El pasado lunes las más importantes redes sociales que forman parte de conglomerado estadounidense Facebook, Inc (Facebook, Instagram, Whatsapp), sufrieron una de las peores caídas de su historia reciente tras permanecer completamente inaccesibles por más de seis horas y de forma global, afectando a aproximadamente 3.500 millones de personas que la utilizan.
El servicio empezó a recuperarse pasadas las 17:30 horas en nuestro país y unos minutos después, Andy Stone, responsable de la comunicación oficial de la empresa, confirmaba en Twitter que los servicios y aplicaciones de la compañía estaban volviendo a ser accesibles y pedía disculpas por lo sucedido. “Gracias por su paciencia”, concluía su mensaje.
Este gran problema causó que la riqueza personal del presidente y fundador de Facebook, Mark Zuckerberg se reduzca en casi $ 7 mil millones en unas pocas horas, lo que lo derribó un escalón en la lista de las personas más ricas del mundo, después de que un denunciante se presentó y las interrupciones dejaron fuera de línea los productos insignia de Facebook Inc.
La caída de las acciones del lunes redujo el valor de Zuckerberg a 120.900 millones de dólares, situándolo por debajo de Bill Gates en el puesto número 5 en el índice de multimillonarios de Bloomberg. Ha perdido alrededor de $ 19 mil millones de riqueza desde el 13 de septiembre, cuando valía casi $ 140 mil millones, según el índice.
¿Qué fue lo que pasó?
“Queremos dejar claro en este momento que creemos que la causa principal de esta interrupción fue un cambio de configuración defectuoso. Tampoco tenemos evidencia de que los datos de los usuarios se hayan visto comprometidos como resultado de este tiempo de inactividad”, informó Facebook en un comunicado. La caída afectó además a toda la empresa, desde las herramientas de comunicación internas a los pases electrónicos para entrar en salas.
La causa del apagón “afectó a muchas de las herramientas y sistemas internos que utilizamos en nuestras operaciones diarias, lo que complicó nuestros intentos de diagnosticar y resolver rápidamente el problema”, agregó la empresa.
Para el experto en nuevas tecnologías, Erick Iriarte, primero hay que entender que la afectación ha sido a tres cosas diferentes bajo una misma orbita de control tecnológico. Mientras que Facebook e Instagram son plataformas que se consideran redes sociales, que en general son de gestión de contenido, de intercambio de información; mientras que WhatsApp es una red de comunicación. “Esta orbita de control tecnológica, que es la compañía Facebook, no solo fueron afectados ellos directamente, sino indirectamente a todas aquellas plataformas que utilizan las llaves de identificación relacionadas a Facebook. Por ejemplo, cuando entras a una página web te preguntan si quieres registrarte con correo electrónico o cuenta de Facebook o Instagram, estas son plataformas que estaban ligados al servicio de claves o llaves de identificación de Facebook, también se han visto afectados”, indica.
El conflicto en la DNS. El especialista continúa señalando que el problema técnico detrás está relacionado al DNS (Domain Name System), el cual es una tabla general que está en los servidores web donde a cada nombre de dominio (Facebook.com) los identifica con determinados números IP. Los números IP es donde está “físicamente” la información del servidor en el que está alojado. “Aparentemente esta tabla se borró o sufrió una alteración, cuando pasa esto el problema se va expandiendo, por eso las plataformas cayeron primero en algunos sitios, luego en otros. En el momento que se percatan que hay un problema en la tabla del DNS, hacen la corrección, pero el mismo tiempo en que se desplegó el error, van a necesitar para desplegar la corrección a nivel global”.
El impacto en los negocios
Según una investigación de Activa Perú, alrededor del 21% de peruanos comenzó su emprendimiento usando redes sociales como Facebook, WhatsApp o páginas web. En los sectores socioeconómicos A y B, un 15% apuesta por Facebook para iniciar su negocio y un 13% lo hacen por WhatsApp.
