Dicen los abuelos que, los verdaderos líderes o buenos gobernantes, demuestran su grandeza y talento en los periodos de crisis, porque en dicho escenario convulso señalan la vía o el camino de un proyecto y sus soluciones.
La crisis sanitaria, económica y ambiental, así como política que asola al país, ha calado en el conjunto del país; todas las regiones se encontraron ante esa perspectiva y variable, peros unos y otros respondieron a dichos retos, unos de manera humana y responsable, otros fría y calculadoramente como lo hacen los burócratas y tecnócratas, ante el examen de la vida en su gobierno.
Por tanto no es un argumento justificable, como señalan algunos gobernantes regionales que, su oportunidad de buen gobierno, se evaporó con la crisis sanitaria de los años 2020 y 2021. Es cierto que la agenda se concentró básicamente en abordar la política sanitaria de la vacunación y luego en la reactivación económica como las prioridades.
SALUD Y EDUCACIÓN
En este contexto, los avances significativos de las vacunas y las medidas anti pandémicas, se deben en buena medida a la política nacional, demostrando que el sistema de salud a pesar de sus precariedades, es el único foco de resistencia capaz de enfrentar semejante reto; como en todo el país en la región del Cusco, la salud privada brilló por su ausencia, del mismo modo que la política preventiva demostró ser inmensamente superior a la política curativa.
El debate instalado hace unas décadas entre la salud pública o salud privada, fue examinada por la pandemia y el resultado es rotundamente favorable a la necesidad de fortalecer un sistema público de salud.
En el terreno educativo, como en todo el país el sistema de enseñanza a distancia fue establecida en los centros educativos, institutos y universidades; todavía no existe una evaluación de los daños y retrocesos pedagógicos del caso, pero el estancamiento es notorio. Un 25.3% de jóvenes de 15 a 29 años en el Cusco, ni estudian ni trabajan (NINIS); los datos son más dramáticos si constatamos que sólo un 49.4% de personas tienen acceso a un móvil y solo un 11.9% a internet fijo, con lo cual se puede deducir que la enseñanza a distancia no cumplió sus objetivos como se esperaba. (Fuentes: IPE Diciembre 2021)
LA REACTIVACIÓN ECONÓMICA
El Cusco ocupa uno de los últimos lugares en la reactivación económica, con un desempeño negativo de -10.7% en el año 2021 respecto al 2019, de acuerdo al cuadro que entrega el Instituto Peruano de Economía.
Esta tendencia se explica por el condicionamiento de la economía de enclave en la minería, el gas y el turismo afectado severamente por el recorte en la producción y en los arribos de pasajeros internacionales; del mismo modo que la construcción se encuentra paralizada por falta de inversión del gobierno regional y municipal, un comercio retraído por falta de circulante.
Paradójicamente fue la agricultura la tabla de salvación de la economía familiar que, pasó al 58% como sector en la distribución del empleo regional, incrementado por otro lado por las familias que retornaron desde otras regiones a sus pueblos originales.
La pobreza en la región creció del 23% al 32% en estos años, la informalidad bordea el 89.6%, se perdieron 40 mil empleos; la clase media se ha reducido de un 29% a un 18%. Cifras que no preocupan a la autoridad regional, porque no hay ninguna medida que pueda enfrentar esa tendencia.
Desde el gobierno regional y las municipalidades sus políticas de inversión siguen en el piloto automático, no variaron el contenido de ellas ni siquiera por la pandemia y la desocupación masiva; no implementaron ninguna medida en programas de empleo masivo y rápido propias de su competencia, salvo gastar los recursos destinados desde el gobierno nacional para dichas iniciativas.
Para disimular esos vacíos, se subieron al carro de las inversiones y competencias nacionales como son el aeropuerto internacional, la cuestionada “masificación del gas” que nunca despega, la culminación del Hospital Lorena, entre otros temas.
LA INSTITUCIONALIDAD Y LA SOCIEDAD CIVIL
El cambio de la estructura de los directores regionales por la de gerentes regionales, fue presentado como la reforma institucional más importante, como dice la canción sin embargo todo sigue igual.
En cuanto a la representación, el Gobernador Regional se inauguró muy amigo de PPK, con Vizcarra, en algo con Sagasti y sigue ahora con Pedro Castillo; en determinado momento pensó que los famosos y continuos GORES REGIONALES tuvieran algún resultado, más allá del protocolo hay muy poco que exhibir de dichos encuentros.
Es en la relación con la sociedad civil, el CCRR, etc, donde los retrocesos son evidentes; la perspectiva tecnocrática del gobernador es incompatible con la participación y fiscalización, alguna reunión es sólo para cumplir el formalismo.
Es tanta la miopía, que la Federación Departamental de Trabajadores, legendaria organización que se acerca al centenario de su fundación que, resistió ilegalizaciones de dictaduras militares y civiles; fue desconocida por una resolución administrativa desde la Dirección o Gerencia de Trabajo Regional, con el argumento de un supuesto paralelismo que fue promovido desde dicha dependencia.
Podemos concluir que: el despotismo ilustrado de la tecnocracia, en formato político del partido Acción Popular, fue irrelevante a las esperanza de cambios y navega su último año por esos meandros de un neoliberalismo, inclinado al centralismo y amigo de los monopolios en cuanto a posiciones cuando surgen conflictos sociales.