Andrés Alencastre Gutiérrez:
Hace más de una centuria, en un alejado pueblo de la nación K´ana en la hacienda Parq´o de la Región del Cusco, nació el 14 de abril del año 1909 Andrés Avelino Alencastre Gutiérrez; fueron sus padres Leopoldo Alencastre Zapata y María Rosa Gutiérrez, siendo el cuarto de los ocho hermanos varones de la familia; a muy temprana edad por la enfermedad de su señora madre, amamantó los pechos de doña Eulalia Pineda de Taparaco.
En las Provincias Altas desde 1914 se encendió la pradera en Hanp’atura, luego el frente de guerra pasó a toda la Provincia de Canas y en parte a Chumbivilcas; en el Hanan de la Nación K’ana, continuaron las insurrecciones en T’oqroyoq, Pichigua, Q’oporaqe y Qiqin K’ana(Quiquijana); los grupos terratenientes, para evitar su coordinación con la parte beligerante del Urin K’ana, frenaron a sangre y fuego la insurgencia en la parte alta y crearon políticamente en 1917 la Provincia de Espinar, para separarla de los estallidos en la parte baja de la Provincia de Canas.
El 28 de julio de 1921, se cumplía el “Centenario de la Independencia del Perú” festejado entre las élites gobernantes; mientras que en el pueblo como antes nuevamente estaban frente a frente ayllus de comuneros ante las tropas de los terratenientes; la Batalla de Rumi Taqe fue escenario de una feroz y prolongada agonía, que culminó con la captura de Don Leopoldo Alencastre, Comandante y Jefe de los terratenientes junto a su legendario caballo Káiser.
Toda la batalla fue presenciada por el adolescente Andrés Alencastre, desde uno de los Apus colindantes; fue testigo de la prisión y sacrificio de su padre y su alazán blanco; que luego de una deliberación fue ofrendada a la Pachamama por los comuneros y ayllus. Esta circunstancia dolorosa marcarían una profunda fractura emotiva, cultural y personal en Killku Warak’a a lo largo de su vida. De esa sangre derramada en esos años y campos de batalla, surgió la primera y verdadera reforma agraria, cuando los ayllus recuperaron sus tierras arrebatadas.
Durante dos décadas fue maestro en las aulas de la Gran Unidad Escolar Inka Garcilaso de la Vega; un tiempo también fue profesor en el emblemático Colegio Mateo Pumacahua de Sicuani, en cuyo año 1939 trabó amistad y trabajó con el joven José María Arguedas, el padre Jorge Lira, con quienes desarrollaron una intensa actividad cultural, de acercamiento, recopilación, recreación de las tradiciones, mitos, waynos, hayllis, qhaswas de dicha zona y que se encuentran en los libros de todos ellos; amistad tan cercana que Andrés Alencastre fue padrino matrimonial de José María Arguedas.
Años después como docente universitario en los cursos de quechua, escribirá ensayos en la Revista Universitaria, en Inka Rimay Revista Quechua editada por la Academia Mayor de la Lengua Quechua, del que posteriormente será su Presidente y representante en varias ocasiones y dirigencias. En 1955 funda también el Cine Club Cusco y luego se llamará Escuela de Cine Cusco con: Luís Figueroa Yábar, Eulogio Nishiyama, Manuel y Víctor Chambi, César Villanueva.
Andrés Alencastre era un hombre con ideas y compromisos, como señala Enrique Urbano “Era soñador y poeta, amante de las costumbres de su tierra, líder político y socialmente comprometido con las ideas del Partido Comunista, llevaba en su piel las marcas algo contradictorias de su época: romántico pero comprometido socialmente; hacendado o gamonal, pero amante de sus indios o sus ahijados. Lo cierto es que toda la región lo conocía y miraba muchos con admiración y simpatía y otros con odio y desconfianza”.
Andrés Alencastre murió como ser humano y lanzó a Killku Warak´a a la eternidad y a la historia en la cultura andina como su poeta símbolo y maestro de nuevas generaciones. Tanto así que el pueblo de El Descanso, lugar de su muerte, ahora la capital del Distrito de Kunturkanki, en reconocimiento a su hijo fundador y representante, nombró a su colegio con el nombre del Hamawt’a, grandeza de pueblo a su poeta, más allá de la contingencia en la vida contrastada.
Este contexto fue expresado por el Cholo Nieto, el otro de los grandes poetas cusqueños que despidió a su amigo y camarada: “Bárbaramente inmolado, víctima propiciatoria de quien sabe qué cultos ancestrales rencores, en un páramo de la frígida puna andina ha caído el más grande poeta quechua contemporáneo Killku Warak´a”.
WILLKA WAMAN WILLAKUY
Willka Waman es un willakuy, un relato quechua pensado y escrito desde el quechua para el mundo, como son todos sus trabajos de Killku Warak’a; esa es la diferencia con algunos quechuólogos que escriben acerca del quechua teorizando y pensando desde el español y la hegemonía colonial y occidental.
Esta edición de Willka Waman recopila el espíritu y el contenido central de la escritura quechua del autor, salvo una que otra palabra actualizada y el reordenamiento de sus capítulos para una mejor estructura. Este willakuy es un gran trabajo que debemos seguir las nuevas generaciones para aprender su riqueza y sonoridad en el uso vigoroso y dulce del Runa Simi, seguir la huella de su creación artística y literaria qheswa. Este willakuy de Killku Warak’a tiene su original técnica narrativa interna y externa, trama, personajes, contextos, llamamiento, nudo, desenlace y convocatoria; es una elaboración muy contemporánea del y para el Idioma Quechua; tal vez distinta a los patrones y modelos del castellano y su escritura, en esta singularidad radica la universalidad de nuestro idioma.
Leer y reflexionar con WILLKA WAMAN en quechua y desde el quechua, tiene el objetivo que convoca Killku Warak’a en su waqyarikuy o llamamiento; construir conciencia, identidad y compromiso con el pueblo y el país. Ahora con ocasión del Bicentenario de la Independencia del Perú, resulta impostergable entregar una lectura para los niños y jóvenes, una voz distinta andina y Qosqo Runa para el Perú y el Teqse Muyu humano y universal.