Además, se estima que los que más emprenden son los adultos que tienen entre los 41 y 50 años.
La apuesta por las redes sociales como canales de compra sería una buena estrategia, pues un 31% de peruanos continúa comprando a través de internet debido a la coyuntura de pandemia.
Asimismo, en un informe publicado por Ipsos en septiembre del presente año, señalan que existen unos 7.1 millones de adultos en el Perú urbano que compran por internet, 38% de ellos compra a través de redes sociales (más de 2 millones).
En ese sentido, una data similar arroja que hay 2.5 millones de peruanos conectados a WhatsApp que compran o piden por esta plataforma, lo que representa el 30 % de la población conectada entre 18 y 70 años de los NSE ABC del Perú Urbano.
Para Erick Iriarte, el impacto no es precisamente medible sobre los terceros. “El impacto es medible sobre la empresa Facebook con respecto a cuanto cayó en la Bolsa de Valores la valorización de sus acciones, y lo otro es medir cuanto han perdido en dinero por estas horas en que no han divulgado información de sus clientes: la publicidad que uno ve. ¿Cuánto le impactó a la señora de la esquina que recibía el delivery, el restaurante que recibía los pedidos por WhatsApp? El impacto de cuanto pueden haber perdido pequeños negocios que no pudieron publicaron sus anuncios en Facebook o que no recibieron las órdenes de compra o servicios, o que no pudieron mostrar sus productos no es cuantificable, en primera manera, pues no sabemos exactamente cuántos usuarios realizan esta actividad. No conocemos la dimensión de implicancias que puede tener para emprendedores; sin embargo, el impacto global de cuanto ha sido estas horas de caída realmente se va a tener que estudiar adecuadamente, pues el impacto en los negocios ha sido absolutamente fuerte”.
Para Iriarte, el motivo por el cual no se tendría una data precisa del impacto sería que el Perú no tiene la denominada “cuenta satélite de tecnología”, “no sabemos el impacto económico de la tecnología ni cuanto la tecnología impacta en el desarrollo. En el Perú no hay una entidad encargada específicamente del tema digital”.
Las pérdidas estimadas por Netblocks. La web Netblocks, que registra los hechos más resaltantes de Internet, hizo un cálculo de las pérdidas generadas en esas horas de inacción de los servicios, y se calcula que fueron 12 millones 197,054 soles los que se dejaron de percibir. Esta web estima el impacto económico de una interrupción de Internet, apagón de datos móviles o restricción de aplicaciones utilizando indicadores del Banco Mundial, la UIT, Eurostat y el Censo de EE. UU.
Las recomendaciones. Las respuestas ante una próxima caída de estas plataformas es que las mypes y empresas en general no pueden depender de servicios de una sola plataforma como lo es Facebook, sin tener un respaldo. Esto, sobre todo, va para aquellas firmas que cuentan con la operatividad de estas plataformas para hacer sus ventas de productos o servicios a diario.
El especialista en temas digitales nos comenta que las soluciones pasan por la “omnicanalidad”, la interacción de los negocios con los diversos canales. “Los que tuvieron una menor repercusión por la caída de las redes han sido los que cuentan con canales alternativos: correo electrónico, llamadas telefónicas, Twitter. Cuando esto se analiza no solo desde el punto de vista de negocio, sino del de prensa, cuánta información que sólo se transmite por digital y que, por ejemplo, solo hacían Facebook Live durante horas los usuarios no tuvieron acceso a la información que estaban produciendo estas compañías. Esta realidad compleja dice que también hubo un impacto en el acceso de la información y la divulgación de información en estas redes”.
Los otros impactos. Además, el impacto también se ve en las familias que no han tenido información de la escuela que enviaba las clases por WhatsApp o el grupo de Facebook de los padres de familia, tienen también un impacto en el modelo educativo que se está utilizando por la pandemia.
Estas plataformas también les servían a las entidades gubernamentales para información a la ciudadanía de campañas, servicios o que la ciudanía también pueda requerir o consultar información