El ministro de Energía y Minas, Iván Merino Aguirre, se presentó el miércoles último ante el Congreso de la República el ministro de Energía y Minas a fin de notificar los primeros lineamientos de su gestión, la cual está orientada a impulsar las inversiones en minería, hidrocarburos y electrificación para el país bajo los criterios de Rentabilidad Social y Enfoque Territorial.
“Los objetivos de nuestra gestión al frente del Ministerio de Energía y Minas se concentran en generar proyectos con rentabilidad social y enfoque territorial; actualizar, reducir y mejorar el marco legal existente; y procurar el fortalecimiento institucional del sector, haciéndolo más inclusivo y al servicio de la población”, sostuvo.
Lo que plantea este Gobierno es el cambio en el proyecto de la masificación del gas, pasando del esquema “Siete Regiones” – iniciativa fallida de ProInversión- a una metodología de “encargos especiales”, bajo la cual planea desarrollar la masificación en tres etapas: Ayacucho y Ucayali, en 2021; Cusco, en una segunda etapa; y Huancavelica, Junín, Apurímac y Puno, en una última etapa.
El concepto: El gas natural vs GLP
La volatilidad en el precio del GLP ha llevado que el balón de gas pase de los 38 soles a los 65 y 70 soles en menos de dos meses. El Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) sostuvo que cocinar utilizando energía eléctrica sería más económico que hacerlo con GLP, alcanzando un ahorro de hasta 50% que tiene como referencia los precios actuales del balón de gas.
Respecto al gas natural, una vivienda que cocina con esta fuente de energía ahorra un 50% a 60% respecto al GLP, si se considera que la tarifa del gas natural por punto es de 25 soles, frente a los 60 a 70 soles del balón de gas. Y si, además de la cocina, esta fuente se extiende a la terma o lavadora, ese ahorro sube al 70%.
El ex presidente de PetroPerú, Humberto Campodónico, nos comenta que la promoción de este tipo de energías “es muy importante porque el gas natural contamina mucho menos que el petróleo. El GLP tiene un contenido de C02 bastante más grande que el gas natural, este es un punto ecológico muy importante ahora que estamos en una transición energética hacia energías limpias. El gas natural que está en el lote 88 tiene un precio regulado que no sigue los vaivenes del precio del mercado internacional porque proviene de yacimientos del Estado. Tienen precio regulado que nos desamarra de los precios altos del mercado internacional del GLP”, señala.
El cambio de esquema
El proyecto Siete Regiones fue lanzado en 2014-2015 como una iniciativa para proporcionar gas natural a los hogares andinos y amazónicos a través de una combinación de gasoductos virtuales y físicos. De acuerdo a Proinversión, había tres postores calificados para adjudicarse la buena pro: Cálidda, YPFB y el consorcio NG Holding SAC – China Gezhouba Group Company Limited.
Ninguno de ellos se acercó a presentar ofertas en la última licitación programada para junio de este año, razón por la cual el Minem se hizo cargo del proyecto.
El proyecto “encargos especiales” se dividirá en tres etapas: Ayacucho y Ucayali empezarían este año 2021; Cusco después y, finalmente, Huancavelica, Junín, Apurímac y Puno. Se espera llegar en cinco años a 400.000 familias dotadas de gas natural domiciliario. Para el 2025, el ministerio del ramo ha previsto que existan más de 2 millones 500 mil conexiones de gas domiciliario.
El inicio en Ayacucho y Ucayali es debido a que ambas regiones ya cuentan con gasoductos que permiten abaratar los costos de la conexión, además de que Ucayali tiene reservas de gas natural propias.
“Lo que ha hecho el Estado es ingresar al proyecto través de Petro Perú, por un lado, y del otro se encuentra el financiamiento del Fondo de Inclusión Social Energético (FISE). El mecanismo anterior fracasó y el propio ministro Jaime Gálvez (anterior ministro de Energía y Minas durante el gobierno de Francisco Sagasti) lo dijo claramente: ya ha fracaso estas iniciativas para que entre el sector privado, el Estado puede entrar de forma subsidiaria”, comenta Campodónico.
El Fondo de Inclusión Energético (FISE) es un fondo que recolecta dinero de las empresas eléctricas, ductos, etc. Es dinero que va directamente al Ministerio de Energía y Minas. De aquí el FISE financia el bono del GLP, el bono gas y una serie de temas relacionados a electricidad. Este fondo tiene compartimientos y el Estado va a crear un nuevo compartimiento para financiar las obras de masificación de gas. Se destina una parte del fondo del FISE para financiar la masificación del gas y ese dinero se le da a PetroPerú que es el encargado de las obras.
El uso de este fondo es importante para este nuevo esquema, pues como comparte el ex presidente de PetroPerú, se podría cubrir la falta de rentabilidad económica para lograr la rentabilidad social del proyecto. “Al sustituir el gas natural al GLP tenemos una energía limpia y más barata, pero para hacerlo tenemos que entrar al concepto, especialmente en las ciudades de la sierra centro y sur, de la rentabilidad social. No existe rentabilidad económica en esas ciudades porque no hay el nivel de consumo comparado con Lima que permite que los grandes consumidores financien la obra de construcción de la infraestructura. Para tender las redes de gas, como las de agua potable, por ejemplo, hay que romper las pistas y construir redes que lleguen hasta los comisionaos y eso cuesta. Como el consumo de cada vivienda es pequeño, no hay una rentabilidad que pueda ser generada solamente con el abastecimiento a domicilios, debe darse una venta de gas a clientes mayores y cuantos estos clientes no existen se puede utilizar el fondo del FISE”.
Aún no queda claro la distribución. Humberto Campodónico resalta que aún no queda claro si habrá una red de ductos, además del tendido de redes, para que llegue el gas al resto de regiones, pero que esto irá aclarándose mientras se desarrolle el planeamiento del proyecto. Asimismo, sugirió la continuación del uso de camiones para la distribución del gas, pero solo en la etapa inicial del proyecto. “No queda claro si va a haber una red de ductos que conecten las diferentes ciudades. El proyecto anterior conectaba a las ciudades vía camiones cisterna. De Ayacucho, donde está el Gas de Camisea, se planeaba que los camiones cisterna lleven el gas a Huancavelica, Cuzco. Lo prioritario es que haya una red de ductos pequeños que, saliendo de Ayacucho, lleven el gas a estas ciudades. Es lo que ha hecho Bolivia, Colombia, Argentina. Es mucho más barato y eficiente que los camiones, pues estos solo pueden llevar pequeñas cantidades y resulta más caro. El camión cisterna debería ser utilizado como un transporte que ayude a la masificación en la etapa inicial, cuando todavía no están construidos los gaseoductos”.
La promesa de campaña. Durante la segunda vuelta electoral, el entonces candidato Pedro Castillo presentó el Plan Bicentenario, texto adicional al Ideario del partido Perú Libre. En este documento en la página 10 se incluye la propuesta “Gas para Todos”, donde se indica que la masificación del gas debe ser una política de Estado y esta se lograría mediante la construcción de la Red Nacional de Gaseoductos.