan con espacios donde dejar a sus hijos menores (Cuna Más), saben que sus hogares están a salvo del crimen y la violencia (Barrio Seguro) y pueden movilizarse de sus casas a sus trabajos en menor tiempo y con menor estrés”, indicó.
Norma Correa: programa de reactivación social
Antropóloga especializada en políticas públicas
En el marco de la presentación de la iniciativa Perú Debate, Norma Correa, investigadora de la PUCP, comentó que para enfrentar la pobreza se requiere lograr que la agenda de pobreza sea la prioridad, no una mención retórica. “Se necesita que existan mecanismos efectivos de articulación del trabajo. Necesitamos un rol más claro del premierato y una coordinación más activa en su relación con el MEF y MIDIS para poder impulsar soluciones que coordinen lo que se hace a nivel de los gobiernos regionales con el gobierno central”.
Asimismo, hizo énfasis en lanzar un programa de reactivación social, donde se identifiquen los principales indicadores para atender como efecto de la pandemia. “Sabemos que están todos aquellos relacionados con desarrollo infantil temprano y la seguridad alimentaria. Estamos enfrentando problemas de hambre, algo que no había desaparecido pero que ha estado en una proporción significativamente menor. Esta reactivación social debe ser planteada bajo el liderazgo del Gobierno, pero con una participación activa del sector privado y de la sociedad civil”.
De igual manera, comentó que se tiene que fusionar la agenda de superación de la pobreza con la agenda de generación de empleo; “se debe entender que son dos caras de la misma moneda”.
María Eugenia Mujica: acceso universal a la protección social
Representante Auxiliar del Fondo de Población de las Naciones Unidas y Ex Viceministra del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social.
Durante su exposición en el conversatorio CADE 2020, María Eugenia Mujica, precisó que es esencial en nuestro país reducir la pobreza y la desigualdad, y prevenir en el futuro impactos tan profundos como el actual (pandemia).
Esto implica, según señaló, llevar intervenciones costo efectivas y basadas en evidencia que garanticen, por lo menos, el acceso universal y de calidad a la salud y educación, y que permitan expandir la asistencia social, también conocida como protección social no conturbativa, a todos los grupos que así lo requieran.
De la misma manera, manifestó que se requiere avanzar en el cierre de brechas de acceso a la infraestructura social básica en los hogares, con énfasis en los servicios de agua y saneamiento. Igualmente, con la electrificación y la conectividad digital, “ello va de la mano con la necesaria generación de empleo a través del crecimiento económico que vemos como el eslabón esencial para la reducción de la pobreza y financiamiento de esta protección social a través de la política fiscal y el cierre de brechas”.
Juan Manuel Arribas: reducir la vulnerabilidad de las poblaciones
Director de Soluciones Empresariales contra la Pobreza
Juan Manuel Arribas señala que se debe bajar la vulnerabilidad de la población de tal manera que la gente esté mejor preparada para enfrentar, por ejemplo, el friaje en la selva y las heladas en la sierra. Desde Soluciones Empresariales contra la Pobreza, se propone bajar la vulnerabilidad de las poblaciones, uno de los primeros pasos que debería ejecutar el Estado.
Desde esta entidad, a fin de reducir las vulnerabilidades se sugiere: repotenciar el programa Qali Warma, para que los niños reciban una mejor alimentación en las escuelas públicas, principalmente en las zonas de baja temperatura. Implementar en las postas médicas medicinas y personal permanente y no sólo una vez por semana e inculcar y facilitar la existencia de cobertizos para cuidar el ganado.