El presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, compartió el jueves último que la economía nacional podría crecer 13.2 % para este año; sin embargo, esta meta se lograría solo si “se mantiene el nivel de producción al que se ha llegado en agosto, el crecimiento de la economía este año sería de 13.2%, que es una cifra impresionante”.
El BCR mantenía una tasa de crecimiento de la economía de 10.7 % a 11.9 %, según datos de septiembre, esto debido a una rápida recuperación de la actividad productiva nacional. “La recuperación ha sido bastante rápida de la actividad económica nacional, y esperamos que el nivel prepandemia se esté alcanzando en el primer trimestre del próximo año, pero si las cosas fueran muy bien, incluso, podría recuperarse a fines del 2021”, indicó Velarde durante la presentación del Reporte de Inflación de septiembre. Sin embargo, para la ultima mitad del año se espera un menor crecimiento de la actividad económica nacional, esto debido al deterioro de la confianza empresarial.
La premisa del presidente del BCR fue secundada por el ministro de economía, Pedro Francke, quien señaló en una rueda de prensa convocada por la Asociación de Prensa Extranjera en el Perú (APEP), que “la mayor parte de los indicadores empresariales han pasado al tramo optimista. (…) Hay un clima político complejo, pero las empresas están asumiendo que las perspectivas son buenas.
En ese sentido, Francke afirmó que, a nivel regional, Perú es «uno de los pocos países que ya está claramente por encima del nivel prepandemia».
Según detalló, la economía peruana se posicionó ya a la par de la producción de 2019 en junio de este año, cuando registró un crecimiento del 0,1 % en comparación con el mismo periodo de dos años atrás, y adelantó que las proyecciones del Gobierno estiman que en setiembre último la actividad económica habría avanzado en un 1,8 %.
El fuerte crecimiento de agosto que se debe repetir
El condicionamiento que planteó Velarde para el crecimiento esperado por parte del BCR es que el índice de productividad alcance picos como los de agosto del presente año, donde la producción nacional creció 11,83 %.
Asimismo, según informó el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el periodo enero-agosto de 2021, la producción nacional aumentó en 18,59% y en el periodo anualizado setiembre 2020-agosto 2021 creció 10,46%.
Los sectores que más crecieron. El sector Agropecuario en agosto alcanzó un crecimiento de 6,02% en comparación con similar mes del año anterior debido a los mayores volúmenes de producción del subsector agrícola (8,76%); entre los que destacan palta (39,6%), maíz amarillo duro (33,5%), espárrago (25,6%), cebada grano (22,8%), café (17,2%), papa (15,8%) y cacao (5,2%); que fueron favorecidos por temperaturas superiores a su nivel normal, que mejoraron el desarrollo de estos cultivos.
También el Manufactura aumentó en 11,55% sustentado en el resultado positivo de sus dos componentes: subsector no primario (15,03%) y el subsector primario (0,24%). El incremento del subsector no primario estuvo determinado por la mayor producción de la industria de bienes de consumo (10,36%), bienes de intermedios (18,83%) y bienes de capital (2,19%). Igualmente, el subsector primario aumentó por la mayor fabricación de productos de la refinación de petróleo (27,8%), elaboración y conservación de carne (2,5%) y la elaboración de azúcar (1,1%); por el contrario, disminuyeron las ramas de elaboración y conservación de pescado (-21,2%), así como de fabricación de productos primarios de metales preciosos (-3,4%).
Asimismo, la producción del sector Construcción aumentó en 25,53% respecto al mes de agosto del año pasado, mes en que estaba vigente la tercera fase de la reactivación económica. El resultado del sector se reflejó en el mayor consumo interno de cemento (15,42%) ante la continuidad en la ejecución de obras privadas. También, se incrementó la inversión pública en construcción (93,89%), por el avance de obras en los tres ámbitos de gobierno: nacional (225,28%), local (99,53%) y regional (15,11%).
El mayor crecimiento se vio en el sector Alojamiento y Restaurantes, el cual creció en 96,48% por la mayor actividad del subsector alojamiento y del subsector restaurantes. El resultado del subsector restaurantes fue explicado por una mayor demanda debido a la flexibilización de las restricciones, extensión de horarios, apertura de sucursales, alianzas comerciales con entidades financieras y de telecomunicación.
El efecto rebote
Desde abril del presente año, estudios como el del BBVA Research estimaban que la economía peruana crecerá un 10% durante el 2021, considerando que las condiciones externas seguirán siendo favorables para el país. De acuerdo a la proyección realizada por la entidad, este crecimiento refleja un ‘efecto rebote’ significativo, el cual se estima en aproximadamente 9 puntos porcentuales.
