Por Manuel Silva
El Grupo de los Siete (G7), conformado por Alemania, Italia, Francia, Estados Unidos, Canadá, Japón y Reino Unido, considerados como los países más prósperos y consolidados y, que, además, juntos suman el 60 % de la riqueza mundial, se reunieron desde el pasado 11 de junio hasta el 13 de junio, en Cornualles (Inglaterra) con un compromiso final de recuperarse de la crisis de la pandemia de “una forma diferente”, impulsando una economía más justa, una infraestructura verde, asistencia educacional, donación de vacunas a los países más pobres y el afán de contrarrestar el poder de China y Rusia.
Una reunión traza una línea de nuevos desafíos y planes que se deben tener en cuenta para afrontar la crisis actual y, pensar en cómo mitigar las futuras crisis que se presentarán. Para José Pinto-Bazurco, doctor en Derecho Internacional Público y especialista en derecho internacional del medio ambiente, las líneas trazadas por el G7 son relevantes pues “se necesita un liderazgo claro que tenga respuestas concretas a los desafíos que se están presentado; estos desafíos más importantes son la pandemia y reactivación económica. Pero, hay también desafíos urgentes como el cambio climático y, si bien esta reunión abarcó esos temas, no ofrecieron respuestas suficientemente adecuadas y concretas”.
Para Ramiro Escobar, Magister en Estudios Culturales e internacionalista, la reunión del G7 fue muy importante porque parecería estar marcando un cambio de giro en el escenario internacional. “Los 7 países más desarrollados emergen con una propuesta algo inusitada de cobrar 15 % de impuestos a las empresas más grandes, sobre todo a las tecnológicas, incluso en las sedes donde trabajan, y eso se explica porque estas empresas son las que en el tiempo de pandemia se han fortalecido; eso marca un giro interesante porque revela déficit en el tesoro público de varios estados, en los recursos fiscales, que quiere cubrir con impuestos a las empresas que sí han ganado dinero durante la pandemia. Ese dinero serviría para repotenciar la economía y dar servicios sociales en los países donde la pandemia continua”.
Incluso, según compartió el diplomático Oswaldo de Rivero, en una columna de opinión, “los gobernantes del Grupo de los 7 han dejado de lado la doctrina neoliberal que conminaba a los gobiernos a orientar sus políticas económicas solo por el mercado (…) otra razón para abandonar el neoliberalismo ha sido el abismo de desigualdad social que este ha creado en todos los países del mundo”.
EE. UU vuelve al G7
“Estados Unidos vuelve a estar en la mesa”, afirmaba el actual presidente norteamericano Joe Biden, el mandatario recalcó la relevancia de los compromisos adquiridos por el G7 en su lucha contra la pandemia en los países pobres y en desarrollo.
Como se recuerda, en el 2018, el entonces presidente Donald Trump rompió consenso con el G7 tras su reunión en Canadá. “Basado en las falsas declaraciones de Justin en su rueda de prensa y el hecho de que Canadá está imponiendo fuertes aranceles a nuestros granjeros, trabajadores y empresas, he ordenado a nuestros representantes no respaldar el comunicado, mientras revisamos los aranceles sobre los vehículos que inundan el mercado estadounidense”, señaló Trump en su cuenta de Twitter el 9 de junio de 2018.
“Quizá el aspecto más llamativo es cómo la cumbre ha recibido a los Estado Unidos post Trump, en la última reunión. EE UU desistió de todos los compromisos relacionados a la crisis climática. Esto ha cambiado, el “American first” ha cambiado y ahora el tono es de querer colaborar y brindar propuestas y planteamientos constructivos”, señala José Pinto-Bazurco.
Uno de los lineamientos propuestos por EEUU en consenso con los demás países aliados es un plan para contrarrestar principalmente a China, y Rusia; según Biden, las cadenas de suministro global deben estar alejadas de “la competencia desleal y trabajo forzoso y moralmente atroz” que realiza China, poniendo el foco en la Nueva Ruta de la Seda de Pekín.
“Lo más concreto que ha salido en la reunión son los comunicados referidos a China y Rusia, tomando en cuenta que Rusia está en declive, pero China está en ascenso. Lo que ha surgido es una suerte de unión bajo una propuesta de contrarrestar el poder que ellos consideran que desafían a occidente. Esto se manifestó en el comunicado donde se condenó, además, las actividades de Putin por interferencias en las elecciones de otros países. Si bien están haciendo un llamado crítico hacia otras razones concretas, ellos mismos no acordaron sobre la prohibición de la participación de estos países (G7) en proyectos que se benefician del trabajo forzoso”, precisó José Pinto-Bazurco.
Cambio climático, pandemia y una economía más justa
«Estamos decididos a que esta vez sea diferente», señalan en concilio los países miembros del G7, la pandemia ha puesto en escena las desigualdades en diversos aspectos entre países y la respuesta de este grupo es la de : “Continuaremos apoyando nuestras economías durante el tiempo que sea necesario, pasando de la respuesta a la crisis a la promoción del crecimiento hacia el futuro, con planes que creen empleos, inviertan en infraestructura, impulsen la innovación, apoyen a las personas, para que nadie, independientemente de su edad, etnia o género se quede atrás. Reconocemos que este no siempre ha sido el caso de las recuperaciones de crisis mundiales anteriores, y estamos determinados para que esta vez nuestra respuesta siga siendo diferente».
