El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) actualizó sus pronósticos de la economía para el 2022 y 2023. A diferencia del optimismo del MEF, el Banco muestra una baja en el PBI debido al cese de actividades mineras en el sur.
El BCRP espera que la economía crezca solo 3% en 2022. El reporte previo proyectaba un 3.1% de crecimiento. El sector minero produce menos, además hay menor refinación de petróleo debido a las paralizaciones en las actividades del sector y el inicio más lento de la refinería de Talara, indica el reciente informe del BCRP.
Por su parte, el MEF se muestra más optimista. Proyecta un crecimiento entre 3.3% y 3.5% con medidas de Impulsa Perú.
¿Qué es el Plan Impulsa Perú?
El Plan Impulsa Perú tiene como objetivo reactivar y potenciar el crecimiento económico sostenido, y promover la generación de empleo.
En resumen, el Plan tiene tres ejes fundamentales y busca darle soporte a diferentes segmentos de la economía: apoyo a las mype; impulso a sectores intensivos en la generación de empleos; y soporte a familias vulnerables.
Los primeros proyectos de Ley ya han sido enviados por parte del Ejecutivo al Congreso.
✅ El Plan #ImpulsoPerú 🇵🇪, apunta a generar un mayor dinamismo en la economía 📊, alentando la inversión pública y privada, potenciando también a las mype, generadoras de empleo, y brindando apoyo a las familias vulnerables 👨👩👧👦. 💻 Conoce más aquí: https://t.co/tZ9J2Ui3NF pic.twitter.com/cBiJQqGKBl
— Ministerio de Economía y Finanzas (@MEF_Peru) September 16, 2022
Economía dinámica
A pesar de que en julio se observó una desaceleración en la economía y solo creció 1,41%, el BCRP espera un mejor resultado para agosto. De esta manera, el tercer trimestre cerraría con una expansión de 1,7%, siendo el único bache pronosticado, ya que en el cuarto trimestre se estima lograr un aumento en el PBI de 3,2%.
En ese sentido, Velarde Flores expresó que “las condiciones todavía nos están diciendo que la economía mantiene cierto dinamismo; no está boyante, no quiero decir eso, pero sí mantiene cierto dinamismo”.
Precisó que si bien no se observa un entorno externo favorable, en donde diversas economías del mundo temen a entrar en recesión o desacelerarse en el próximo año, el BCRP no avizora que el 2023 sea “catastrófico” para el PBI nacional.
Inversiones con panorama cero
El BCRP mantuvo en 0% su estimado de avance, debido a que la inversión minera caería 3,7% y la no minera solo aumentaría 0,5%. Además, para el 2023 se corrigió de 2,0% a 1,8% el crecimiento de este indicador por la culminación del proyecto Quellaveco que provocaría que la inversión minera caiga 16,2%, pero compensada con la expansión de 4,0% de la inversión de otros sectores.
Si bien el consumo privado va en un aumento, la inversión privada “aún no despega”.
#BCRP: El crédito a empresas sin considerar el Programa Reactiva Perú aumentó 12,1% en julio de 2022 con relación a similar mes del año anterior. pic.twitter.com/FZKUkwQtyB
— Banco Central de Reserva del Perú – BCRP (@bcrpoficial) September 15, 2022
Sobre el impacto que tendría el plan Impulso Perú del MEF, el BCRP refirió que estas medidas compensarían la caída de inversión en los gobiernos locales y regionales por las nuevas autoridades que demoran en ejecutar los proyectos. El dinamismo vendría por el destrabe de obras.
Se proyecta una variación de 0% (de la inversión pública) para el 2023, en un escenario donde normalmente se ven caídas en un año de cambios de mando en los gobiernos subnacionales, apuntó Velarde.
Además, Impulso Perú ayudaría a compensar los menores desembolsos en Quellaveco y Toromocho con el fortalecimiento y destrabe de inversión privada.
Inflación al cierre de 2022 y para el 2023
Las expectativas de inflación para la tasa de inflación esperada se calculan entre 7,0 y 7,3 por ciento para 2022 y entre 4,0 y 4,3 por ciento para 2023.
Las expectativas de inflación a 12 meses en agosto de 2022 ascendieron a 5,10 por ciento, ubicándose temporalmente por encima del límite superior del rango meta de inflación.
Otro determinante de la inflación es el componente importado, que combina el efecto de los precios internacionales de los productos que importa nuestro país (tales como crudo del petróleo, trigo, soya y maíz) con el efecto de la variación del tipo de cambio (sol respecto al dólar de Estados Unidos).