Sin llegar a los 100 días el gobierno de Pedro Castillo tiene hoy un nuevo gabinete presidido por una mujer de izquierda con ninguna experiencia en la gestión pública, pero si en la actividad parlamentaria y en particular en el ejercicio de la Presidencia del Congreso a la que llegó circunstancialmente cuando Francisco Sagasti, presidente del Congreso, tuvo que asumir la presidencia de la República al renunciar Manuel Merino de Lama.
Mirtha Vásquez es una cajamarquina que estudió derecho en la Universidad Nacional de Cajamarca y un posgrado en gerencia social en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Trabajó como abogada Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh) y en la organización no gubernamental GRUFIDES. También se desempeñó como docente en la Universidad Nacional de Cajamarca.
La nueva presidenta del Consejo de Ministros tiene dos problemas a resolver de inmediato, el primero, aprender y ejercer sus funciones que están establecidas en la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, tema muy complejo si no se ha tenido experiencia en el Ejecutivo; segundo, tener una visión panorámica de las estructura y competencias de los ministerios, así como de los problemas y debilidades que vienen arrastrando durante varios periodos. Si ello no podrá ejercer efectivamente su presidencia. Obviamente para esto no le sirve los funcionarios que designó Bellido en la PCM de nula experiencia en la gestión pública. Lo aconsejable es no repetir el error.
Por otro lado, tiene que pensar y definir una estrategia de como gobernar desde la izquierda un sociedad capitalista de economía de mercado que no ha podido ser hasta ahora una economía social de mercado como reza en la Constitución. Agregase la expectativa de una población postergada que voto y cree en el gobierno de Pedro Castillo como la solución a sus problemas. Los votos que le dio el triunfo a Castillo no son exactamente de Perú Libre y tampoco son marxistas leninistas como cree Vladimir Cerrón. Advertir, además, que hay un fermento social en el interior del país que se viene acumulando y no ha estallado aún. La válvula de escape ha sido Pedro Castillo siempre y cuando resuelva sus reivindicaciones largamente postergadas y que, además, no aceptará un fracaso más.
El cambio de gabinete ha producido diferentes impactos en la política y en la economía. En primer lugar, el primer impacto ha sido en las filas del partido de gobierno, en su bancada. Sin previo aviso ni consulta con la bancada ni del partido, Castillo decidió renovar su gabinete. La respuesta fue una marcha codo a codo de la bancada hacia palacio de gobierno con su vocero Valdemar Cerrón a la cabeza a exigir al Castillo la cuota partidaria como corresponde. Al no lograrlo salió a decir que la decisión del presidente era una traición al pueblo y al día siguiente lo tildó de Judas, siguiendo el libreto ya escrito en el twitter de Vladimir Cerrón.
El pronunciamiento emitido por la Bancada de PL dice que debe exigirse al presidente la cuota de representación partidaria en el gabinete. Señala que la correcta dirección partidaria no admite en el gabinete derechistas, caviares y traidores. Además, los aliados electorales habrían tomado el control y dirección de muchas carteras ministeriales y lo exhorta a no desviar el proyecto original de gobierno. Bellido, en una conferencia de prensa posterior, señala que Castillo está sujeto a los poderes fácticos.
La renovación del gabinete ha abierto fisuras, no solo en la bancada oficialista entre castillistas y cerronistas, sino también, en los sectores sociales y políticos que están apoyando al gobierno.
Por otra parte, el giro político de Castillo ha descolocado a la derecha que no espera esa decisión repentina, ya que consideraban que estaba prisionero de Vladimir Cerrón. La reacción de Perú Libre con Cerrón a la cabeza demuestra que no era así. La letanía de la campaña de la extrema derecha de desgaste contra Castillo se quedó sin una de sus principales banderas. Obviamente tendrá que replantear su estrategia.
Por su parte, el sector empresarial ha visto con buenos ojos la decisión del presidente y ha declarado estar de acuerdo con la renovación del gabinete, pero tiene expectativa para saber cuál es la dirección de la política que expondrá la presidente del Consejo de Ministros en su presentación de la política general de gobierno ante el Congreso. La interrogante es si Mirtha Vásquez repetirá la misma política de gobierno presentada por Bellido o asistiremos a un giro en la política de gobierno. En la exposición de Bellido no estaba claro cuáles eran los ejes y la estrategia de la política de gobierno. Solo era una sumatoria de medidas de gobierno.
Agreguemos que otro tema tuvo impacto también en el sector empresarial. El presidente Castillo ratificó a Julio Velarde al frente del BCR y designó a tres destacados economistas como miembros del directorio como son Germán Alarco, Roxana Barrantes y José Távara. Aunque siguen solicitando que se saque de la agenda del gobierno el tema de la Asamblea Constituyente.
Finalmente, es el momento para que Mirtha Vásquez construya una coalición con el centro parlamentario, AP y APP, para lograr una mayoría parlamentaria que le facilite recuperar el espacio político perdido en el parlamento por el torpe manejo político de la Bancada de Perú Libre y se genere las condiciones para aprobar los proyectos de ley que necesiten para la transformación del país. Ser conscientes que hay límites sobre lo que se puede aprobar y lo que no. Ser realistas en este caso.
El problema es que hasta ahora no sabemos cuál es la agenda legislativa del gobierno. Hasta la fecha no se ha presentado el proyecto de ley de delegación de facultades legislativas en materia tributaria y de pensiones como se anunció. Fuera de los proyectos de ley de presupuesto, endeudamiento, equilibrio financiero y cuenta general no hay más proyectos de ley importantes. Hay dos que presentaron. Uno es el cambio de nombre del Ministerio de Cultura por el de Culturas y otro que declara de necesidad pública e interés nacional el proyecto ferroviario con Brasil. Eso es todo, no hay más.