Con información de SemMexico
Miles, ellas y ellos, en todos los rincones dijeron ¡basta ¡Salieron en 37 ciudades y 28 estados de la república, con una petición que esta mañana sumó 35 mil firmas!
Fue una movilización histórica. La noche del martes 25 de enero reunió el gremio periodístico de manera pacífica en lugares estratégicos de todo el país, en ciudades grandes y pequeñas, en rincones inimaginables, para demandar justicia ante las terribles condiciones de violencia que se avivaron tras los primeros veintitrés días de lo que va del año, con el asesinato de tres periodistas, dos hombres y Lourdes Maldonado López.
¿Qué exigieron? cese a los asesinatos de colegas, -47 en 3 años- seguridad, no a las agresiones sistemáticas, no a la impunidad, no al desplazamiento forzado, no al silencio impuesto por el miedo, no a la impunidad -del 90 por ciento de los casos-, no a la estigmatización de quienes comunicamos, no a la displicencia y a la burocracia.
Sí a la justicia, sí a la libertad, sí al pluralismo, sí al diálogo y el respeto a la labor informativa.
La protesta se dio en ambiente crítico para la prensa mexicana, como lo dijo en entrevista Pedro Vaca Villarreal Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. Quien advirtió que la estigmatización de la labor informativa y plural invita a las agresiones, a los asesinatos y daña la vida democrática.
A la protesta –masiva y abarcadora- surgió de cientos de voces, decenas de pronunciamientos, declaraciones. Aparecieron los nombres de periodistas que perdimos en los últimos años. Fuerte el reclamo en Veracruz y Guerrero, dolido el de Baja California. Recordatorio de impunidad en La Laguna.
Se trató de un grito por el duelo acumulado, que detonó el artero asesinado de la periodista Lourdes Maldonado López en Tijuana, Baja California, el 23 de enero, el tercer asesinato en 23 días de 2022.
Así aparecieron en cada plaza, cada altar, cada mitin, cada marcha, los nombres, las fotografías, las frías estadísticas de quienes encontraron la muerte tras haber recibido acoso y estigmatización sistemática, invitación al silencio, que, en un pronunciamiento marco, sumó las historias propias, los nombres olvidados, los rostros desdibujado. En los pronunciamientos, se advirtió, durante toda la jornada de ayer, que estamos frente al peor mensaje: callar para sobrevivir.
En redes sociales se multiplicaron las protestas y demandas y se convocó a la movilización con los hashtags #NiSilencioNiOlvido, #NoSeMataLaVerdad, #SinMasPeriodistasEnSusListas, #PeriodismoEnRiesgo.
La mayoría de las movilizaciones ocurrieron por la tarde noche y en los actos se encendieron veladoras, las y los manifestantes escribieron carteles. En la Ciudad de México lanzaron imágenes al edificio de la Secretaría de Gobernación con los más de 142 colegas que fueron ultimados: estuvieron, en muchos casos vestidos de negro, portaron fotografías de las víctimas y pancartas con la exigencia de «¡No más periodistas asesinados»!
La jornada de movilizaciones destacó porque nunca en la historia del país habían salido tantos periodistas en tantos lugares para protestar por la violencia y asesinatos contra la prensa. Comenzó con un tendedero de fotografías de las y los periodistas asesinados frente a Palacio Nacional, retirado minutos después por las autoridades y terminó con veladas de indignación, imágenes de miles de luces de veladoras esta madrugada.
Y es que, en tres días se fueron uniendo, de todas partes las y los periodistas. Un momento de hartazgo, señalan los comentaristas, en México y el extranjero. Las voces rompieron fronteras, en Baja California, reportó la periodista Rocío Galván, se sumaron periodistas de San Diego.
Lourdes Maldonado acudió en 2019 a la conferencia mañanera a solicitarle a López Obrador ayuda por un juicio laboral que ganó recientemente contra el ex gobernador de Baja California, Jaime Bonilla. Apenas podía celebrar este triunfo, cuando fue asesinada cobardemente.
Así, también se dijo repetidamente, en México no tenemos condiciones para desarrollar nuestra labor informativa en el día a día por las pésimas condiciones laborales y la explotación que somos objeto y además tampoco tenemos condiciones de seguridad que nos permitan no morir en el intento cuando se trata de informar a la población.
Este texto se repitió como una cadena, con cifras y datos, con la visión de preocupación y fijando dónde está la responsabilidad política, empresarial y judicial con el gremio que no ha sido asumida. Mientras las empresas periodísticas obtienen ganancias millonarias.
La otra demanda fue la exigencia para el esclarecimiento de todos los hechos y se den garantías para el ejercicio de la profesión, Alto Riesgo, una agrupación casi espontánea, pidió ejercer la profesión en libertad y como un eco exigieron al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, protección y justicia para las víctimas.
Ante este panorama, las, les y los periodistas por primera vez se manifestaron en distintas latitudes para exigir justicia.
Se leyó: como periodistas estamos convencidos de que nuestro trabajo es fundamental para la sociedad, es importante garantizar la libertad de expresión y el acceso a la información, que es un bien público, aunque los gobiernos nos vean como enemigos del Estado.
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