Si la correlación de fuerzas fuera una señora y pudiera compartir sus opiniones, esto me gustaría preguntarle.
Pregunta: En algunas izquierdas se esperaba un gabinete y un mensaje más radical…
Doña: Esas izquierdas olvidan que mientras la oposición es el reino de lo deseable, el gobierno es el campo de lo posible. Al parecer, no se dan cuenta que ya no están en la oposición. Estar desubicados puedo entenderlo pero que olviden que el actual gobierno no tiene una mayoría en el Congreso ni tiene una mayoría en las calles, me parece difícil de perdonar. Es cierto que cuenta con un importante respaldo de los sectores más pobres, pero no se olvide que son también los sectores más desorganizados.
Pregunta: ¿El Gabinete Vasquez obtendrá la confianza requerida por parte del Congreso?
Doña: No hay una bola mágica ni un algoritmo que te lo pueda decir de manera segura. La política es también azar. Lo que puedes hacer es mirar el escenario y a los actores. Veamos, hay una derecha golpista, con recursos y ninguna voluntad de transar. Hay unas izquierdas entusiastas pero con problemas de ubicación.
La presentación de la Presidenta del Consejo de Ministros ha sido solvente. Un mensaje con bastante sentido común, con voluntad de cambio. Ojo, que digo voluntad y no decisión. Igual, la historia del país nos dice que no basta con articular bien las ideas para garantizar un buen resultado político.
Pregunta: ¿Qué puede hacer el gobierno para conseguir la confianza?
Doña: Ahora bien, la confianza del Gabinete Vasquez depende poco de lo que pueda hacer o no hacer el gobierno ahora. El precio de no contar con mayoría es que eres observador en muchos momentos claves. Son los grupos opositores quienes tienen ahora el rol protagónico. También fijate que junto a la derecha golpista, hay sectores de derecha que comprenden algo bastante básico: el caos es malo para los negocios. Como ética ciudadana puede ser muy pobre, pero es un punto de partida, ¿no?
Pregunta: ¿Con un manejo adecuado el Gabinete Vasquez puede resolver la crisis política?
Doña: La disputa política viene siendo desde hace buen tiempo el enfrentamiento entre las portadas de prensa y la gente en las calles. No se trata de un sólo terreno en disputa, sino de un conflicto que se resuelve en dos lógicas diferentes.
Ninguna fuerza política logra controlar ambos espacios de confrontación y por eso mientras la filosofía Hume llena los titulares de los grandes medios de prensa, las izquierdas tratan de llevar a las calles a sus seguidores. La estabilidad supone resolver esa tensión en un sentido u otro.
Pregunta: Parece una situación entrampada…
Doña: Cada decisión reconfigura el escenario. Ahora sabemos por ejemplo, que la oposición ya no discute si va o no el golpe, sino cuando será el momento más adecuado. El gobierno, es decir Castillo, no controla ninguno de los dos espacios en disputa: ni los medios ni la calle. Por eso la confianza para el Gabinete Vasquez no va a resolver ninguna crisis pero sí le brinda un margen de tiempo al gobierno. Es por tanto vital para la supervivencia del mismo. Si no se aprueba la confianza al Gabinete, con las limitaciones al Ejecutivo para cerrar el Congreso y los procesos de investigación abiertos, pues no hay que ser zahorí para saber que la derecha golpista habrá marcado una fecha en el calendario.
Pregunta: Si el gobierno logra ganar un poco de tiempo ¿qué debería hacer con ese tiempo?
Doña: El gobierno, es decir Castillo, solamente puede sobrevivir si logra articular una alianza social y no sólo política. Un acuerdo político le puede brindar cuadros técnicos para los ministerios. Eso está bien, pero una alianza social le brinda masas en las calles. No olvidemos que la derecha golpista no le teme a los técnicos.
Si algo nos enseña la historia es que un gobierno asediado utiliza todo su tiempo para ganar más apoyo haciendo política. Es decir, organizando intereses sociales y desorganizando los intereses de sus adversarios.