Democracia Vs. DemoKracia

En estos últimos días, a raíz de los resultados electorales hemos visto acrecentar la polarización en nuestro país, ambos partidos en contienda defendían la Democracia, era una especie de confusión para los no entendidos en derecho; sin embargo, para el sector informado, que sigue la noticia y tiene un criterio mínimo y valores democráticos, llamaban a reconocer las elecciones en el marco de la Democracia dentro de un Estado de Derecho. La doctrina, nos aporta algunos significados importantes.

Así, Eusebio Fernández señala que el “Estado de Derecho es, en primer lugar, el imperio de la ley, subordinación de todos, incluido el propio Estado y sus representantes, a la legalidad, pero no a una legalidad con cualquier contenido, sino a una legalidad selectiva… una legalidad que no lesiona ciertos valores por y para los cuales se constituye el orden jurídico y político y que se expresan en unas normas o principios que la ley no puede violar.” Hemos espectado dos discursos defendiendo la Democracia. Esta incertidumbre nos enfrenta entre la Democracia Vs. DemoKracia teatral; desde esta última, había una defensa ciega de un batallón de abogados, un desprecio por la democracia a mi juicio, expresada en maniobras dilatorias, una búsqueda de enturbiar el proceso, sin cuestionar la labor de los Órganos electorales, pero en el fondo ejerciendo presión de varias formas, se pretende cambiar las reglas de juego, ante los ojos de los Observadores internacionales, con los pedidos de nulidad, y las apelaciones, etc. Todos estos artilugios, definitivamente no calzan a los fundamentos que recoge la doctrina para definir el Estado de Derecho, como vimos líneas arriba; otra definición significativa es la del Profesor Elías Díaz: “El Estado de Derecho es un Estado con Derecho… (donde se da el) sometimiento del Estado al Derecho, a su propio Derecho, regulación y control de los poderes y actuaciones todas del Estado por medio de leyes, creadas estas además según determinados procedimientos”. Entonces, hablar del fundamento del Estado de Derecho es: reconocer el mandato de la ley, la división de poder, la legalidad en la administración y el ejercicio de derechos y libertades.

Sin embargo, si todo esto es claro, porque se desconoce un conjunto de valores democráticos de manera cínica y alejada al derecho. La defensa legal que asume el partido ganador ante las cifras de la ONPE, considero que se alinea a la Defensa del Estado de Derecho, y la democracia, descansa en argumentos jurídicos, se sostiene en normas, principios, reglas vigentes, que rigen los procesos y procedimientos al interior Jurado Nacional de Elecciones (JNE) en el marco de la Constitución Política del Estado. Es así, que no se puede modificar fechas, horarios en el transcurso de la elección (Ley orgánica de elecciones); Sentencia del Tribunal Constitucional vinculante N° 5448-2011 PA/TC las que aborda etapas del proceso electoral y precisa que son perentorias y preclusivas; Resoluciones del propio JNE que establecen las horas de ingreso y cierre de la mesa de partes. La Carta Democrática Interamericana que en su artículo 3 señala: “Son elementos esenciales de la democracia representativa, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo …”. La misión de Observación electoral de la OEA fue clara respecto a los comicios electorales, fueron elecciones transparentes, ellos se rigen por principios y normas de la Organización; son misiones independientes, objetivas, imparciales, transparentes y tienen la capacidad técnica para sostener su apreciación final, además informarán de sus actividades en Perú durante los comicios al Consejo Permanente de la OEA. No se puede permitir que se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente nuestro orden democrático. Se debe, dejar de hacer interpretaciones personalísimas de la Constitución Política del Estado, al margen de las propias sentencias del Tribunal Constitucional, máximo intérprete de la Constitución, lo que se está viendo abiertamente, es el uso abusivo del Derecho, se pretende vulnerar el debido proceso electoral, y lo que sorprende es querer ingresar nuevos procedimientos o plazos a la luz de sus intereses por encima de la ley, no se quiere respetar el voto del pueblo alegando un fraude inexistente ante los ojos de los Observadores internacionales y otros, y los hechos que alegan no están previstos en la ley, cabe pensar que toda esa avalancha de impugnaciones que no cumplen los plazos procesales, no son expresión máxima de democracia. La jurisprudencia de la CIDH, reafirma en la necesidad de consolidar las instituciones democráticas, en el marco del ejercicio y defensa de los derechos humanos. Conforme a las Opiniones Consultivas OC-5/85 y OC-6/86, señala que el orden público y el bien común no deben ser medios para suprimir derechos o desnaturalizar estos, según la Corte en su amplia jurisprudencia “el ejercicio efectivo de la democracia representativa” es la verdadera esencia del Estado de Derecho. Finalmente, La Carta Democrática en su artículo 16, precisa que la “…educación es clave para fortalecer las instituciones democráticas, promover el desarrollo del potencial humano y el alivio de la pobreza y fomentar un mayor entendimiento entre los pueblos…”. Es un tema pendiente en la agenda del Estado, para poder construir ciudadanía y consolidar nuestra frágil democracia de cara al futuro. Nos encontramos ante un JNE que tendrá que ser un guardián vigilante de la Democracia, los Derechos Humanos y el Estado de Derecho.