Se ha dado conocer información que involucra a diferentes políticos del mundo y/o presidentes en donde se ven envueltos en situaciones comprometedoras.
El nombre de los documentos han sido denominados “Los Papeles de Pandora”. Es una investigación periodística que está basada en una gran filtración de documentos confidenciales de 14 despachos de abogados especializados en la creación de sociedades con países como Panamá o las Bahamas.
Además, es un trabajo del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ,) que muestra un entramado de sociedades opacas del que se habrían beneficiado unas 30.000 personas, entre las que hay 35 jefes y exjefes de Estado y más de 330 altos cargos y políticos de 91 países.
Los participantes
Los «Papeles de Pandora» cuenta con un análisis de más de 11,9 millones de archivos entre los que figuraban documentos de texto, hojas de cálculo, correos electrónicos o imágenes. Por otro lado, aparecen documentos de facturas, registros de accionistas que demuestran los secretos de los “paraísos fiscales” y los profesionales que actúan como puente para llegar a estas jurisdicciones.
Dentro de las personalidades que se encuentran en esta investigación que revela activos secretos, acuerdos encubiertos y fortunas ocultas aparecen más de 330 políticos y cargos públicos (90 de ellos europeos), 15 jefes de Estado de América Latina entre actuales y retirados, 46 oligarcas rusos, etc.
Personaje del espectáculo, moda y deportes son la sorpresa en dichos documentos.
El paraíso fiscal y los “offshore”
Párrafos atrás se mencionaba el término «paraíso fiscal» como parte de los secretos de los involucrados.
Son territorios donde la creación de sociedades mercantiles es una de sus principales industrias, e incluso la única. Ofrecen enormes ventajas fiscales a ciudadanos de otros países que buscan cargas tributarias reducidas (el impuesto asociado a la actividad de estas entidades es nulo o simbólico), pero también protegen su anonimato, con contextos legales que complican identificar a los verdaderos beneficiarios de una sociedad determinada.
Otra palabra que suena en dichos documentos son “las sociedades offshore”. Son entidades creadas en un país distinto de aquel en el que residen sus beneficiarios. Tienen un claro papel en la economía mundial.
Francisco Bonatti, abogado penalista y consultor en blanqueo de capitales, dijo para El País que “son necesarias muchas veces para los grandes flujos de capitales. Esa parte de la economía offshore no solo es legal, sino que en una economía como la actual, deslocalizada y globalizada, realmente es necesaria”.
El problema radica cuando se crean en jurisdicciones opacas en busca de escasas o nulas cargas impositivas y de confidencialidad. Esas compañías no tienen actividad real en los países donde están registradas; no necesitan oficina, ni empleados.
En otras palabras sirven para ocultar y eximir de responsabilidades fiscales o legales al verdadero dueño de unos activos que pueden ser financieros, pero también se pueden concretar en propiedades inmobiliarias, obras de arte o vehículos, entre otros.
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