Asimismo, como compartió el economista Renzo Vidal, se debe recordar que este crecimiento del PBI se debe también a un efecto rebote tras la fuerte caída en el 2020. “El pronóstico del PBI se sigue manteniendo por encima del 10 % y eso es saludable, pero no es por haber hecho las cosas bien este año, sino porque tenemos un efecto estadístico tan fuerte que cualquier rebote era mucho más pronunciado. Lo real se verá en el 2022 y observaremos si en realidad las cosas están yendo bien…Si la confianza reactiva la economía podremos llegar a estas cifras, y la confianza se basa en la inversión privada”.
Para Velarde, ya nos estaríamos separando del efecto estadístico del rebote, porque las políticas fiscales y monetarias aplicadas desde el año pasado han alentado la recuperación de la economía. “Se aplicó un paquete tan fuerte de estímulo monetario y fiscal que lo estamos disfrutando ahora. Ya no es solo rebote, es consecuencia de las acciones de política que se tomaron”, explicó.
Los desafíos
Como compartió el propio Julio Velarde, uno de los principales desafíos que se tiene hoy es la incertidumbre política y la desconfianza del sector empresarial hacia el Gobierno.
«El escenario que vislumbro para los próximos 3 a 4 años va a ser [que] vamos a estar golpeados de incertidumbre interna», dijo.
El economista Renzo Vidal comparte esta idea: “En estos momentos hay una crisis de credibilidad, hasta ahora el gobierno no pone cimientos claros de una confiabilidad hacia el lado del empresariado. No los hay, las perspectivas aún siguen siendo confusas, no hay un norte a seguir. Lo peor de todo es que se están dando señales de restructuración como esta reforma tributaria que, evidentemente, tras la caída que hemos tenido el año pasado, mayores tributos ahogan más a un contribuyente, sea empresa o sea consumidor o contribuyente persona.
Esto se ha podido ver, como indica Velarde, en que “han salido 15 mil millones de dólares en lo que va del año, la gran parte de la salida ha sido en el segundo trimestre. Si uno compara la salida de capitales en mayo, ha sido casi 14 veces mayor de la que hubo en octubre, en gran medida el dinero nervioso se fue muy rápido y están quedando rezagos. Es una situación bastante difícil, hemos tenido presiones cambiarias enormes – nunca hemos intervenido tanto como hasta ahora -, hemos vendido más de 10 mil millones de dólares y casi 5 mil millones de dólares en derivados (para frenar el alza del dólar), pero aun así las reservas son más altas que antes de la pandemia”.
Los niveles pre pandemia
Sobre la nivelación económica a niveles pre pandemia, el ministro Francke afirmó que, a nivel regional, Perú es «uno de los pocos países que ya está claramente por encima del nivel prepandemia».
Según detalló, la economía peruana se posicionó ya a la par de la producción de 2019 en junio de este año, cuando registró un crecimiento del 0,1 % en comparación con el mismo periodo de dos años atrás, y adelantó que las proyecciones del Gobierno estiman que en setiembre último la actividad económica habría avanzado en un 1,8 %.
Sin embargo, el ministro destacó los impactos que aún azotan algunos sectores productivos del país, como la hostelería y aquellos vinculados al turismo externo, que «todavía no se ha recuperado», a diferencia de otros rubros como la construcción, que en la actualidad registra una tasa de crecimiento del 25 % respecto a niveles prepandemia.
El ministro recordó que, en materia económica, el Gobierno de Pedro Castillo afronta un mes decisivo este noviembre, cuando termina el plazo constitucional del Congreso para aprobar el proyecto de presupuesto del sector público para el año 2022 y espera que el hemiciclo se pronuncie sobre el pedido de facultades legislativas extraordinarias para sacar adelante la reforma tributaria.
La incertidumbre para el 2022
A mitad de año, el Banco Central mantenía una proyección de crecimiento económico de 4 %; sin embargo, Julio Velarde, sostuvo en su exposición ante la Comisión de Presupuesto del Congreso en septiembre que el pronóstico para el 2022 se reducirá debido a expectativas negativas.
“Para el próximo año sí es probable que bajemos algo. Hay esta inercia de crecimiento, pero nos encontramos en un mar de expectativas negativas que frenan el crecimiento”, apuntó.
Las expectativas negativas empresariales afectarán la inversión privada y el crecimiento, explicó hoy durante su presentación ante la Comisión de Presupuesto del Congreso.
“El 2022 me preocupa porque vamos a tener un crecimiento algo menor, positivo, pero menor por el efecto de las expectativas negativas en cuanto a la inversión privada y al crecimiento”, manifestó.
Además, en el reporte de inflación de septiembre, se aprecia que el crecimiento de la economía en el 2022 retrocedería de 4.5% a 3.4%
Asimismo, según la Encuesta de Expectativas Macroeconómicas del PBI realizada el 31 de octubre, las expectativas de los analistas económicos esperan un crecimiento del 2.6 % para el 2022; el sistema financiero espera un 2.0 % y las empresas no financieras un 3.1 %. Uno de los puntos más bajos desde que inició el año.
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