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domingo, septiembre 8, 2024

Autoexigencia femenina y la autoconfianza masculina

Por Paula Távara

Mendoza y Fujimori: breve apunte sobre el debate de candidatos

El debate presidencial organizado por una televisora el domingo 21 de marzo dio el silbatazo de salida para esta última y más intensa fase de la campaña electoral con miras al 11 de abril. Entre propuestas que no aterrizan, anécdotas y material para memes, los analistas coinciden en un apunte: Verónika Mendoza (Juntos por el Perú) y Keiko Fujimori (Fuerza Popular) mostraron mayor solvencia en sus exposiciones. Mientras que a las candidatas (las únicas dos mujeres entre 18 candidaturas presidenciales) se les vio preparadas, serias y conocedoras de sus materias, los candidatos – Lescano, Forsyth y Urresti- variaron entre la repetición de lugares comunes, el discurso de paporreta y la malcriadez como forma de llamar la atención.

Pocas cosas hay en común entre Mendoza y Fujimori. Con ideologías contrapuestas y trayectorias distintas hacia el liderazgo, uno propio y otro hereditario, tienen en común que sus partidos surgen y funcionan en torno a ellas y que  lograron transmitir una imagen de mayor preparación para este debate. Con estos hechos por delante creo que es factible identificar una convergencia: la mayor autoexigencia que nos imponemos las mujeres en todos los ámbitos de la vida, pero con más fuerza, el desarrollo profesional y el liderazgo político.

Durante muchísimo tiempo -y hasta ahora- a las mujeres se nos educó para ser perfectas: perfecta ama de casa, madre y esposa. Conforme fuimos ganando espacios en la vida pública, antes que plantearse un equilibrio entre tareas se siguió esperando que fuésemos perfectas trabajadoras y también perfectas políticas. Todo con igual nivel de perfección, aunque eso demandara una cantidad de esfuerzo y desgaste incalculables.

Así por ejemplo, algunos estudios[1] muestran que las mujeres no postulan a puestos de trabajo a no ser que cumplan con la gran mayoría de los requisitos del anuncio, mientras que los hombres lo hacen incluso si solo cumplen con uno de esos requisitos. Un análisis al interior de Google mostró también que más hombres se auto proponían para un ascenso dentro de la compañía, pese a que pudiese haber mujeres objetivamente mejor calificadas[2].

Según la psicóloga española Gema de Pablo[3], las mujeres nos autoexigimos más porque se nos ha impuesto la creencia de que «tenemos que demostrar que somos tan válidas como ellos». Al ser el espacio político tradicionalmente masculino, a las mujeres que participan de él se las pone en cuestión, casi en evaluación, constantemente. Toca por tanto ser perfectas para no ser descalificadas.

Es altamente probable que las candidatas Mendoza y Fujimori hayan dedicado bastantes más horas a su preparación para el debate, tanto en el estudio de sus propuestas, preguntas para sus contrincantes y mensajes a transmitir, como en sus estilismos e imagen (no olvidemos que a las mujeres se nos juzga más duramente en estos aspectos).

Sin embargo, no se trata únicamente de cuánto puedan haberse preparado las candidatas para ese debate, sino también de cuánto puedan no haberse preparado los candidatos. En contraposición con la autoexigencia femenina, la sociedad ha dotado a los hombres, y más aún a los políticos, de una “autoconfianza” abrumadora. Así, además de los ejemplos de líneas arriba, investigaciones recientes muestran que los hombres de inteligencia media creen que son más inteligentes que dos tercios de la población[4]. ¿Podría estar también aquí la clave que explica que más hombres estén dispuestos a participar de la vida política y ocupar cargos públicos?

El asunto es que en la arena de la política y más aún en una contienda por el trabajo de mayor responsabilidad y poder en el país, ciudadanas y ciudadanos merecemos candidatas y candidatos que se tomen muy en serio la representación y la tarea de transmitirnos propuestas reales y convincentes, y creo que en esto los principales candidatos hombres aún no están “llenando el traje”.

La semana que viene tendremos una nueva oportunidad para ver a los candidatos y candidatas en la cancha del debate, esta vez organizado por el Jurado Nacional de Elecciones. Esperemos que la autoexigencia sea la norma, por el bien de nuestra democracia, la calidad de nuestras instituciones y el bienestar de peruanos y peruanas durante los próximos 5 años.

[1] https://elpais.com/economia/2019/06/19/actualidad/1560942028_469767.html

[2] https://www.nytimes.com/2012/08/23/technology/in-googles-inner-circle-a-falling-number-of-women.html

[3] https://www.youtube.com/watch?v=evI6OELOyFM

[4] https://journals.physiology.org/doi/full/10.1152/advan.00085.2017

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