El fallecimiento del fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, ha hecho que diferentes personalidades de la política opinen sobre el futuro del cuerpo de la persona en mención.
La opción más latente para más de uno es la de incinerar el cadáver del sanguinario terrorista para así evitar cualquier tipo de culto que alguien quisiera realizar.
Es así que hace un par de horas la Fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos Rivera, presentó una iniciativa legislativa que modifica el artículo 114 de la Ley General de Salud, facultando a jueces y fiscales a tomar una decisión sobre el que hacer con cadáveres significa riesgo e incertidumbre para el país.
¿Qué dice el artículo 114 de la Ley General de Salud?
Los cadáveres de personas no identificadas o, que habiendo sido
identificados, no hubieren sido reclamados dentro del plazo de 36 horas
luego de su ingreso a la morgue, podrán ser dedicados a fines de investigación o
estudio.
Para los mismos fines podrán utilizarse cadáveres o restos humanos por
voluntad manifiesta de la persona antes de fallecer o con consentimiento de sus
familiares.
Sobre el Proyecto de Ley
Esta medida se dio a conocer a través de un comunicado del Ministerio Público. Este sugiere que “el juez o el fiscal, según sea el caso, en decisión especialmente fundamentada, podrá disponer del destino final de los cadáveres, cuyo traslado, funerales o inhumación pudieran poner en grave riesgo la seguridad o el orden público”.
Además, precisan que el fiscal o juez –analizando cada caso particular– puede disponer que los cuerpos tengan otro destino final, como la cremación. De este modo, los operadores de justicia podrán ponderar los derechos de los familiares frente a un interés social o estatal más amplio y resolver conforme a sus competencias legales.
Las razones
El objetivo de este proyecto de ley planteado por Ávalos es solucionar el vacío legal que existe actualmente, dado que la Ley General de Salud contempla la disposición de cadáveres que pertenecen a personas no identificadas o no reclamadas por familiares, siempre y cuando no hubiera una investigación de por medio, pero no prevé situaciones especiales como la que se ha presentado con el caso del cabecilla terrorista Abimael Guzmán Reinoso.