Las propuestas económicas que más resonaron fueron las de “un comercio más libre y justo dentro dfuntevFrance24a comercial reformado una economía global más resistente y un sistema fiscal global más justo”. Asimismo, suscribieron el acuerdo de sus ministros de finanzas para promover un impuesto mínimo del 15 % para las grandes empresas. “Continuaremos ahora la discusión para llegar a un consenso para un acuerdo global sobre una solución equitativa sobre la asignación de derechos tributarios y un impuesto mínimo global ambicioso de al menos el 15% sobre una base de país por país, a través del G20 y de la OCDE. Esperamos llegar a un acuerdo en la reunión de julio de los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20. Con esto damos un paso significativo hacia la creación de un sistema tributario más justo y adecuado para el siglo XXI y revertir una carrera de 40 años en sentido inverso”, precisan en el comunicado.
Para Ramiro Escobar, este anuncio, de concretarse, “tiene la lógica o el propósito de cubrir difícil pero también de dar servicio a los ciudadanos. Esto podría estar marcando un momento casi keynesiano de la economía mundial, no recuerdo que en los últimos años las reuniones del G7 hayan estado marcadas por ese tipo de anuncios, sino anuncios de insistir en un modelo de economía liberal”, comenta.
Con respecto al medio ambiente, los líderes se comprometieron con una «revolución verde» que limitaría el aumento de las temperaturas globales a 1,5°, así como alcanzar emisiones netas de carbono cero para 2050.
El grupo se reafirmó en el objetivo colectivo de los países desarrollados de movilizar conjuntamente US$100.000 millones anuales de fuentes públicas y privadas hasta 2025 para establecer y alcanzar los planes para la reducción de emisiones de la agricultura, transporte y fábricas.
Con respecto a la pandemia, una idea inicial que se tenía pensada que llegue a consenso era la liberación de las patentes de las vacunas contra la COVID-19, la cual no prosperó y se acordó en un compromiso de mil millones de vacunas donadas a los países mas pobres. “Se esperaban mayores respuestas concretas frente a la pandemia, de las reuniones salieron propuestas de donar mil millones de vacunas, la población de la India supera esta cantidad”, puntúa Pinto- Bazurco.
Asimismo, Escobar puntúa que “el ofrecimiento de socializar y regalar vacunas con los países que no las tienen es un anuncio interesante; sin embargo, creo que habría que tener en cuenta lo que dijo la OMS en el sentido que en realidad se necesitarían 11 mil millones de vacunas, no mil millones, han ofrecido la décima parte de lo que realmente se necesita, creo que los países desarrollados pueden ofrecer mucho más, hubiera sido una propuesta más estratégica.
“El Perú podría beneficiarse de algunas de las propuestas del G7 siempre y cuando sean en beneficio común”
Para Pinto- Bazurco, si bien el Perú no se beneficia de manera directa de las propuestas del G7, se puede unir al discurso político de aprender de la pandemia, pensar en un futuro más verde, repensar la economía, buscar la prosperidad para las nuevas generaciones y abrazar las alianzas entre países.
“Es difícil encontrar beneficio para el Perú dentro de un marco donde no hay propuestas concretas, una de las propuestas de llegar a concretarse, y si vemos las reglas y los mecanismo, es la propuesta de la infraestructura verde. Sin embargo, la visión que tienen los países del norte global al respecto del sur global en la forma de enfrentar los temas del cambio climático no van de acuerdo a las necesidades de los países en desarrollo, están más relacionados a cómo se pueden beneficiar los países de norte global a través de préstamos y tecnología. El Perú podría beneficiarse de algunas de las propuestas del G7 siempre y cuando sean en beneficio común”, precisa Pinto-Bazurco.
Por su parte, Escobar concluye con que el Perú debería estar atento a lo que ahí se anuncia (G7), “porque en esos anuncios implican dar un cierto giro en la arquitectura económica mundial, implica la posibilidad de recibir vacunas a pesa de que tenemos cubierta la demanda de vacunas hasta fin de año, pero no sabemos que pueda pasar en el camino. Implica estar muy involucrado en el tema del cambio climático, aunque el Perú no sea un gran emisor de gases del efecto invernadero. La política exterior del próximo gobierno debería también poner sus ojos en estas cumbres y en los procesos políticos a nivel mundial que curiosamente están marcando la toma de decisiones en cuanto al funcionamiento de la encomia. Anuncios como poner más impuestos a las grandes empresas, es algo que se ha dicho en la cumbre de G7 y es algo que ha dicho Pedro Castillo desde que inició su campaña de segunda vuelta. Podría haber un viento favorable para reformas de este tipo siempre y cuando no sean excesivas ni descaminadas”, señala.