El sábado pasado Repsol, la empresa que administra la Refinería Las Pampillas, no acudió a la citación de comisiones del Congreso por el derrame del petróleo en Ventanilla.
Era importante conocer el descargo de algún representante de la empresa española. Es así que en entrevista con Latina, el presidente de Repsol, Jaime Fernández- Cuesta, reconoció que su accionar como empresa fue tardío. Un día después del derrame del crudo fueron conscientes de la magnitud del suceso.
“¿Hemos reaccionado rápido? No. No fuimos conscientes, no me cuesta reconocerlo, de la magnitud de este evento hasta que llegó petróleo a las playas”, aseveró.
Fernández- Cuesta ratificó lo que ya se conocía: limpiar las más de 15 playas afectas antes de que acabe febrero.
“Estamos asumiendo la responsabilidad de limpiar todas las playas, de limpiar todo el litoral, de atender la fauna marina y, por supuesto, de atender a todas las comunidades afectadas”, enfatizó.
El presidente de Repsol dijo que dentro de lo errores cometidos está el “no detectar que había manchas de petróleo hasta el día siguiente, hasta que llegaron a las playas, a pesar de que salieron con las barcas a buscar”.
Sobre el derrame
Repsol ha cometido una serie de errores al momento de informar sobre el suceso. En un principio dijeron que era un “derrame limitado”, pero luego se confirmó que eran 6 mil barriles de petróleo vertido en la playa de Ventanilla.
Asimismo, Fernández-Cuesta enfatiza que lo que originó la ruptura de los ducto de descarga ha sido el oleaje anómalo producidos por la erupción de un volcán submarino en Tonga.
“Algo extraordinario tuvo que pasar para que se rompan dos tuberías. Algo raro estaba sucediendo en el mar del Callao, pues nunca una fuerza súbita, extraordinaria, ha sido capaz de arrancar de cuajo dos tuberías”, comentó.
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