Estando ad portas de culminar el proceso electoral presidencial y con ello elegir al que denominaré “Gobierno del Bicentenario”, el proceso nos deja algunas preocupaciones como las amplias diferencias ideológicas, el “odio político” (por la opción elegida), inclusive una posible baja satisfacción con lo que terminemos eligiendo.
Ante esta situación se requerirá de una gran madurez política y tolerancia social para mirar hacia adelante, lo que nos debe unir mas allá de las diferencias y el posible sinsabor del resultado electoral; me refiero a continuar avanzando en la lucha contra la pandemia, la recuperación económica, la mejora de la educación, responder al aumento de la pobreza y recuperar la confianza ciudadana como una ofrenda a nuestros 200 años de vida republicana.
Desde el ámbito de gestión pública se debe preparar la sintaxis de funcionamiento del Estado y la gestión del gobierno, para ser flexible técnica y administrativamente para la concertación, a nivel de sus procesos y los acuerdos que exijan una rápida y efectiva intervención pública.
Dicha concertación pública (política y técnica), entre el Estado y los diversos actores de la política y la sociedad, requerirá que el trabajo desde la diferentes instancias del Gobierno Nacional (Gobierno del Bicentenario) aborden su toma de decisiones en base al análisis de los actores involucrados (conociendo sus percepciones, posiciones, intereses y poder de incidencia); la identificación del problema público en base al trabajo de campo y la escucha activa del ciudadano y comunidad involucrada (beneficiada y perjudicada); el diseño de intervenciones públicas que privilegien la eficacia, eficiencia y calidad pero con legitimidad social; la implementación, donde se contemple el desarrollo de una gestión participativa orientada en los resultados; y, por ultimo, una evaluación que permita detectar el estado situacional, los ámbitos de mejora y los riesgos y oportunidades para afianzar la confianza de la población.
Esta concertación en el desarrollo de la gestión de gobierno se debe realizar con valor público, es decir atendiendo a las preferencias públicas de la población, a partir de entender las preferencias individuales en base a una comprensión de la realidad y la situación territorial y social que tenemos en nuestro país, donde la máxima expresión de gestión pública es reconocer que atendemos la población en un marco de diversidad de diversidades.
El Gobierno del Bicentenario, desde antes del 28 de julio, debe procurar un mensaje político de trabajo concertado como un principio orientador de su período gubernamental; por un lado para generar un clima de paz social y además para que conforme avance en el tiempo el gobierno vaya sumando la cooperación y colaboración de los diversos actores de la sociedad y el mercado (sector privado, sociedad civil, sindicatos, gremios, colegios profesionales, colectivo y todo tipo de tejido social representativo de los intereses de la sociedad en las diversas materias sectoriales asociadas a su desarrollo). Además, porque a nivel de gestión del gobierno en un marco de unitariedad y descentralización requerirá una rápida respuesta conjunta de todos los niveles de gobierno liderados por el Gobierno Nacional para aumentar la capacidad de acción pública en las prioridades que hoy tenemos como efecto de la pandemia, principalmente salud, educación, empleo, economía, producción, turismo, entre otros, según la prioridad en virtud de la realidad de los espacios territoriales a nivel nacional.
Esta concertación política y técnica será posible si se aprovecha lo ya avanzado como son las Políticas de Estado del Acuerdo Nacional, la Visión 2050 elaborada consensuadamente por Centro Nacional de Planeamiento Estratégico – CEPLAN, los espacios y mecanismos de coordinación que cada Ministerio del Gobierno Nacional tenga hacia dentro del Estado y con la sociedad, y en una perspectiva de actualización de la gestión pública para que esta acorde a la nueva realidad que tenemos se debe aplicar los alcances de la Política Nacional de Modernización de la Gestión Pública.
Esto no será fácil; tendremos que ser todos más tolerantes, mientras el Gobierno Nacional como resultado de su gestión concertada va presentando avances que beneficien el bien común, respete la trayectoria de mejora que se disponga en las condiciones de oferta de los bienes y servicios públicos que se programan en favor de la sociedad; pero también sea respetuoso de los principios democráticos que ayudan a seguir fortaleciendo nuestro régimen político. Es decir, un Gobierno del Estado que tenga respeto por todo aquello que la sociedad valora como importante respecto a lo logrado hasta este Bicentenario.
Finalmente, desde la gestión pública, se debe ser consciente que habrá que animar a todas las poblaciones y grupos de interés de la sociedad, a ser más vigilantes – sociales y participativos – de la gestión del Estado, con un compromiso ciudadano constante en mejorar dicha gestión denunciando lo ilegal y lo informal, ayudando en afianzar lo que se venga haciendo bien y siendo colaborativos para que todos juntos con el Estado cambiemos nuestra realidad. El Perú lo hacemos todos y depende de todos seguir avanzando; solo los motivo e invito a estar predispuestos a concertar en vez de restar.