Con información de RFI
El levantamiento de las restricciones anti Covid en 2021 vino acompañado de un aumento de la pena de muerte en el mundo. Al menos 579 ejecuciones en 18 países se llevaron a cabo el año pasado, es decir, 20% más que en 2020, según el Informe anual sobre la pena de muerte publicado por Amnistía Internacional este martes.
“Las restricciones de 2020 retrasaron juicios y ejecuciones con lo cual esas condenas que había pendientes fueron llevadas a cabo durante el año 2021”, explica a RFI, Carlos de las Heras, portavoz de Amnistía Internacional en España.
Irán, Arabia Saudita, Egipto o Birmania encabezan la lista de los países donde se incrementaron las condenas a la pena capital. Irán representó la mayor alza y registró un récord en cuatro años, con cerca de 314 personas ejecutadas en comparación a las 246 registradas en 2020. Arabia Saudita dobló el número de 2020 con 85 ejecuciones en el último año. Egipto ejecutó 356 condenas. En Birmania se registraron cerca de 90 condenas ejecutadas.
«Las condenas se aplican o se imponen por distintos delitos. De delitos violentos, como pueden ser asesinatos, violación, hasta delitos no violentos como el tráfico de drogas», explica Carlos de las Heras.
Amnistía Internacional señala que hay un incremento de ejecuciones relacionadas con el tema de las drogas, lo que denuncia como una «violación flagrante de las leyes internacionales», que sólo permiten la aplicación de la pena capital por crímenes que involucren homicidio intencional. En el caso de Irán, el 40% de las ejecuciones tuvieron que ver con casos de drogas.
«En el caso de Arabia Saudita y Egipto también se utiliza la pena de muerte como una manera de intentar silenciar a la oposición política. Esta tendencia continúa también en este 2022. El pasado mes de marzo, Arabia Saudita ejecutó a 81 personas en un día. Los acusados confiesan bajo tortura y coacciones. En Egipto se imponen incluso sentencias a muertes en ausencia del acusado», denuncia el portavoz de Amnistía Internacional en España.
Birmania es uno de los países que no ofrece cifras oficiales sobre las ejecuciones al igual que otros países como China, Corea del Norte o Vietnam. Los cálculos de Amnistía Internacional son de 87 casos en 2021. «La última ejecución de la que se tenía constancia en Birmania (Myanmar) data de 1988, es decir más de 30 años», explica de las Heras.
A pesar de que las ejecuciones han retomado después de un frenazo por cuestiones de pandemia, la cifra de 579 ejecuciones es bastante baja en comparación a años sin pandemia.
«Estamos ante la segunda cifra más baja, la primera fue en 2020, desde el año 2010; con lo cual tenemos que ser optimistas y llegan buenas noticias sobre todo del continente africano donde hay países en el camino del abolicionismo y también llegan buenas noticias de EEUU donde ha descendido el número de ejecuciones, incluso Virgina ha abolido la pena capital», concluye Carlos de las Heras, portavoz de Amnistía Internacional en España.
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