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martes, octubre 15, 2024

Los problemas públicos que enfrentan los gobiernos desde la gestión pública

Para desarrollar desde un Gobierno Entrante, una gestión pública eficaz y efectiva, es importante partir de comprender los problemas públicos, a atender desde el ámbito del Estado, del Gobierno y específicamente desde las entidades públicas. Para afrontar esto en beneficio de la sociedad y principalmente de los ciudadanos que sufren de los problemas públicos, es estar atentos a la evolución de estos y a su abordaje considerando la gestión de los bienes y servicios públicos.

Considerando lo antes mencionado; se presenta dos tipos de problemas que se afrontan desde el Estado, uno referido a los problemas de gestión (asociados al inadecuado funcionamiento de las entidades públicas y la gestión del gobierno) y otro referido a los problemas públicos (a nivel de problemática cuando el problema público afecta a toda la sociedad y a nivel de problemas específicos cuando afectan a un determinado conjunto de ciudadanos dentro de la sociedad estando siempre asociados a determinadas problemáticas); en función a lo cual  el Gobierno definen las exigencias y retos a priorizar en su gestión pública.

En esta oportunidad abordaremos lo relacionado al problema público, como aquel problema que se presenta en la población y es de alto interés resolverlo para la sociedad; siendo importante ello, pues más allá de estar mirando con incertidumbre el contexto político, no debemos perder de vista que hay muchas poblaciones (ciudadanos, familias, comunidades, grupos etarios, entre otros) en nuestros país esperando que desde cada Ministerio y sus correspondientes Organismos adscritos se haga gestión con celeridad para superar los problemas públicos que los vienen afectando, los cuales se agravan por problemas estructurales o complejos como las condiciones de pandemia, la recesión económica, la reducción de oportunidades laborales, la pobreza, la inseguridad alimentaria, la inseguridad ciudadana, entre otros de interés.

Ate dicha situación, los nuevos equipos de gobierno con los equipos profesionales existentes en cada nivel institucional del Estado (Ministerios y sus organismos), deben valorar la existencia de la siguiente clasificación de problemas públicos, presentados en tres formas de evolución y situación; que se debe tener en cuenta para colocar la acción pública del Estado al servicio de la sociedad (en la búsqueda de una gestión pública eficaz, efectiva y de calidad); una primera situación es cuando el problema público no se aborda adecuadamente y aumenta su presencia y efectos en la sociedad (problemas que aumentan en su envergadura); una segunda situación es la del problema público que ya venía presentándose y que no había sido priorizado  en la gestión de las entidades responsables (problema repriorizado); y la tercera situación es el nuevo problema público que se origina recientemente en la población a partir de nuevas ocurrencias o situaciones que afectan a la sociedad (problemas nuevos).

Respecto a la primera situación (problemas que aumentan en su envergadura), debemos considerar que cuando los problemas públicos no se atienden bien, por un abordaje inadecuado de la gestión pública, la consecuencia que se genera, es que el problema público aumenta en su dimensionamiento (se hace más grande y más compleja su solución); lo cual exige una gestión pública con una mejora significativa en la estrategia de entrega de los bienes y servicios públicos o en el funcionamiento de los procesos para transformar los recursos en bienes y/o servicios, así como estos se asignen y distribuyan bien para la obtención de los resultados que requiere la sociedad (los resultados son los cambios positivos que se producen en el ciudadano que tiene el problema específico); ello se hace modernizando rápidamente la gestión de la atención de dichos problemas, aumentando el nivel del servicio y de calidad del mismo, para controlar el crecimiento del problema y generar una senda hacia su franca reducción.

Por otro lado, tenemos la segunda situación (problema repriorizado), que se da cuando se resuelve un problema público y otros problemas públicos no priorizados se activan en la demanda ciudadana exigiendo de atención urgente por parte del Estado; en esta circunstancia, lo que no debe pasar es que con la misma forma de gestión que se solucionó un problema público, se establezca solucionar otros problemas públicos. Cada problema público exige una estrategia diferenciada de gestión pública de la solución, atendiendo a la realidad y orientada en los resultados con valor público, en favor de la situación de los ciudadanos y la sociedad.

Una última situación (problemas nuevos), es la referida a los problemas públicos que se van originando en la población ante nuevas condiciones que suceden en la realidad social y/o territorial; ante ello es necesario contar dentro de la gestión pública con un sistema de alerta sobre los cambios negativos que ocurren en la sociedad, para lo cual se debe complementar el trabajo con la delimitación geográfica y social de estos, a fin de comprender sus causas y consecuencias; a partir de lo cual se pueda establecer las nuevas estrategias de abordaje de la gestión pública, lo cual debe prever la configuración de nuevos objetivos, estrategias, y entrega bienes y/o servicios públicos; así como nuevos parámetros de funcionamiento de las intervenciones realizadas por las entidades públicas en el marco de las prioridades de Gobierno y el rol del Estado.

En todas las situaciones antes mencionadas de presencia de problemas públicos a atender por parte del Estado, se debe analizar las capacidades y recursos necesarios que se deben tener a disposición para realizar la gestión pública (principalmente desde el plano institucional), en las condiciones que se requieren para una actuación pública considerando los resultados con valor público, teniendo un desempeño con eficacia, eficiencia (efectividad) y calidad. Es allí cuando, la oferta del Estado se ajusta a las necesidades requerimientos y expectativas de la población (en base justamente a sus problemas públicos); logrando en la sociedad satisfacción y contribuyendo a su desarrollo en los diversos planos de vida demandados.

Como reflexión final, es preciso resaltar que no todos los problemas públicos son iguales y que cada uno de ellos requiere de una atención particular; pudiendo la clasificación presentada (problemas que aumentan en su envergadura, problemas repriorizados, problemas nuevos), ser de utilidad para planificar, organizar, dirigir y controlar la puesta en marcha de los esquemas de soluciones – que se propongan desde cada entidad – ajustadas a la realidad a atender, con uso óptimo de los recursos y un manejo amplio de las capacidades disponibles. La política es muy importante en la gobernabilidad del quehacer en la acción pública; pero mientras se trabaja ello en la arena política; el Gobierno y sus nuevos equipos, deben enfocarse en la continuidad de los servicios y en mejorar estos, para atender los diversos niveles de problemas públicos mencionados, que son de alta preocupación de la sociedad, teniendo presente que ello también contribuye de manera tangible a aumentar dicha gobernabilidad.

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