El intento del golpe parlamentario ha sido un primer ensayo para medir las fuerzas políticas en el terreno. También, un alineamiento político de las fuerzas en torno de la democracia en el marco de una débil alianza política que no termina de configurarse para permitir una estabilidad política del país. Es necesario, superar esta situación, ponerse de acuerdo sobre un programa mínimo de gobierno de las fuerzas democráticas que le de vialidad al país, no solo al gobierno.
El revés que tuvo la bancada parlamentaria de extrema derecha, sus gremios y sus medios, muestra que aún no está lo suficientemente madura una vacancia presidencial y menos una estrategia política que lleve al extremo un crisis política que ponga en cuestión todo el sistema político con resultados imprevisibles. Al parecer el centro político se habría dado cuenta que tiene mucho que perder al embarcarse en la aventura política que propone la extrema derecha.
La experiencia del fallido gobierno de Manuel Merino pesa aun políticamente, las encuestas muestran, si bien es cierto un rechazo a la conducta presidencial, mayoritariamente no están de acuerdo con la vacancia presidencial.
Una vacancia presidencial significaría que la vicepresidencia Dina Boluarte asuma la presidencia. Ella ya anunció que presentaría su renuncia en tal caso con lo cual se tendría que convocar nuevas elecciones generales y los congresistas tendrían que irse a su casa y no podrían reelegirse. Pues la mayoría de los congresistas no están dispuestos a ese sacrificio. La troika parlamentaria ya anunció, que luego de la vacancia de Pedro Castillo, seguiría el mismo trámite con la vicepresidenta Dina Boluarte. Es decir, sí o sí se convocaría nuevas elecciones. La encuesta de IPSOS dice que el 61% está de acuerdo con nuevas elecciones en el caso de la vacancia.
Si bien es cierto el descrédito del gobierno comienza a mostrar un rápido deterioro de la legitimidad del gobierno, aún no está madura una posible vacancia de Pedro Castillo. Quizá, cuando su aceptación llegue a un dígito, prospere una votación que logre los 87 votos requeridos para vacarlo. Obviamente, si sigue en el mismo rumbo es seguro que va hacia el suicidio político.
Este primer round no lo ganó Pedro Castillo, sino la democracia que permitió poner en evidencia el poco respeto que le tienen. Sale debilitado el presidente de este primer encuentro, pues a cuatro meses fue puesto en cuestión su mandato. La expectativa es que Pedro Castillo saque lecciones de este primer enfrentamiento y rectifique rumbos. No volver a tropezar con la misma piedra. Hay temas pendientes que el gobierno tiene que resolver de inmediato como es el caso de la reuniones en su domicilio de Breña, el tema de los ascensos militares o la denegación de facultades en materia tributaria y financiera que sería la decisión del parlamento frente a la resistencia del empresariado y su medios que han desplegado una gran campaña.
Siempre hemos dicho que no hay peor político que aquel que no escucha y tampoco se deja ayudar. Cree que el cargo le dio un halo de inteligencia política y que lo sabe todo. Es la enfermedad del poder estudiada por Robert Owen hace mucho tiempo, el mal de Hubris.
Este primer intento golpista mostró nuevamente el rol nefasto de los medios concentrados y otros que son financiados por determinados grupos de interés. Es el caso, por ejemplo, del programa Cuarto Poder de América TV que pretendió inflar una supuesta primicia que liquidaría la figura presidencial y que fracasó estrepitosamente. Incluso se dijo que los presentadores y la producción de dicho programa habían sido vacados por los directivos de América TV. Es decir, una lavada de manos.
Sobre esto callan en todos los idiomas las asociaciones y gremios de los medios que se llenaron la boca cuando Pedro Castillo les dijo que no les daría ni un centavo de la publicidad estatal.
Como parte de la estrategia del golpismo estuvo, también, las visitas al congreso norteamericano para justificar el golpe parlamentario. Hernando de Soto declaró en una entrevista que hace dos meses y medio que ha comenzado una gira a varios países en el exterior y que ha estado en la Casa Blanca, en el Consejo Nacional de Seguridad, con gente del Congreso como el senador Ted Cruz que es ahora vicepresidente de la Comisión de Relaciones Internacionales del Senado y antiterrorismo, así como con distintas organizaciones internacionales que se ocupan del Perú para dirimir si este es un gobierno legítimo o no.
Por su lado, Rafael Rey y otros han viajado a los Estados Unidos para concertar reuniones con legisladores de dicho país con el fin de manifestar, dicen, su alarma frente al gobierno dirigido por el presidente Pedro Castillo. Han visitado a los congresistas norteamericanos Mark Green, Darren Soto y Susan Wild con el objetivo de desacreditar al gobierno.
Frente ello la embajada USA publicó un tweet en la cuenta oficial de la embajada: “Los Estados Unidos apoya a las instituciones democráticas y rechaza las alegaciones de que el gobierno estadounidense esté buscando intervenir de cualquier forma en el Perú. Apoyamos al pueblo peruano y trabajamos hombro a hombro con sus representantes electos por el pueblo”.
En realidad, lo cierto es que la derecha y sus medios sufrieron una derrota y evidenciaron las limitaciones de su estrategia de vacancia. Renovación popular pretendió el liderazgo de la troika parlamentaria adelantándose con la iniciativa. Avanza País, con De Soto a la cabeza, dijo que fue apresurada tratando de poner el parche en vista del fracaso que resultaría.
Pedro Castillo estuvo al borde de la navaja, motivo para reflexionar sobre sus primeros cuatro meses de gobierno, para enmendar rumbos y estilos de gobierno. Es hora de parar la caída en las encuestas. Momento de cambios sí o sí. Se requiere urgente, en primer lugar, constituir en el Despacho Presidencial un Centro de Gobierno que le dé el soporte técnico político, que ahora no tiene, para la conducción del gobierno.
La estrategia de mantener un discurso de una crisis permanente del país, por haber sido elegido un presidente proveniente de la izquierda, está generando graves problemas económicos y políticos al país en una situación en que la pandemia tuvo efectos desastrosos en el empleo y la economía. Hay un frente anti-gobierno que viene trabajado en esa dirección cueste lo que cueste al país.
Por ello, luego del diálogo reciente con los partidos políticos y el fracaso de la vacancia, el presidente Pedro Castillo debe avanzar hacia un acuerdo político con las fuerzas democráticas que han impedido que la vacancia prospere. Constituir una coalición de gobierno con el centro alrededor de una propuesta de gobierno al 2026 es la tarea inmediata. Empecemos por los 10 ejes de la política general de gobierno 2021-2026, aprobado por decreto supremo el 16 de octubre último. Sobre ello proponer un conjunto de reformas necesarias que implican estos 10 ejes de política de gobierno. Esta debe ser la base para la estabilidad política del país, la reactivación económica y el desarrollo para el periodo.