A días de la proclamación del presidente electo, enfrentamos una transición inusualmente breve, donde el poco tiempo para hacer el traslado de información de cada sector es relevante en términos de conocimiento de lo que se recibe. Que, por cierto, en un escenario de pandemia y de crisis social es adicionalmente más importante.
Durante la campaña se mencionó a pensión 65. La propuesta del ahora fue ampliar su alcance incorporando a adultos desde los 62 años. Interesante desde el punto de vista de poder coberturas a más adultos mayores en pobreza y pobreza extrema. Sin embargo, es necesario considerar que aún queda una brecha pendiente que no se llegó a cerrar de aquellos de 65 años, que a esta altura y luego de una pandemia que nos trajo nuevos pobres debe ser aún mayor. Y he ahí la primera tarea identificarlos. La data del padrón general de hogares necesita reflejar la realidad actual. Por lo que ahora lo vital es terminar el registro y cobertura de los de 65 años y luego incorporar a los que están entre 62 y 64 años.
Pero lo que debe entender también nuestro nuevo gobernante, es qué pensión 65 es más allá de un sistema pensionario para pobres, pensión 65 se ha fortalecido como un programa social capaz de rescatar los valores ancestrales de sus usuarios , valorando sus capacidades productivas, insertándolos en las actividades económicas, en otra palabras, reconociendo cuán útiles son para el país. Eso debe continuar consolidándose.
Por otro lado, en esta etapa de reactivación de la economía y lucha contra la pobreza, el rol de la mujer y su aporte en la economía, son valiosos. Habría que pensar en dar mayor impulso a través del programa Foncodes a la capacitación productiva de las mujeres, como se inició ya con las mujeres indígenas el 2020 (Noa jayatai mujer indígena) Recordemos que es la mujer quien mueve la economía de su hogar a través de emprendimientos. La inversión en la mujer genera mayor reactivación económica.
Los programas sociales creados desde el Ministerio de Desarrollo e Inclusión social, son precisamente pensados para terminar con la pobreza en todas sus etapas y romper con la cadena que conduce ella. De ahí que un Nuevo Gobierno que realmente aspire a un país menos pobre e igualitario en oportunidades y crecimiento, debe necesariamente dar un impulso agresivo a la política de desarrollo e inclusión social.
JUNTOS Y CUNAMAS, también deben apuntar a llegar al porcentaje total de niños y madres pobres, sostener su economía a cambio de cumplimento de las corresponsabilidades, es decir del cumplimiento de metas de asistencia escolar y rendimiento, combate a la anemia y desnutrición, esto impedirá que la pobreza se instale permanentemente en la vida de ellos y se transmita de generación en generación.
Pero no solo el Estado debe ser un importante actor en este camino de poner fin a la pobreza. Sino también el sector privado. Por lo que resulta importante la articulación para la apertura del mercado para quienes siendo beneficiados por programas de capacitación productiva pasen de una economía de subsistencia a una economía de mercado. Y por otro lado la participación del sector privado también puede consolidarse a través de obras por impuestos para la realización de obras de infraestructura vinculadas con los programas del MIDIS (tambos, nuevos tambos urbanos en esta coyuntura de incremento de pobreza urbana, cunas, etc.)
Como decíamos en el foro Perú sostenible 2020 tenemos una tarea pendiente,
“ Fortalecer el rol rector del MIDIS como ente articulador de las políticas de Estado para el desarrollo e inclusión social, Crear condiciones necesarias y oportunidades para que los hogares puedan superar la pobreza sosteniblemente, Diseñar estrategias y acciones con el sector privado, asociaciones de comercio, sociedad civil organizada, etc., para movilizar a los usuarios desde una economía de subsistencia a una economía de mercado, Implementar mecanismos para que el ciudadano tenga el control de su información y la oferta de servicios públicos orientada a sus necesidades e Impulsar el sistema de información articulado con los sistemas de información de otros sectores, que permita mejorar la identificación socioeconómica multidimensional según el ciclo de vida de las personas.”
¡No más pobres en un país rico!