En quincena de diciembre del año pasado, el ministro del Interior, Avelino Guillén, precisó en conferencia de prensa que el Gobierno evaluaba tipificar el cobro de cupos como “terrorismo extorsivo”.
El exfiscal supremo añadió que el cobro de cupos merece una respuesta por parte del Estado ya que las bandas de extorsionadores actúan igual que los grupos terroristas.
Para Guillén, utilizan las mismas herramientas y modalidades, como son los explosivos, las amenazas y los atentados contra la vida de las personas.
“Ahí hay un problema, el empresario se retira de la obra, genera desempleo y no se materializan las obras. O pagan el cupo, pero después ya no pagan impuestos. Entonces, se genera todo un caos”, enfatizó
La voz de los expertos
La República entrevistó a especialistas que en su gran mayoría asegura que las declaraciones del titular del Mininter no son adecuadas.
El abogado penalista, Carlos Caro, rechazó la idea que tiene el Gobierno.
“Eso ya lo intentó Fujimori, creando el delito de terrorismo especial para someter estos casos al fuero militar, con una ley luego derogada porque esto no es terrorismo. Es algo que ha fracasado en el pasado”, aseveró.
“Es un error porque el terrorismo ya fue definido por el Tribunal Constitucional en sentencia del 2003 que la diferencia de los delitos comunes en que el terrorista busca cambiar por la fuerza el orden constitucional. Asimilar sicariato y extorsión a terrorismo iría contra esa sentencia del TC y toda concepción doctrinal y de derecho internacional del terrorismo”, agregó.
Su colega, Alexei Sáenz, docente de la Universidad de San Marcos, sintetizó la idea de Caro y dijo que “no se puede desnaturalizar delitos comunes en terrorismo”.
“Sicariato es el delito que más cadenas perpetuas tiene: cinco. No sé dónde más se puede agravar. En la reforma del 2015 fue la cereza del pastel. También se incorporaron otros supuestos al delito de extorsión. ¿Qué falló? No hubo capacitación para policías, jueces ni fiscales”, comentó.
Finalmente, Cecilia Calarachín, antropóloga y consultora sobre criminalidad, afirmó que es “positivo que la actual gestión ponga en agenda esos delitos”, pero que se necesita una mirada integral.
“El fenómeno requiere un abordaje integral, no solo desde el aspecto normativo o haciendo más rigurosas las penas, sino también desde el ámbito preventivo y, especialmente, con el fortalecimiento de la Policía en investigación criminal”, resaltó.
Para ella es importante tener en claro la diferencia que existe entre terrorismo con sicariato y extorsión.
“Son fenómenos delictivos con características y motivaciones diferentes. Más allá de discutir detalles en tipificación o endurecimiento de penas, es importante integrar aspectos que permitan diseñar estrategias para reducir la formación de agrupaciones que se dedican a extorsión o sicariato”, puntualizó.
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